Hablando de Begoña Gómez en la cena de Nochebuena
Hace un año por estas fechas pocos podrían responder cómo se llamaba la mujer del presidente del gobierno, mientras ahora hasta tu sobrino adolescente que solo se informa por youtubers te da detalles del master que dirigía. Que sepamos tanto es gracias a ese juez tan creativo y laborioso
Cada año por estas fechas, en las comidas de empresa y cenas familiares, hay siempre un tema de actualidad que funciona como piedra de toque para detectar cuñaos, saber de qué pie cojea tu nuevo compañero de trabajo o el novio de tu madre, y dar vidilla a estas reuniones entrañables a partir del tercer vino. Y de paso evitáis hablar de temas propios más incómodos. En el tradicional ‘Bingo Cuñao’, este año tiene toda la pinta de que el tema estrella será Begoña Gómez, protagonista a su pesar de este 2024. Ninguna cena de Nochebuena o copa de empresa sin que alguien saque el tema: “¿qué os parece lo de Begoña Gómez?”. Si te aburres en la cena, empieza tú, verás qué risa.
Hace un año por estas fechas pocos podrían responder cómo se llamaba la muy discreta mujer del presidente del gobierno, mientras ahora hasta tu sobrino adolescente que solo se informa por youtubers te da detalles del master que dirigía. Que sepamos tanto y hablemos tantísimo de Gómez, es gracias a ese juez tan creativo y laborioso llamado Juan Carlos Peinado.
Yo reconozco que me pierdo en su fluvial instrucción, caudalosa y llena de meandros: tras el intento fallido de colarla en el caso Koldo, Peinado empezó a investigarla por el rescate de Air Europa y un concurso público ganado por un empresario al que se relacionaba con Gómez. Con eso rascó un tiempo, hasta que vio que no daba mucho de sí, tras no encontrar nada la UCO. Entonces tiró en otra dirección: la cátedra de la Complutense, y el software que se habría apropiado. Como ese camino tampoco lleva muy lejos, el juez empezó a curiosear en su relación con el Instituto Empresa, y en el papel de una asesora de Moncloa. “¡Por allí resopla!”, gritó el capitán Ahab de la justicia española, que parecía haber encontrado la ballena blanca, la pistola humeante, el Watergate.
Si esas nuevas vías no dan de sí lo esperado, no desesperen porque el juez abrirá otro frente. El escrutinio de todas las cuentas bancarias de Gómez dará seguro para encontrar algún movimiento, pago o ingreso que no esté muy claro. Y si no, siempre podrá intervenir sus dispositivos electrónicos, revisar sus correos y WhatsApp, que ahí fijo que encuentra petróleo.
Algo habrá hecho Begoña Gómez, y el juez lo acabará encontrando. No está solo en su titánica misión: trabaja en equipo con las acusaciones (Vox, Hazte Oír, Manos Limpias…) y con varios periódicos. Entre los tres se pasan la bola para que vaya creciendo: un periódico publica algo sospechoso, una organización ultra lo convierte en denuncia, el juez la admite, de su investigación salen nuevos datos que convenientemente filtrados acaban en el periódico, que publica algo sospechoso, y vuelta a empezar el ciclo sin fin, mientras van pasando nuevos testigos, nuevos imputados, nuevas investigaciones, nuevas filtraciones, nuevas acusaciones…, hasta que se nos olvida dónde empezó todo (el rescate de Air Europa), porque mira tú hasta dónde hemos llegado.
Tras nueve meses de actuaciones, solo tengo una cosa clara: que Begoña Gómez acabará procesada. No sé por qué delitos, pero algo habrá hecho y el juez lo encontrará. Y que Pedro Sánchez será imputado. Si el PP va diciendo que 2025 será “un infierno judicial” para Sánchez, y que los jueces lo acabarán tumbando, no hace falta ser magistrado emérito para adivinar que, entre todas las causas abiertas a “su entorno”, la de su mujer será la que llegue más arriba y logre el ansiado titular de “el Supremo pide al Congreso el suplicatorio para imputar a Sánchez”. Así que mira, al final sí que va a tener razón tu cuñao. Feliz navidad.