Ingeniera química peruana dejó su carrera para conservar abejas nativas y reforestar bosques en Lambayeque: su padre se enojó al inicio
Ysabel Calderón Carlos ha sido reconocida como Guardiana de Restauración de Montañas 2023 por el Foro Global de Paisajes (GLF). Desde su hogar en Lambayeque, se dedica a restaurar bosques y proteger abejas, esenciales para la biodiversidad. Su labor destaca la importancia de estos polinizadores en la conservación de ecosistemas.
Su historia es un testimonio de conexión con la naturaleza. Desde su infancia, observó cómo la deforestación afectaba a las abejas, lo que la llevó a comprometerse con su conservación. Su emprendimiento, Sumak Kawsay, busca restaurar ecosistemas y promover el buen vivir a través de la apicultura sostenible.
Con su trabajo, no solo ha recuperado especies de abejas nativas, sino que también ha creado un modelo de turismo vivencial que educa sobre la importancia de estos insectos. Su enfoque integral combina la conservación, la educación y el desarrollo económico, convirtiéndola en un referente en la lucha por la sostenibilidad.
La conexión de Ysabel con la naturaleza
Desde pequeña, Calderón ha sentido una profunda conexión con la naturaleza. En el caserío El Higuerón, donde creció, aprendió a valorar la relación entre las abejas y los árboles. Su experiencia al observar la disminución de abejas tras la tala de árboles la motivó a actuar. “Las abejas nativas dejan sus huevitos en los huecos de los árboles, especialmente en el Palo Santo, pero la tala las afectaba”, manifestó para Andina.
PUEDES VER: De Puente Piedra a Irlanda: la ingeniera de la UNI que triunfa en Google y lidera un voluntariado en Perú
Esta conexión la llevó a estudiar y obtener su bachillerato en ingeniería química en la Universidad Nacional Pedro Ruiz Gallo. Sin embargo, su verdadero llamado fue regresar a su comunidad para restaurar el entorno natural. Así nació Sumak Kawsay, un proyecto que busca recuperar la biodiversidad y promover el buen vivir a través de la conservación de abejas nativas.
Esa decisión generó inicialmente el descontento de su padre, pero con el tiempo comprendió que su hija tenía un sueño: lograr que las abejas volvieran a su hogar.
Sumak Kawsay: un proyecto de vida
El emprendimiento Sumak Kawsay, que significa "buen vivir" en quechua, se centra en la investigación y conservación de abejas nativas. A través de este proyecto, Ysabel ha logrado rescatar cuatro especies de abejas, incluyendo la Apis Mellifera, conocida por su producción de miel. Este esfuerzo le valió el reconocimiento como Guardiana de Restauración de Montañas 2023 y un financiamiento de 5.000 euros para consolidar su empresa.
La ingeniera ha aprendido sobre apicultura y meliponicultura, especializándose en el manejo de abejas nativas sin aguijón. “Las abejas nativas polinizan plantas silvestres, son el sustento de bosques y animales que aprovechan los alimentos de la naturaleza”, explicó. Su enfoque en la sostenibilidad y el respeto por los ciclos naturales ha permitido que su proyecto crezca y se desarrolle de manera responsable.
La Ruta de la Miel: turismo vivencial
Además de la producción de miel, la peruana ha creado la Ruta de la Miel, un paquete turístico que permite a los visitantes conocer el apiario y aprender sobre la vida de las abejas nativas. Este enfoque busca educar a las personas sobre la importancia de respetar el campo y la biodiversidad. “Queremos que las personas aprendan a respetar el campo, cada planta y animal”, afirmó.
La Ruta de la Miel no solo promueve la conservación, sino que también genera ingresos para las familias de El Higuerón. Los visitantes pueden disfrutar de un recorrido por el apiario y culminar con un almuerzo preparado por las familias locales, fortaleciendo así la economía de la comunidad.
Desafíos y logros en la conservación
La ingeniera enfrenta numerosos desafíos en su labor de conservación. La deforestación, el uso de agrotóxicos y la crisis climática amenazan a las abejas nativas y su hábitat. Sin embargo, su compromiso con la restauración de montañas y la protección de estos polinizadores la ha llevado a ser reconocida internacionalmente. En 2024, recibió el Premio Midori a la Biodiversidad y el Premio para la Conservación Carlos Ponce del Prado, destacando su labor en la conservación y la equidad de género.
“Las abejas nos enseñan a trabajar en comunidad”, reflexionó. Su trabajo no solo se centra en la conservación de las abejas, sino también en empoderar a otras mujeres de su comunidad para que se conviertan en defensoras del medio ambiente. “Queremos que ellas también se conviertan en defensoras de su comunidad”, señaló en una entrevista para El País.