Chavesnogaliana
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Que la izquierda estaba acabada lo empezamos a comprender más tarde. Mientras tanto, seguíamos luchando contra molinos pensando que eran gigantes. Pero no eran gigantes, solo niños, niños debiluchos y desvalidos, niños perdidos –probablemente niños muertos– que elevaban su desprestigio y su ridículo sistemático delante de una sociedad que los despreciaba. Cada vez que la izquierda abochornaba al país en 'prime time', la derecha debería haber descorchado el champán. En lugar de ello descorchaba su mediocridad. Por ello, cada lanzada era a 'moro muerto', que, como la de los malos toreros, no servía para rematar al animal sino para invocar su bravura con la puntilla y devolverlo a la vida, como a Lázaro de Betania , pero con pitones como... Ver Más