Los costes de las pymes se disparan un 27% en cinco años
La resiliencia de las pequeñas y medianas empresas españolas está en entredicho pese a los buenos datos de crecimiento económica. Las cifras macroeconómicas ocultan la pérdida de pulso de la creación de empleo y el desplome de la inversión al dispararse las cargas y los costes que estrechan a niveles mínimos su margen de beneficios y su rentabilidad. De primeras, los costes laborales acumulan un alza de más del 18% desde 2019, con un claro estancamiento del empleo en las microempresas por el despegue exponencial los costes laborales, que han provocado un crecimiento del 0% del empleo en estas empresas respecto a niveles prepandemia, cuando acumulaban crecimientos por encima de 3% algunos ejercicios.
Además, la productividad suma siete trimestres consecutivos de caídas interanuales, el volumen de ventas apenas avanza un 0,6% desde hace cinco años, insuficiente para remontar pese al repunte de las ventas, la mejoría del acceso al crédito y la menor inflación, que «no bastan para compensar el perjuicio de las alzas de costes ni relanzar la productividad», apunta Diego Barceló, coordinador del último «Indicador sobre la situación de la pyme» del tercer trimestre de este año.
Según Cepyme, pese a la moderación de la inflación –en especial, del precio de la energía, que se redujo un 10,2% en el trimestre–, el repunte de las ventas de las pymes es «insuficiente para compensar los sobrecostes», lo que ha elevado los costes laborales hasta el tercer trimestre del año un 4,2%. Además, la productividad encadena siete trimestres de caídas interanuales y se sitúa lejos todavía de recuperar niveles prepandemia, y la rentabilidad se sitúa un 12% por debajo del nivel de 2019. Por ello, Cepyme reclama al Gobierno que apueste por la moderación de los costes laborales, que impacta de forma «especialmente dura» entre las microempresas, «las más sensibles ante medidas que afectan a los salarios, la contratación o la jornada», incide el informe, que aporta un dato revelador: el número de microempresas se ha reducido casi un 2% desde 2019 , con el empleo en esta tipología empresarial –que supone el 85% del parque con asalariados– congelado, «lo que constata una recuperación desigual según el tamaño de las compañías, en detrimento de las más pequeñas.
Recorte de jornada y SMI
En este sentido, Cepyme reclama la necesidad de pensar en las pymes a la hora de adoptar medidas económicas y procurar que «éstas alienten la ganancia de tamaño empresarial, especialmente antes de adoptar decisiones referentes a variaciones en el tiempo de trabajo, el salario mínimo (SMI) o a continuar con los aumentos de las cotizaciones sociales», que en enero de 2025 volverán a incrementarse tanto sus bases como sus tipos.
En cuanto a los costes operativos generales de las pymes, han experimentado cuatro bajadas interanuales recientes con dos leves subidas, pero persisten casi un 27% por encima del nivel del tercer trimestre de 2020. «La tendencia de estabilización en variaciones más moderadas deriva principalmente del descenso del 10,2% interanual en la energía, pese a seguir un 68,5% por encima del nivel prepandemia», indica el estudio. Si se compara el tercer trimestre de 2019 con el correlativo de 2024, la subida de los costes operativos para el conjunto de las pymes alcanza el 24,1%, siendo del 25,3% para las pequeñas y del 21,6% para las medianas –con un 36,7% más altos los insumos, 68,5% más cara la energía y 18,1% más altos los laborales–.
Este impacto de los costes actúa con disparidad según el tamaño de la empresa. Para el conjunto de las pymes, el componente laboral subió un 18,1%, frente al 19,3% de alza que soportaron las pequeñas empresas y el 15,3% las medianas compañías. En cuanto a los servicios que utilizan las pymes, su precio medio muestra incrementos interanuales de entre el 1,5% y el 2,2% desde hace seis trimestres, «tendiendo las variaciones de los distintos tipos a hacerse más homogéneas».
Pérdida de productividad
Cepyme también pone énfasis en que el negativo impacto de estos costes en las empresas cobra especial importancia en un escenario de pérdida de productividad media de las pymes, encadena siete trimestres de reducciones interanuales. Pese a que es ahora inferior a la que tuvieron, por ejemplo, durante el cuatrienio 2016-2019 –con una diferencia negativa promedio del 1,7%–, si la comparativa se realiza con el tercer trimestre de 2022 –momento en el que se registró el mejor dato de productividad de las pymes de la postpandemia– el saldo negativo se sitúa en el 3,8%.
Por su parte, el volumen de ventas de las pequeñas empresas, es similar al de 2019. Apenas son un 0,6% más elevadas que en 2019, mientras que en las medianas crecieron un 14,5%.
Respecto a la creación de empresas, las que más han sufrido han sido las micropymes. Entre 2022 y 2024, la cantidad de grandes compañías se incrementó un 10,9%, mientras caía la cifra de microempresas un 0,2%.