Mamut rinde homenaje a su nombre con menús de chuletón y calçots ilimitados
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Ya ha comenzado la temporada de los «calçots» o cebolletas tiernas asadas y para disfrutar de este manjar no hace falta desplazarse a Valls, donde es un producto con Indicación Geográfica Protegida (IGP). A 18 kilómetros de Barcelona, en la salida de Viladecans-Filipinas de la C-31 , está Mamut Beach Club junto a una de las playas vírgenes del litoral barcelonés del mismo nombre que el estanque la Murtra. Tras haber cerrado durante el mes de noviembre para elevar el techo un metro y medio, dando paso a mucha más luminosidad, además de incorporar potentes bombas de calor y de aire acondicionado, Mamut rinde homenaje a su nombre y ofrece mastodónticos menús a precio fijo. Por ejemplo, los mediodías de miércoles a viernes el restaurante tiene el menú calçots, consistente en una teja de cebolletas tiernas a la brasa para untar de salsa romesco, hecha a base de almendras y avellanas y, de segundo plato, parrillada de carne o arroz de butifarra con alcachofas del colindante Parque Agrario del Baix Llobregat , con el colofón de un postre a elegir entre crema catalana con carquiñol, «mel i mató» o brownie de chocolate al precio de 24,90 euros, con el pan de payés a la brasa con tomate, alioli y la bebida incluidos. También de martes a viernes (festivos no incluidos) y para dos personas, se puede degustar el menú chuletón para comer como nuestros ancestros, que lograron extinguir los mamuts . Arranca con una ensalada verde de lechuga con tomate, huevo duro y ventresca de atún, pan de payés a la brasa con tomate de colgar y alioli y, de segundo, chuletón de vaca con guarnición a escoger entre patatas al caliu o patatas fritas o pimientos del padrón. Y, de postre, crema catalana de maracuyá con fresas especiadas. El menú incluye una bebida por comensal al precio cerrado de 40 euros. Para aquellos que no tienen fin al comer calçots, los fines de semanas existe la posibilidad de hartase de forma ilimitada de esta cebolleta tierna asada , además de alcachofas a la brasa y, de segundo, una parrillada de carne Mamut, integrada por pluma ibérica, butifarra, pollo y cordero, acompañada de patata al caliu, escalivada y alubias de Santa Pau. También de segundo se puede elegir un arroz mar y montaña de pluma ibérica y zamburiñas. De postre, a elegir entre crema catalana con carquiñol, «mel i mató» o brownie de chocolate al precio de 40 euros incluida la bebida y el pan de payés a la brasa con tomate y alioli. De cara a las señaladas fiestas navideñas, el menú de Navidad y San Esteban también es a precio cerrado y extensísimo por 60 euros, mientras que los infantiles salen a 35 y el menú de fin de año, con cotillón y baile hasta las 5 de la madrugada cuesta cien euros por comensal. El establecimiento cuenta con dos comedores y uno de ellos se puede exclusivizar para eventos de empresa, familiares o amigos. El singular espacio de Mamut Beach Club, al que el visitante se sumerge en un espacio natural a través de un estrecho camino entre cañaverales que accede a la playa, contribuye a que el comensal se sienta inmerso en un paraje exótico y cálido. A tan solo 15 minutos de Barcelona está este oasis que, con la llegada del invierno, además de sus dos animadas terrazas, dispone de un jardín donde disfrutar de gastronomía en un espacio de ambiente relajado para dar cuenta de las tradiciones culinarias catalanas, donde destacan su brasa y el chuletón de un kilo. Además, el establecimiento dispone de un aparcamiento privado gratuito. Los propietarios de este restaurante del grupo Lancaster están comprometidos con los productos de proximidad. De hecho, estar situados en el corazón del Parque Agrícola del Baix Llobregat hace posible que las verduras, hortalizas y frutas de su carta recorran cero kilómetros hasta la mesa de los comensales. Esta a puesta por la promoción del desarrollo culinario sostenible les ha hecho merecedores del certificado Biosphere que otorga la Unión Europea en materia de sostenibilidad y compromiso con el medio ambiente.