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Un palestino denuncia una paliza al grito de “Viva Israel” por un portero de discoteca en Barcelona: “Me hice el muerto para salvar la vida”

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La sala Upload ha condenado los hechos y ha apuntado que el trabajador de seguridad no formaba parte de su plantilla, sino que fue contratado por el Poble Espanyol, el recinto dentro del cual se encuentra el local

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“Me agarró por el cuello con su brazo y me arrastró hacia atrás. Me estaba estrangulando. Era tan asfixiante que sólo me concentré en intentar respirar, en sobrevivir”. Así habla Z., un joven palestino de 31 años, que ha denunciado una paliza por parte de un portero de la discoteca de la sala Upload.

El ataque se produjo el pasado 15 de noviembre, pero se ha conocido este lunes a raíz de una publicación en redes sociales en la que el agredido hace públicos los hechos. “No es algo que me haga ilusión, pero creo que estas cosas se tienen que saber”, asegura en conversación con elDiario.es.

Z. explica que el ataque se produjo sobre las 4 de la mañana, después de que notara la presencia de una bandera palestina en el local y preguntara al empleado de seguridad si sabía quién la había puesto. Recibió como respuesta una pregunta: “¿Estás con Hamás?”. El agredido replicó que estaba “con la resistencia del pueblo palestino”. A lo que el portero contestó: “Viva Israel”.

Z. reconoce que insultó al guardia justo antes de salir del local y, mientras se liaba un cigarrillo en la puerta, el empleado salió tras él y se le acercó. Tras un breve enfrentamiento verbal, empezó la agresión, tal como cuenta la víctima y se recoge en la denuncia que ha presentado ante los Mossos d’Esquadra.

El joven relata cómo el portero le tiró al suelo y empezó a golpearle en la cara y en el cuerpo, a la vista de otros trabajadores de la seguridad del recinto, algunos de los cuales llegaron a sujetarle mientras otro le pegaba y le asfixiaba. “Lo único que se me ocurrió para salvar la vida fue hacerme el muerto”.

Después de eso, los guardias cejaron, pero inmovilizaron a Z., lo esposaron y lo llevaron a un lado. Fue entonces cuando sus amigos salieron del local, alertados por otros asistentes, y llamaron a la policía. Los agentes enviaron a Z. al hospital, de donde salió con un parte de lesiones que describe el desplazamiento de su ojo izquierdo debido a un sangrado interno, así como las abrasiones, golpes y magulladuras por diversas partes de su cuerpo.

“Llegué a temer por perder la vista”, explica Z., en conversación con elDiario.es en una cafetería de Barcelona, casi un mes después de los hechos. Hoy su córnea muestra pocos restos de la agresión y se alegra de tener la visión completamente sana. “Las heridas físicas ya han curado. Ahora queda el sentimiento de rabia”.

El joven enmarca lo que le ha pasado en el contexto del conflicto en Gaza. “Es consecuencia del genocidio, es una extensión del pensamiento sionista y lo que ha pasado es más grande que el chico que me pega y que yo mismo”, recuerda Z. “Este portero tenía algo que decirme. Había decidido quién era yo antes de que contestara y ya me odiaba. Era odio lo que vi en ese ataque”, relata.

La sala condena los hechos

La sala Upload se encuentra dentro del Poble Espanyol, un museo arquitectónico que une diversas calles y edificios de diferentes ciudades y pueblos de España. En su interior también hay tiendas, restaurantes y algunas discotecas, como en la que sucedieron los hechos. La sala es conocida por su gestión cooperativa y por posicionarse abiertamente a favor de la causa Palestina, así como de la lucha LGTBI o del feminismo. Por ello, se muestran muy consternados por los hechos.

Aseguran a elDiario.es que siempre han cuidado mucho el personal que contratan para evitar que haya incidentes discriminatorios. Y así lo hacen, insisten, con los trabajadores de seguridad. Pero el empleado denunciado por Z. no fue contratado directamente por Upload, sino por el Poble Espanyol, y forma parte de una empresa de seguridad que no es con la que suele contar la discoteca.

Upload publicó un comunicado poco después de que Z. hiciera público el ataque, en el que condena los hechos y se reitera “en contra del genocidio”. Apuntan que no fueron conscientes de “la dimensión y el alcance de los hechos” hasta esta semana y sobre el vigilante apuntan que “era la primera vez que venía y jamás volverá a trabajar en la sala”, remachan.

Por su parte, desde el Poble Espanyol aseguran a este medio que desconocían los hechos denunciados por Z. y que están investigando y consultando las grabaciones de las cámaras de seguridad para decidir cómo proceder.

Z. lamenta que la agresión haya ocurrido en Barcelona, ciudad en la que hace un año y medio que reside y que considera una de las más “justas” con Palestina. Y también le duele que haya sido en una sala como la Upload.

“Sé que son buena gente y me sienta bien que hablen de ‘genocidio’, pero tengo que decir que no es excusa que el portero no fuera trabajador de la sala”, dice Z., que critica que los trabajadores de seguridad a menudo sean subcontratados. “Si la mayoría de locales lo hacen así para que, cuando pase algo, el negocio no tenga responsabilidades, es que ya se sabe que suele haber problemas”, reflexiona.

Z. quiere reparación y justicia, pero duda de que pueda conseguirla con el proceso judicial que ha iniciado. También insiste en que no quiere convertirlo en una lucha contra la sala Upload, pero insiste en que se siente obligado a seguir adelante. “No por mí, que yo querría seguir con mi vida. Sino por mi pueblo”, asegura.