Este es lugar de Qatar en el que puedes encontrar restos de la Mezquita de Córdoba
0
Muchos vestigios del pasado islámico de Córdoba laten (y seguirán haciéndolo) en su subsuelo; otros, sobreviven en la superficie al paso de los siglos como emblemas de aquel pasado dorado en el que Qurtuba era la capital del mundo; y también existen restos que evocan aquel esplendor, pero desde enclaves remotos. Es el caso de las piezas que expone el Museo de Arte Islámico (MIA) de Doha , en Qatar, procedentes de la gran Mezquita y de Medina Azahara. Según aparece detallado en la web del centro expositivo, las piezas cordobesas , adquiridas, en su mayoría, en subastas, se muestran en la sala ocho del museo (cuenta con dieciocho galerías organizadas según amplios temas históricos y culturales, períodos y geografía, y exploran las grandes tradiciones de la artesanía islámica). Bajo el título 'Las artes cortesanas de al-Andalus' , esta sala muestra varias piezas de especial relevancia de su colección permanente. Por un lado, en la sala pueden verse varias vigas califales de madera de la Mezquita de Córdoba . «Cuando [la Mezquita] fue ampliada [en el siglo X], fue instalado un gran techo de madera para proteger a los creyentes del sol, Estas vigas soportaban su estructura y estaban decoradas con hojas de vid entrelazadas y motivos geométricos. Estaban originalmente pintadas y eran visibles desde el suelo», indica la ficha descriptiva. Además, hay diversos capiteles de piedra procedentes de Medina Azahara. Cabe destacar que son muchas las piezas de este yacimiento que han salido a subasta. Desde el siglo XI, de cuando data la destrucción de la ciudad palatina, hubo un auténtico expolio del yacimiento que prácticamente no acabó hasta que la Junta logró las competencias del yacimiento, en la década de los 80. No obstante, la estrella de esta galería es el Doha Hind , un surtidor de agua en forma de ciervo que decoraba una pila del patio del palacio de la ciudad palatina. Otra similar se expone en el Museo Arqueológico de Córdoba (el Cervatillo) y hay una segunda en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid (la Cierva de Medina Azahara). El Doha Hind representa a una hembra de ciervo rojo cuyo cuerpo fue fundido en una sola pieza de bronce mediante la técnica de la cera perdida, con la base hecha aparte. «La postura del animal es naturalista , ligeramente apoyado sobre sus cuartos traseros con la cabeza levantada y las orejas erguidas, los ojos ovalados y la boca abierta, mientras que el rostro está extremadamente estilizado», indica el Museo de Doha. La superficie del animal está incisa con un patrón repetido de medias palmetas dentro de círculos, con una melena trenzada y un motivo de estrella de ocho puntas en relieve en el centro de la frente. «Su decoración da la impresión de que el animal está cubierto por un suntuoso tejido con borlas. Esta pieza demuestra la rica artesanía de los Omeyas de Al-Andalus». Según se indica en la ficha de la pieza, la abertura de la boca de la cierva sugiere su función como fuente de agua . Dada la ausencia de una abertura directa hacia su vientre o de un conducto que condujera a su boca, parece que el agua habría pasado directamente desde un conducto hacia el pedestal y luego a través de las patas hasta el cuerpo antes de salir por la boca. Estas piezas son sólo algunas de la impresionante colección de arte islámico del MIA (unas nueve mil piezas en total), de las que en torno a 1.000 son españolas y en total abarca obras de arte de tres continentes y 1.400 años. Así, en este espacio museístico también se pueden ver azulejos procedentes de la Alhambra datados en el siglo XIV, o varias piezas de cerámica algunas procedentes de Manises.