Génova da medio año a Mazón antes de moverle la silla en Valencia
Carlos Mazón tiene medio año por delante para demostrarle a la dirección de su partido que es capaz de hacer que la reconstrucción funcione, para darle la vuelta a una opinión pública mayoritariamente crítica con su gestión de la DANA y para hacer que las encuestas no sigan diciendo que es un problema para los intereses nacionales del PP.
Si no lo consigue, tendrá que hacer frente a un congreso regional, previsto para antes del verano, en el que se enfrenta al riesgo de no contar con el favor de Alberto Núñez Feijóo y de la cúpula nacional. Es la oportunidad más inmediata que tiene el PP para mover piezas y trasladar a la opinión pública el mensaje de que ha tomado nota de que entienden que Mazón no estuvo a la altura de lo que esperaban de él y de que su responsabilidad en la gestión de la DANA debe tener consecuencias políticas. El último congreso regional de los populares valencianos se celebró en julio del 21. En aquel cónclave, en el que el partido a nivel nacional estaba todavía presidido por Pablo Casado, Mazón fue elegido presidente del PP a nivel regional.
El actual cierre de filas es coyuntural. No quiere decir que en Génova ignoren que su situación es un problema. Pero entre un mal (su continuidad) y un mal peor (perder la Generalitat) escogieron lo primero hasta ver qué pasa en los próximos meses. En medio año, como quien dice, al PP se le ofrecerá la oportunidad de utilizar el congreso regional para agradecerle a Mazón los buenos servicios prestados en la reconstrucción, si así fuera, o para enviar el mensaje de que poco a poco empiezan una nueva etapa y que el presidente de la Generalitat está de salida.
Están tan en alerta con lo que se mueve en la Comunidad Valenciana que desde el primer momento empezaron a tomar el pulso demoscópico a la crisis para ver por dónde iba el viento de la opinión pública. El seguimiento les confirma que Vox ha cogido carrerilla hasta situarse en los 40 escaños (como también confirma la encuesta que hoy publica LA RAZÓN), y que la tragedia les penaliza a ellos más que al PSOE. Pero los daños los ven controlables, o en eso confían, en tanto estén en guardia y usen el margen de maniobra que les queda si la situación no mejora. En principio, entienden que juegan con el tiempo a su favor porque no entra en su calendario una convocatoria de elecciones generales en el próximo año. Las primeras urnas en el horizonte son las autonómicas de Castilla y León.
A pesar del respaldo público que Feijóo ha ofrecido a Mazón en todo momento, lo que circunscriben al ejercicio de su responsabilidad institucional, la relación entre los dos ha estado marcada por los altibajos y por decisiones controvertidas por parte de quien en el partido hay quien ya ha bautizado como el «barón díscolo».
Mazón llegó a la Presidencia del PP de la mano de Pablo Casado y Teodoro García Egea, que apostaron por él frente a Isabel Boning. Ella era la candidata natural como presidenta del PP valenciano hasta ese momento, y después de haberse encargado, además, de recomponer a la organización territorial en su peor etapa, ya que acababan de perder la Generalitat por el coste electoral de los casos de corrupción que les cercaban.
Pero Casado y Egea no quisieron premiar la labor de Boning y optaron por Mazón, presidente de la Diputación de Alicante, en lo que fue una operación que acabó provocando el abandono de la política por parte de Boning.
Mazón tenía el apoyo de la dirección nacional, pero no el de los cuadros del partido, y esto hizo que optase por rodearse de personas de su confianza, sin apenas experiencia, lo que ha quedado en evidencia en la gestión de la DANA.
Desde el PP valenciano se está trasladando a Madrid el aviso de que la situación en la calle es «muy complicada» y de que ven «muy difícil» que se pueda dar la vuelta al clima de rechazo general porque a Mazón se le considera el principal responsable de la falta de reflejos en la respuesta a las horas más complicadas de la riada. Por eso, el congreso regional lo valoran como una oportunidad para preparar el camino a fin de que no repita de candidato si la situación no cambia.
Mazón fue el primero en pactar con Vox tras las últimas autonómicas –decisión que en Madrid ven en buena parte responsable de no haber conseguido los resultados que esperaban en las generales, es decir, de que Pedro Sánchez siga en el Gobierno. El PP valenciano le afea que sea impulsivo y que no atienda a los consejos que se le dan desde la dirección nacional. No lo hizo con Vox ni tampoco en la administración de la DANA, cuando el primer mensaje que le llegó fue que pidiera la declaración de emergencia nacional y que desconfiara de la mano tendida de Sánchez en las primeras horas del día después de la riada.