El número de dioptrías que debe tener una persona para ser considerado minusválido
Cualquier persona puede sufrir pérdida visual a lo largo de su vida. Miopía, astigmatismo... son muchos los casos en donde la vista se ve afectada y tenemos que poner remedios, tales como gafas, lentillas u entrar al quirófano para someterse a una operación. En cierto sentido, estos fallos visuales no suponen una discapacidad, pero sí es cierto que una persona con un número de dioptrías que supone ceguera puede ser catalogado como discapacitado.
En España, la pérdida de visión puede ser reconocida como una discapacidad cuando afecta significativamente la vida cotidiana de la persona. Sin embargo, no hay un número fijo de dioptrías que automáticamente implique el reconocimiento de una minusvalía o discapacidad, ya que este se evalúa en función de la agudeza visual y el campo visual de cada ojo, así como del impacto que tiene en la funcionalidad del individuo.
Se considera que una persona tiene ceguera legal cuando la agudeza visual es igual o inferior al 10 % (0,1) en el mejor ojo, incluso con corrección óptica (gafas o lentes de contacto), o cuando el campo visual está reducido a menos de 10 grados desde el punto de fijación. Esto no significa que la persona esté completamente ciega, pero sí que tiene una severa limitación visual que puede dificultar actividades cotidianas como leer, reconocer rostros, o desplazarse de manera autónoma. En estos casos, es más probable que se reconozca la discapacidad visual.
¿Una persona con problemas en la vista puede ser considerado minusválido?
En cuanto a las dioptrías, estas son una medida de la refracción del ojo y se usan para diagnosticar miopía, hipermetropía o astigmatismo. Aunque valores altos de dioptrías pueden llevar a una visión muy borrosa, no son el único criterio para determinar una discapacidad visual. Por ejemplo, una persona con más de 10 dioptrías puede tener una visión funcional razonable con las correcciones adecuadas, mientras que otra con menos dioptrías podría tener una discapacidad visual si su agudeza visual corregida es muy baja o si padece otras afecciones, como glaucoma, cataratas o retinopatías.
El reconocimiento de la discapacidad visual en España se realiza a través de lMSERSO, así como el el organismo correspondiente de cada comunidad autónoma. Este proceso incluye una evaluación médica y oftalmológica detallada, así como un análisis del impacto de la limitación visual en las actividades diarias y laborales. Si la discapacidad reconocida alcanza un grado del 33 % o más, la persona puede acceder a beneficios sociales, económicos y fiscales, como subsidios, bonificaciones en el transporte o exenciones fiscales.
En términos legales, la discapacidad visual severa o la ceguera legal representan un reconocimiento importante para garantizar que las personas afectadas puedan acceder a recursos que les permitan mejorar su calidad de vida. Además, es esencial concienciar sobre la importancia de la prevención y el tratamiento temprano de enfermedades oculares para evitar que la pérdida visual progrese hasta niveles discapacitantes. La revisión oftalmológica periódica y el acceso a servicios de salud visual son herramientas clave para mantener una buena calidad de vida.