La industria biotecnológica pierde brillo en los mercados
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El sector biotecnológico, que vivió un auge espectacular durante la pandemia del Covid impulsado por la necesidad global de soluciones médicas , atraviesa ahora una fase de corrección. Empresas como Pfizer, que alcanzaron máximos históricos con sus acciones rondando los 59 euros a finales de 2021, han caído hasta los 25 euros en la actualidad. Otras compañías como Johnson & Johnson, con un valor de 150 dólares por acción, apenas superan los niveles de diciembre de 2019, cuando estaban en 140. Sanofi, por su parte, cotiza en 92 euros, apenas un avance desde los 83 de finales de 2019. Este escenario refleja un sector que enfrenta retos tras su auge pandémico. Javier Hombría, profesor del máster en bolsa y mercados financieros del Instituto de Estudios Bursátiles (IEB), destaca que la evolución bursátil del sector farmacéutico y biotecnológico no ha sido positiva en los últimos años. Según datos de Bolsas y Mercados Españoles (BME), el sector ha perdido casi un 50% de su valor en los últimos cinco años, reflejando un contexto de corrección, de acuerdo con un gráfico provisto por Hombría. Mathieu Racheter, jefe de Estrategia de Investigación de Renta Variable en Julius Baer, señala que el sector sanitario ha tenido un desempeño inferior este año, reflejando la rotación de los inversores hacia sectores cíclicos beneficiados por la recuperación económica. Además, las posibles reformas en Estados Unidos , como la reducción de costes de medicamentos y el mayor escrutinio a los gestores de beneficios farmacéuticos (PBMs), incrementan los riesgos políticos, dice Racheter. Aunque el sector cotiza con un descuento del 7% respecto al mercado general, frente a su prima histórica del 3%, los desafíos actuales exigen una estrategia selectiva, especialmente por la presión regulatoria y el impacto potencial en biotecnológicas y farmacéuticas, añade. Otro de los retos que enfrenta el sector, según señala Hombría, es la revisión de los elevados costes sanitarios en EE.UU., donde el presidente electo Trump ha designado al doctor Martin A. Makary como jefe de la FDA. Este enfoque, añade Hombría, incluye un escrutinio sobre el precio de los medicamentos y la aprobación de nuevos compuestos que aportan pocos avances respecto a soluciones genéricas ya disponibles. En cambio, existen muchas oportunidades en este sector, afirma Raúl C. Sararu, fundador y CEO de DQA. Considera que el 'biotech' sigue siendo atractivo para los inversores a largo plazo, especialmente por su capacidad para abordar desafíos globales de salud mediante la innovación. Sararu destaca que la pandemia expuso la necesidad de soluciones escalables y sostenibles, lo que llevó a DQA a desarrollar una plataforma de telemedicina basada en blockchain. Además, destaca que las sinergias entre biotecnología, salud digital, turismo de bienestar y tecnología médica crean nuevos mercados y refuerzan los existentes, consolidando el valor del sector. Saruru considera que la integración de blockchain es clave para el crecimiento del 'biotech', al aportar seguridad y transparencia en la gestión de datos, ensayos clínicos y autenticación de productos. También destaca la medicina personalizada , impulsada por la IA y la genómica, junto a la tokenización, que redefine la financiación y atrae a inversores globales, fortaleciendo el sector. En cuanto a oportunidades de inversión, el analista de mercado Javier Cabrera considera que el mercado americano ofrece valores destacados como Moderna. A pesar de su caída en bolsa este año, la compañía presenta un sólido potencial gracias a su diversificada cartera de productos. Cabrera apunta que, aunque la vacunación contra el Covid-19 ha perdido ritmo globalmente, en Estados Unidos la campaña avanza más rápido que en años anteriores, con un incremento de la población vacunada del 14,5% al 18,9%. Este progreso, unido a la cuota de mercado de Moderna, que oscila entre el 40% y el 50%, podría reflejarse positivamente en sus resultados, dice. Además, la compañía busca ampliar su presencia en vacunas para enfermedades respiratorias y desarrolla una vacuna contra el cáncer basada en ARN mensajero, con resultados prometedores y prevista para antes de 2030, comenta. Este avance podría consolidar su posición en el sector e impactar significativamente en su cotización, dice. En Europa, Cabrera señala a Sanofi y Novo Nordisk como inversiones atractivas. Sanofi destaca por su crecimiento de doble dígito en ingresos y beneficios, impulsado por un portfolio diversificado, donde nuevos lanzamientos ya representan el 10% de sus ingresos, y un pipeline robusto con 27 productos en fase 3. Además, cotiza a múltiplos razonables respecto a su media histórica. Novo Nordisk, por su parte, sobresale en el tratamiento de la obesidad , un mercado cuyo coste global podría alcanzar los 4 billones de dólares en 2035. Sin embargo, Cabrera advierte que sus elevados múltiplos reducen su atractivo como inversión. En general, concluye que las grandes compañías, aunque menos arriesgadas, ofrecen una fiabilidad superior a las firmas más pequeñas. No obstante, el sector biotecnológico también enfrenta desafíos importantes que los inversores deben considerar, según explica Javier Cabrera. Entre los principales riesgos, destaca la volatilidad inherente a estas empresas, ya que las inversiones en I+D funcionan como apuestas : si tienen éxito, generan grandes beneficios; si fracasan, pierden valor residual y afectan a las cotizaciones, dice. Por ello, Cabrera recomienda que los inversores interesados en el sector opten por ETFs que representen el comportamiento global del mercado, especialmente si no disponen del tiempo o los conocimientos necesarios para analizar en detalle el potencial de los productos en desarrollo. Otro factor relevante es el impacto de las políticas monetarias, que tienen un doble efecto sobre el sector, según Cabrera. Las bajadas de tipos facilitan el acceso a financiación barata, permitiendo a las empresas biotecnológicas invertir más en I+D, señala. Sin embargo, este entorno también puede fomentar lo que Cabrera denomina « malinversión », donde se destinan recursos a proyectos excesivamente arriesgados o con horizontes inciertos, lo que podría perjudicar a los accionistas, advierte. En contraste, un entorno de tipos de interés altos obliga a las empresas a ser más selectivas y responsables, priorizando proyectos con mayor potencial y optimizando sus recursos, añade. Además, Cabrera subraya que la regulación y la competencia son retos constantes para el sector. Las estrictas normativas para la aprobación de medicamentos pueden ralentizar el desarrollo de nuevos productos, comenta. A esto se suma la intensa competencia , especialmente en áreas como la oncología y las terapias genéticas, donde las empresas deben diferenciarse para mantener su relevancia, señala. Pese a estos desafíos, el sector biotecnológico sigue ofreciendo oportunidades significativas para los inversores que sepan identificar empresas con carteras innovadoras y modelos de negocio sólidos, concluye. Por último, Cabrera recomienda adoptar una estrategia diversificada y a largo plazo para invertir en este sector. Las grandes compañías, aunque ofrecen menos potencial de revalorización, destacan por su fiabilidad y capacidad de invertir en I+D, dice. No obstante, las empresas emergentes también presentan oportunidades atractivas para quienes estén dispuestos a asumir mayores riesgos, añade. En este sentido, Cabrera identifica tendencias clave como la medicina personalizada y las terapias basadas en ARN mensajero, que están marcando el futuro de la biotecnología y podrían transformar el sector en los próximos años. El sector biotecnológico está viviendo una revolución impulsada por tecnologías emergentes que prometen transformar la salud y la industria. La edición genética, con herramientas como CRISPR-Cas9 , permite modificar genes con una precisión inédita, ofreciendo soluciones a enfermedades genéticas y abriendo la puerta a terapias personalizadas. La biología sintética, por su parte, está ganando terreno al diseñar organismos vivos capaces de cumplir nuevas funciones, fundamentales para desarrollar biocombustibles y materiales sostenibles. También destaca la inteligencia artificial, cada vez más integrada en el análisis de datos genómicos y en el descubrimiento acelerado de nuevos fármacos . Finalmente, la biomanufactura está optimizando la producción de productos biológicos, logrando procesos más eficientes y respetuosos con el medioambiente. Estas innovaciones sitúan al biotech como un pilar estratégico para afrontar los grandes desafíos de la próxima década.