El castillo y la villa fortificada de Luque: un yacimiento arqueológico restaurado y con más de doce siglos de historia
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Luque, de alrededor de 3000 habitantes, es uno de los pueblos más antiguos de la comarca cordobesa. Es comúnmente conocido como «tierra de fronteras» por su papel estratégico en varias etapas históricas: la Antigüedad, la Edad Media y la Guerra Civil , en los que Luque fue el territorio que separaba bandos durante los conflictos. Ejemplo de esta zona estratégica es su castillo islámico, el Castillo «Hisn Lukk», el principal atractivo turístico y obra monumental de esta localidad cordobesa. Tanto el castillo en sí mismo como la villa fortificada que lo rodea tienen su origen en los últimos momentos del Emirato Omeya (s. IX) y en total tiene una extensión de 36 hectáreas. Luque es además el pueblo en el que tienen su inicio las Sierras Subbéticas, y en su cerro podemos encontrar restos del Neolítico, Calcolítico, Edad de Hierro y época romana, lo que corrobora aún más su antigüedad y trayectoria. La historia de este yacimiento arqueológico es extensa, pues la dominación islámica de la Península Ibérica abarca desde el año 711, cuando los musulmanes llegan para ayudar a una facción de visigodos que estaba en guerra civil, hasta 1492, año en el que es vencido el último reino musulmán de la Península, el Reino Nazarí de Granada. La historia del castillo comienza a finales del siglo IX, cuando el rebelde muladí Omar Ben Hafsun y su aliado Ibn Mastana lo conquistaron, lo fortificaron y lo convirtieron en su enclave estratégico. Años después, en 1240, Fernando III el Santo tomó la fortaleza, lo cual fue decisivo en su conflicto contra los musulmanes, pues tuvo el control de este territorio fronterizo durante más de cien años. Los restos que hoy se conservan son principalmente del siglo XIII: un castillo roquero, infranqueable por tres de sus lados, que cuenta con dos grandes torreones, tres tramos de murallas que defienden el acceso a su interior y una puerta que en su día fue levadiza. El núcleo central del castillo y la primera estancia que vemos intramuros es la Plaza o Patio de Armas, llamado así al espacio situado dentro del castillo y rodeado por una estructura fortificada. En el caso de este castillo en concreto, el Patio de Armas ocupa la mayor extensión de su recinto y está delimitado tanto por los propios muros defensivos como por las dos torres. Al igual que el castillo islámico, el castillo feudal contaba con dos grandes torres, una al sur y la otra al norte. La del extremo meridional es la conocida como Torre de la Cocinilla , fechada en época almohade . Desde esta torre se divisa la Laguna del Salobral, Alcaudete y la Sierra de Ahyllos. Durante casi más de cien años, concretamente desde 1240 a 1339, esta zona fue tierra de nadie. Un hecho histórico muy importante en la localidad de Luque es que en estos parajes se produjo el rapto de Pedro Venegas , tercer hijo del Señor de la Villa de Luque, a los ocho años. Este niño fue posteriormente unido en matrimonio con una hija de Muhammad IV y adoptó el nombre de Ridwan Bannigas. Bajo esta identidad acabaría siendo un personaje muy significativo, llegando incluso a ser visir del sultán Yusuf IV y convirtiéndose en el personaje más ilustre de la localidad luqueña. En general, todas las construcciones del castillo se mantuvieron sin grandes modificaciones hasta finales del siglo XV. Durante esta época, la desaparición de los conflictos nobiliarios y la conquista de Granada en 1492 propiciaron la transformación de la fortaleza, especialmente en el siglo XVII. Es en este siglo cuando se construye otro edificio dentro de la muralla, en el que encontramos los restos de la cimentación de una de las dos primeras torres que tenía el castillo en la época emiral. La otra de estas dos se encontraba donde ahora mismo está la Torre del Homenaje, cuyo nombre nos indica dos cosas: que se trata de una construcción cristiana y que es la torre más alta del castillo. Se llama así porque, durante la época feudal, los siervos juraban lealtad a sus señores en estas torres, es decir, les rendían homenaje. En la época califal todo este espacio estaba dentro del Patio de Armas. En la Torre del Homenaje existe constancia arqueológica de la existencia de un edificio de época almohade , posiblemente una torre, que sustituiría a una emiral anterior. Sobre esta estructura se construyó la actual Torre del Homenaje, que es un elemento característicamente feudal y que en su época funcionó como bodega o almacén. El acceso a esta se encuentra a un nivel algo superior desde el Patio de Armas, por lo que el ingreso debía realizarse a través de una pasarela de madera que era fácilmente desmantelada , garantizando así la compartimentación de la defensa. Este castillo además está dividido en secciones de conquista, es decir, si los atacantes conseguían entrar en una parte del castillo, siempre existía otra que estaría cerrada y a la que no se podría acceder fácilmente. El interior de esta torre, tanto la planta baja como la superior, está compuesto por bóvedas de gallones y semiesféricas, construidas con ladrillo. Las estancias principales de ambos pisos están estructuradas en dos estancias separadas por arcos. Una curiosidad de este castillo es la existencia de arcos de herradura, tan característicos de la arquitectura islámica. Por último, la torre cuenta con una terraza en la que también se realizaban funciones de captación de agua pluvial, que después era conducida hasta el aljibe por el exterior del muro mejor defendido; en este caso, el del este. Un aljibe es un depósito de almacenamiento de agua, ya que en un castillo, tanto en su día a día como en épocas de guerra, el agua tiene una función fundamental. Es por esta razón por lo que se presta especial atención a su recogida, conducción y almacenamiento en todas las fortalezas. En el caso del castillo de Luque existen dos aljibes situados entre la Torre del Homenaje y el edificio del siglo XVII. Después de años de negociaciones, en 2021 comenzaron las obras para restaurar este castillo, con una inversión de más de 910.000 euros. Esta inversión es fruto de la colaboración entre el Ministerio de Transporte , Movilidad y Agencia Urbana y el Ayuntamiento de Luque, con la colaboración de la Diputación de Córdoba. Finalmente, en junio de 2024 se volvieron a abrir sus puertas al público. Tras la restauración, cerca de un 75 % del castillo es original y aproximadamente un 25 % es nuevo. Esta distinción es evidente y podemos verla en los materiales que han empleado : bóvedas y suelos de madera y ladrillos rojos, frente a la piedra y los colores blancos y amarillos de la construcción original. Además, se han usado placas de acero para la restauración de las paredes, algo que también puede apreciarse a simple vista. En la reforma se han incluido elementos como los antemuros, lo cual hace mucho más seguras sus visitas y facilita el acceso a las murallas. Esta restauración permite acercar siglos de historia a sus visitantes y pone en valor no solo el castillo de Luque, declarado Bien de Interés Cultural, sino también todos los existentes en Córdoba, la segunda provincia con más castillos de España.