Lo que debes hacer si tu hija te dice que quiere apuntarse al gimnasio y entrenar fuerza
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Le evidencia científica ya ha demostrado que las pesas son básicas a los 60, 70 y 80 años . En una reciente entrevista en ABC, por ejemplo, os contamos la historia de Ramona que, a sus 83 años , es la envidia de todas sus amigas y va todas las tardes al gimnasio. Sin embargo, el ejercicio de fuerza no es sólo recomendable en edades avanzadas: durante toda la vida, todos, deberíamos poder estar en cuclillas sin poner cara de sufrimiento. Y cuanto antes se trabaje ello, mejor. Por eso, no es una idea descabellada entrenar desde edades bien tempranas. El problema es que las chicas abandonan el deporte en la adolescencia , según un reciente estudio del Grupo de Investigación Psicosocial en el Deporte de la Facultad CAFyD (INEF) de la Universidad Politécnica de Madrid, el Consejo COLEF y Fundación Mapfre. Al mismo tiempo, el Grupo de investigación en Deporte y Actividad Física (GREAF) de la Universidad de Vic-Universidad Central de Cataluña (UVic-UCC) y el Instituto de Investigación en Ciencias de la Salud y de la Vida de la Cataluña Central (IRIS-CC), constata que el 70% de chicas dejan el deporte a su llegada en la adolescencia. Todo esto sucede mientras la OMS recomienda entrenar tres días a la semana fuerza y al mismo tiempo que muchas familias desconocen cómo sus hijas pueden crecer sanas y fuertes. De todo ello hablamos con Esther Morencos Martínez, profesora e investigadora de Ciencias de la Actividad Física y del deporte, Universidad Francisco de Vitoria. -¿Qué les pasa a las niñas y adolescentes con el deporte? Son numerosos los estudios que indican que ellas abandonan antes que ellos la práctica deportiva. ¿Por qué? Sí, desgraciadamente es así. Tenemos tanto estudios publicados como informes de diferentes observatorios que confirman ese hecho y las principales razones de que esto esté ocurriendo: Los cambios corporales y la llegada de la menstruación, que pueden generar inseguridades y molestias que desmotivan la continuidad en la actividad física. La percepción de que los espacios deportivos están dominados por chicos puede hacer que las niñas se sientan incómodas o excluidas, ese concepto de masculinización de los entornos deportivos. La ausencia de modelos a seguir, nos siguen faltando referentes (aunque esto esté mejorando) y la persistencia de estereotipos que asocian el deporte principalmente con los hombres. La carga de estudios y otras responsabilidades, siempre con mayor peso social en ellas que en ellos, limitan el tiempo dedicado a la práctica deportiva y queda relegada de la lista de cosas importantes o prioritarias. La falta de programas deportivos que se ajusten a las preferencias y necesidades de las niñas lleva también al desinterés y posterior abandono. Como podemos ver, no son pocos los argumentos… -'A ella no le hace falta', 'Ya con lo que corre en el parque tiene suficiente'… piensan algunos padres y madres cuyas hijas no practican deporte. En cambio, sí quieren que hagan deporte si tienen sobrepeso. ¿Qué refleja esto? Estas frases reflejan un desconocimiento de la importancia del deporte en el desarrollo integral de las niñas y perpetúan estereotipos de género que afectan negativamente su participación. A menudo, en las familias se ve el deporte como una herramienta para «corregir» problemas físicos, como el sobrepeso, en lugar de valorarlo por los múltiples beneficios que aporta en términos de salud, bienestar mental, habilidades sociales y autoestima. Además, esta visión suele estar influenciada por roles de género tradicionales, donde el esfuerzo físico se percibe más adecuado o «necesario» para los chicos, mientras que las niñas reciben el mensaje implícito de que eso no es para ellas. Este tipo de creencias, aunque puedan parecer inofensivas, contribuyen a la desigualdad en el acceso al deporte y limitan el desarrollo de habilidades fundamentales. Por ello, es crucial cambiar el enfoque y entender que el deporte no es solo una cuestión de salud física, sino una herramienta esencial para el desarrollo integral de cualquier persona independientemente de su género. -¿Por qué es importante que nuestros hijos entrenen, hagan deporte...? Porque el deporte no solo mejora su salud física, también fortalece su salud mental, fomenta valores como el trabajo en equipo y les enseña a superar retos. Además, es una herramienta clave para prevenir enfermedades y construir hábitos saludables que les acompañarán toda la vida. -¿Y es el ejercicio de fuerza una buena alternativa en chicas menores y adolescentes? Absolutamente. El entrenamiento de fuerza es seguro y eficaz si se realiza de forma adecuada. Ayuda a mejorar la densidad ósea, la postura, el dominio motriz, la salud hormonal y metabólica y el rendimiento en cualquier deporte. También tiene beneficios psicológicos, como aumentar la autoestima y reducir la ansiedad. -Por cierto, ¿qué es entrenar fuerza en estas edades? Entrenar fuerza significa mejorar la capacidad de los músculos de generar tensión, lo que repercute directamente en habilidades fundamentales como empujar, tirar, saltar o estabilizar el cuerpo. A menudo se vincula directamente con levantar pesas, pero es esto y también mucho más, es más amplio y diverso. El entrenamiento de fuerza puede incluir ejercicios con el propio peso corporal, con implementos de todo tipo (gomas, balones medicinales, máquinas, pesas…), con movimientos más específicos o que imitan gestos cotidianos o deportivos. Y todas estas opciones mejoran la coordinación, el equilibrio, la eficiencia en actividades diarias y deportivas, el control motor, previene de lesiones y fomenta un desarrollo físico y mental armónico. -¿Desde qué edad se puede entrenar fuerza y cuáles son sus beneficios? Puede iniciarse a partir de los 6-7 años, siempre que se adapte a las capacidades y etapa de desarrollo del niño o niña y se realice bajo supervisión adecuada. Los beneficios son incontables, más allá de lo mencionado hasta ahora, también mejoran el movimiento de su cuerpo, lo que les permite tener las habilidades necesarias para todo desempeño deportivo y disfrutar de ello sea el nivel que sea. Contribuye a un buen desarrollo óseo, a la salud cardiovascular y metabólica y no nos podemos olvidar de los beneficios psicológicos. No se trata de «crear» músculo, si no de utilizarlos bien y que eso tenga huella en el resto de su vida. -¿Se entrena fuerza en colegios e institutos? En el sistema educativo español, la educación física incluye contenidos relacionados. Sin embargo, la profundidad y eficacia de este aprendizaje varían según el centro y la interpretación del currículo por parte del profesorado, así como de los recursos disponibles. Tengamos en cuenta que tenemos pocas horas de EF en estas etapas educativas, esto es una realidad, ya fallamos de base como sistema. Los argumentos para ampliar la EF en los colegios están abalados por la ciencia, por la experiencia de otros países con modelos de más horas y por la repercusión en la economía del país por el más que ya reconocido impacto directo en la salud. Además, persisten ciertos estereotipos de género que asocian el entrenamiento de fuerza más con los chicos que con las chicas, lo que puede influir en su implementación. En muchos centros se lleva a cabo un trabajo excelente en EF con pocas horas y hasta con pocos recursos, pero también es verdad que hay modelos anglosajones donde nos sacan ventaja en implementar este entrenamiento en los colegios e institutos. -Hay muchos parques de calistenia en Madrid. La mayoría de quienes van son chicos, quienes hacen flexiones, dominadas… ¿y ellas? Esto vuelve a reflejar un problema cultural. Muchas chicas sienten que esos espacios no son para ellas o no se sienten representadas o incluso seguras. Necesitamos cambiar esta percepción, promoviendo su participación y creando ambientes donde ellas se sientan bienvenidas y motivadas. -Si una menor le dice a sus padres que se quiere apuntar al gimnasio a entrenar fuerza y es sólo porque está influida por determinada 'fit influencer', ¿qué le deben decir? Es importante escuchar y comprender sus motivaciones. Si bien el interés puede nacer de una influencia superficial, se puede convertir en algo positivo si se enfoca en los beneficios reales del entrenamiento. Los padres/madres deben apoyarla, buscar información confiable, profesionales adecuados y guiarla hacia un enfoque saludable y de disfrute, lejos de expectativas poco realistas. -¿Qué es el programa Smart Fit Girls ? Es una iniciativa que busca empoderar a adolescentes a través del entrenamiento de fuerza, enseñándoles a moverse de forma segura y promoviendo la confianza en sí mismas. Además, fomenta una relación saludable con el ejercicio, alejada de la obsesión por la apariencia física. Es un programa que permite enseñarles a amar sus cuerpos a través del desarrollo de su fuerza. Durante el programa, las participantes se involucran en actividades que mejoran su autoestima e imagen corporal, además de introducirse en este tipo de entrenamiento en un ambiente grupal y divertido. -En España, ¿no hay iniciativas de este tipo? Que yo conozca no. Si las hay similares, ¡bienvenido sea saber de ellas y hacer toda la promoción y difusión posible! -Entonces, ¿se necesitan iniciativas únicamente diseñadas para el público femenino? Las iniciativas diseñadas exclusivamente para el público femenino son efectivas y necesarias, sobre todo mientras la sociedad avanza en la verdadera equidad. La promoción de programas deportivos integradores desde edades tempranas ofrece beneficios significativos en términos de igualdad de género, desarrollo social y cohesión. Por otro lado, la implementación de programas deportivos mixtos, donde niños y niñas entrenan juntos, ha demostrado ser beneficiosa para fomentar la igualdad de género y mejorar las habilidades sociales de ambos sexos. Por ejemplo, la FIFA promueve el fútbol mixto como una herramienta para proporcionar acceso igualitario y las mismas oportunidades para niños y niñas, destacando que esta práctica puede fomentar la igualdad de género y mejorar la cohesión social. Además, hay muchos deportes (atletismo, escalada…) donde desde siempre es común que chicos y chicas entrenen juntos, lo que promueve un ambiente de respeto y colaboración mutua. Esta práctica conjunta desde edades tempranas ayuda a eliminar estereotipos de género y a construir una cultura deportiva más inclusiva.