La historia tras las enmiendas del PSOE sobre las siglas LGTBIQ+: 218 votos de 1.101 y una exvicepresidenta contra Moncloa
La propuesta para retirar la Q de Queer y el + que se refiere a otras identidades salió adelante a última hora con 218 votos, menos del 20% de los militantes que tenían derecho a votar, de los cuales el 63,8% se había ausentado y ni siquiera participó de la votación
El PSOE enmienda al PSOE y a su Gobierno: el feminismo próximo a Carmen Calvo pone (otra vez) patas arriba su discurso LGTBI
La gran mayoría de los 1.101 delegados y delegadas acreditados por el PSOE para su congreso federal de Sevilla no participó en las votaciones del plenario a las que estaban convocados el sábado a última hora de la noche. Es en ese plenario donde se refrendan los trabajos llevados a cabo en las comisiones sectoriales durante todo el congreso y donde se decide si las enmiendas 'vivas' (las que obtienen más de un 30% de apoyos en comisión) acaban por incorporarse o no a los documentos oficiales del partido. Como la propuesta para excluir las siglas Q y + del colectivo LGTBI, que salió adelante con tan solo 218 apoyos.
De hecho, la clave para que se aprobara esa enmienda, que va en contra no solo del propio camino señalado por el partido en su ponencia marco sino de la propia acción del Gobierno, fue precisamente la ausencia generalizada de delegados en la votación clave, que dejó el camino libre y sin contrapesos a las militantes organizadas y alineadas en torno a figuras como Carmen Calvo o Ángeles Álvarez.
Según ha podido confirmar este periódico con varias fuentes presentes en el plenario, la enmienda salió adelante con esos 218 votos a favor, 176 en contra y 5 abstenciones. Lo que significa que solo participaron 399 de los 1.101 delegados y delegadas acreditadas. El 68,3% de los llamados a votar, por tanto, no estaba donde debía.
Las mismas fuentes consultadas hablan de un plenario desangelado a última hora de la noche del sábado y apuntan a que la gran mayoría de delegados y delegadas decidió marcharse directamente tras los debates de las comisiones, con una presencia de apenas 400 personas de las más de 1.100 acreditadas.
Durante el desarrollo de esas comisiones, todas las miradas estaban puestas en la que abordaba la financiación autonómica por si el pacto del PSC con ERC hacía saltar chispas entre las distintas federaciones del PSOE. Pero aquello acabó con un acuerdo unánime sobre una reforma negociada de manera multilateral y el revuelo, sin embargo, estaba en la de Igualdad.
Varios altos cargos socialistas del Gobierno presentes en el congreso de Sevilla coincidieron en señalar su malestar con el “lío” montado por Carmen Calvo, actual presidenta del Consejo de Estado y enemiga declarada de la 'ley trans', que participó en la comisión y lideró la organización de las militantes contrarias a avanzar en el reconocimiento de las identidades sexuales y de introducir matices en las categorías deportivas femeninas.
LGTBI y mujeres en el deporte
Son dos las enmiendas aprobadas que han suscitado, de nuevo, controversia sobre la posición del PSOE alrededor de los derechos trans. Una, presentada por la delegación de Asturias, que pedía “eliminar de todos los párrafos de la ponencia el acrónimo LGTBIQ+ o similares y sustituirlo por LGTBI conforme a los acuerdos adoptados” en el anterior congreso del partido. Si bien en la ponencia de 2021, cuando el partido se encontraba en plena batalla interna por la ley trans y la autodeterminación de género, se pactó utilizar las siglas LGTBI, este año el texto iba más allá. En algunas partes de la ponencia se añadía la Q o el símbolo +. Sin embargo, la enmienda para evitar que se añadieran esos símbolos al acrónimo LGTBI salió adelante, contra el pronóstico de la organización.
La Q procede del término anglosajón Queer, que comenzó siendo un insulto (desviado, raro) y que la comunidad LGTBI terminó apropiándose para referirse a las ideas y prácticas que rechazan el género, la identidad o la orientación sexual como etiquetas fijas y cuestionar el sistema binario. El símbolo + representa la ampliación a todas las identidades y diversidades sexuales, afectivas, corporales o de identidad.
El término está asentado en organizaciones y documentos internacionales, desde la ONU hasta la Unión Europea. El Ministerio de Igualdad, en manos socialistas, cuenta con una “Dirección general para la igualdad real y efectiva de las personas LGTBI+”.
La otra enmienda que alude a los derechos trans es la que habla de la participación en el deporte. En este caso, la enmienda buscaba añadir al texto la frase: “sin que ninguna persona de sexo masculino pueda participar en las categorías destinadas a mujeres”. Parece una obviedad, puesto que eso ya sucede. Aunque algunas voces dentro del PSOE subrayan que la enmienda aprobada solo constata algo que ya es real, lo cierto es que esa explicación parece más un intento de salvar los muebles ante lo que muchos consideran un grave error. La enmienda alude claramente a la participación de las personas trans en el deporte.
Fuentes de la delegación de Guadalajara, bajo la que se presentó esta propuesta, confirman que la enmienda “de manera implícita” busca “abrir un debate sereno” sobre la participación de las personas trans en las competiciones deportivas, “con independencia del sexo registral”. La ley trans establece que cualquier persona puede cambiar su sexo registral con su mera declaración en el Registro Civil y sin necesidad de tratamientos médicos, hormonales y cirugías. Las mismas fuentes apuntan a que esta enmienda podría permitir “mejorar la ley” en este sentido. Fuentes del Gobierno aseguran, sin embargo, que la ley para la igualdad real y efectiva de las personas LGTBI es una norma del Ejecutivo que van a seguir implementando.
A preguntas de la prensa, la ministra de Igualdad, Ana Redondo, defendió este martes en los pasillos del Senado que la decisión del PSOE de no incluir Q+ en las siglas LGTBI es un “debate más, que está abierto y genera posiciones a favor y en contra”, pero hizo hincapié en que el PSOE ha dado “señas más que sobradas del avance en derechos”.
“No vamos a dar ni un paso atrás en derechos. Lo importante es qué es el partido y qué es este Gobierno”, dijo la ministra, que recordó que la hoja de ruta son los acuerdos con Sumar en el desarrollo de la ley trans y LGTBI en una declaraciones recogidas por EFE.