La ciudad de los templarios de Portugal con un castillo y un convento que fueron sede de la orden
Más allá de Lisboa y Oporto, a lo largo y ancho de Portugal podremos encontrar impresionantes ciudades con un patrimonio histórico, arquitectónico y cultural impresionante. Urbes como Braga, Aveiro y Coimbra reciben a gran cantidad de turistas deseosos de descubrir todos sus encantos.
Sin embargo, el país luso está lleno de sorpresas, localidades menos visitadas pero repletas de tesoros. Es el caso Tomar, en el corazón de la nación y apodada la ciudad templaria al haber sido una antigua sede de esta orden. Su despliegue monumental es extraordinario, con un interesante conjunto urbano que maravillará a todos los turistas.
El Convento de Cristo y la Orden del Temple
Situada en el distrito de Santarém, en la región Centro, se encuentra la mística ciudad de Tomar, fundada y diseñada en 1160 por Gualdim Pais, un importante maestro de la Orden del Temple. Siglos y siglos después, esa impronta histórica sigue presente en la localidad, tal y como se refleja en su arquitectura perfectamente conservada.
Sin duda, la joya de la corona es el Convento de Cristo, una de las obras renacentistas más importantes de Portugal. Declarado Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, cuenta con ocho claustros, una magnífica ventana de estilo manuelino de 4 metros de altura y una charola del siglo XII que funcionó como el oratorio de la orden y como escenario para las ceremonias de iniciación, de hecho se dice que los templarios entraban a ella a caballo.
El cenobio forma parte del conjunto arquitectónico del castillo de Tomar, que fue sede de la Orden del Temple hasta 1314 y de la Orden de Cristo (heredera de los templarios en Portugal) a partir de 1357. La fortaleza cuenta con tres recintos amurallados, donde destaca la robusta Torre de Menagem. Además, en su momento «fue la construcción militar más moderna y avanzada del reino», explican desde Turismo de Portugal.
Qué más ver en Tomar
Después de visitar el castillo y el convento, podemos bajar por la Mata dos Sete Montes (donde, según la tradición, ocurrían los rituales iniciáticos de la orden) hasta el centro histórico, pasando por la Ermita de Nuestra Señora de la Concepción, de estilo renacentista. La zona más antigua de Tomar está dispuesta en forma de cruz, con un cenobio en cada extremo y la Praça da República con la Iglesia de San Juan Bautista y la estatua de Gualdim Paisen el centro. En la parte sur, encontraremos el Convento de San Francisco, que acoge el curioso Museo de los Fósforos, mientras que al norte está el Convento de Anunciada y al este, el Convento de Santa Iria.
Callejeando por las calles de la ciudad, iremos visitando otros puntos de interés como la Iglesia de Santa Maria del Olival, que acoge varias tumbas de templarios, entre ellas la del propio Gualdim Pais. Por otro lado está la antigua sinagoga del siglo XV, actualmente el Museo Luso-Hebraico de Abraham Zacuto, dedicado a este astrónomo y matemático del siglo XV.
A todo ello se suma el Núcleo de Arte Contemporáneo, el Parque de Mouchão y la Roda do Mouchão. Asimismo, no podemos dejar de probar las delicias gastronómicas locales en alguna pastelería local, como el Café Paraíso, donde podremos saborear las queijadas de almendra y calabaza y las fatias de Tomar.