La voz amiga que rescata de la soledad no deseada
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La mala racha anímica se alargaba. Llegó la jubilación y con ella mucho más tiempo libre -también para darle más vueltas a la cabeza-. No es que le faltase gente alrededor, pero la realidad era que ella se sentía sola y «muy perdida». Así que cuando el momento de crisis y una mayor angustia hicieron acto de presencia, Araceli -un nombre ficticio porque esta mujer prefiere preservar el anonimato- fue valiente, afrontó con coraje el problema y decidió descolgar el teléfono. «Yo tenía muy claro que así no se podía estar» , reconoce. Al otro lado encontró la voz amiga de Raquel, una joven que en ese momento fue su tabla de salvación y a la que ha puesto cara... Ver Más