Cártel de Sinaloa busca sintetizar sus propios precursores químicos para la fabricación de fentanilo
Ni la detención de Ismael El Mayo Zambada, ni la ola de violencia que azota a Culiacán desde el pasado 9 de septiembre han impedido queel Cártel de Sinaloa continúe traficando toneladas de fentanilo a Estados Unidos.Mientras Los Chapitos continúan su pugna contra Ismael Zambada Sicairos -alias El Mayito Flaco- por el control de la capital sinaloense, en septiembre y octubre la oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) del Departamento de Seguridad Nacional reportó el decomiso de mil 904 kilogramos del potente opioide sintético, únicamente en sus sectores de la frontera sur. Las casi dos toneladas de fentanilo que cayeron en manos de la CBP dan cuenta de que la traición y entrega del también llamado Señor del Sombrero a autoridades estadunidenses no tuvo impacto en el lucrativo negocio que ha llevado a sus herederos y a los de Joaquín El Chapo Guzmán al radar de las autoridades de ambos países. "No parece ser que la estrategia punitiva de combate a la articulación de cárteles tenga un impacto en la producción, comercialización y consumo de drogas. Es un fenómeno de mercado, hay productores, hay consumidores y sin importar quiénes sean los intermediarios, que en este caso son los cárteles, hay una población que consume y zonas de producción que no se interrumpen", explicó en entrevista con MILENIO el analista en seguridad David Saucedo. En palabras del experto, la estrategia que autoridades mexicanas y estadunidenses han seguido tiene como única consecuencia que el mercado de las drogas se encarezca, un escenario que está lejos de cumplir el objetivo de frenar el trasiego de drogas al país de las barras y las estrellas.Las revelaciones de The New York TimesCifras difundidas por el gobierno estadunidense confirman que pese a la fractura que experimenta el Cártel de Sinaloa, el fentanilo continúa fluyendo por sus fronteras, pero no solo eso, pues un reciente reportaje difundido por The New York Times alerta sobre una nueva etapa de la problemática. La entrega firmada por las periodistas Natalie Kitroeff y Paulina Villegas relata la historia de tres estudiantes de química a cuyas vidas llegó una jugosa pero peligrosa oferta: convertirse en 'cocineros' de las drogas sintéticas que el Cártel de Sinaloa envía a Estados Unidos. De acuerdo con el reportaje publicado por el medio estadunidense, reclutadores de la organización delictiva se han dado a la tarea de buscar perfiles de estudiantes de química ideales para incluirlos en su lucrativo negocio. A costa de sus necesidades y a cambio de un salario superior al de cualquier profesionista titulado, a los jóvenes se les asigna la difícil tarea de perfeccionar su fórmula de fentanilo. Ante la latente demanda del opioide sintético existente entre los consumidores estadunidenses, el Cártel de Sinaloa busca potencializar el efecto del narcótico además de desarrollar por sí mismos los precursores químicos utilizados para su producción. A través de peligrosos experimentos realizados en narcolaboratorios incrustados en las montañas de Sinaloa, los estudiantes reclutados combinan su nuevo empleo criminal con su vida estudiantil pues, según el relato de un profesor entrevistado por The New York Times, los jóvenes continúan asistiendo a sus clases para aprender más sobre los procesos químicos necesarios para la elaboración de los narcóticos. Si bien el modus operandi de reclutamiento expuesto por el citado medio estadunidense alertó a la población civil y a la opinión pública, es la intención detrás de dicha acción la que presagia un nuevo obstáculo para combatir la producción y el eventual tráfico de fentanilo, al menos en el Cártel de Sinaloa. Los precursores químicosEn abril de 2023, el gobierno de Estados Unidos hizo pública una mega acusación presentada ante el Distrito Sur de Nueva York en contra de cuatro de los hijos de Joaquín El Chapo Guzmán y más de una veintena de sus colaboradores. ¿El motivo? Encabezar lo que consideran como la operación más “prolífica y peligrosa de tráfico de fentanilo del mundo”. Desde jefes de seguridad hasta ‘cocineros’, contrabandistas de armas y operadores financieros fueron incluidos en el documento judicial que desató una cacería en su contra. Entre el cúmulo de personas acusadas destacó el nombre de cuatro ciudadanos de origen chino cuya labor consiste en proveer al Cártel de Sinaloa los precursores químicos necesarios para la elaboración de drogas sintéticas, incluyendo el fentanilo. Las labores de inteligencia que agencias como la Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) realizaron para rastrear el origen del opioide sintético dieron cuenta de que China se convirtió en la fuente de la mayoría de los productos químicos utilizados por el cártel para fabricar su fentanilo. Al respecto, el Departamento del Tesoro ha designado a empresas como Wuhan Shuokang Biological Technology Co. Ltd y a Suzhou Xiaoli Pharmatech Co., Ltd (SXPC) con sede en el titán asiático por participar en el envío de químicos como el N-BOC-4-Piperidona, utilizado para la fabricación del letal narcótico. Además de colaborar en la venta y envío de los precursores químicos para el Cártel de Sinaloa, a los ciudadanos Kun Jiang, Yonghao Wu, Yaqin Wu y Huatao Yao se les señaló de proporcionar instrucciones a los integrantes de la organización delictiva para "cocinar" el opioide sintético así como de recibir los pagos a través de sistemas de criptomonedas, los cuales también son utilizados para lavar dinero. El vínculo entre Los Chapitos y los proveedores chinos fue ubicado por la DEA en Guatemala en donde una mujer llamada Ana Gabriela Rubio Zearealizaba las negociaciones y se encargaba del soborno a autoridades aduanales para recibir los cargamentos, cruzarlos por centroamérica y posteriormente enviarlos a México. Tras descubrir dicha cadena de enlaces y participantes, tanto el gobierno de Estados Unidos como el de México instaron a sus homólogos en China una mayor restricción en el manejo de los precursores químicos para evitar que lleguen a manos de cárteles mexicanos. En noviembre de 2023 el presidente Xi Jinping anunció que las compañías chinas reducirían los envíos de precursores químicos a América Latina, además de que cooperaría con el intercambio de información sobre el presunto tráfico de materiales a través de una base de datos internacional. La colaboración con el gobierno chino y las restricciones puestas en marcha orillaron tanto al Cártel de Sinaloa como al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) -considerados ambos como los principales traficantes de fentanilo- a buscar otros mercados con regulaciones débiles sobre los precursores químicos, como por ejemplo el de India. Diversos episodios exhiben cómo los cárteles mexicanos continúan buscando socios en el continente asiático para conseguir los codiciados precursores que requiere su fórmula de fentanilo, sin embargo y de acuerdo con The New York Times, eso estaría próximo a cambiar. “Intentar sintetizar los precursores desde cero es un proceso mucho más difícil que requiere una gama más amplia de técnicas y habilidades químicas”, describe sobre el peligroso proceso James DeFrancesco, profesor de química orgánica de la Universidad de Loyola en el reportaje firmado por las periodistas Natalie Kitroeff y Paulina Villegas. Si bien expertos en química coinciden en lo riesgoso que es para los ‘cocineros’ realizar dicho proceso, el interés que tiene el Cártel de Sinaloa en que sus nuevos reclutas consigan sintetizar los precursores recae en su proceso logístico. Y es que, al conseguir los químicos en territorio nacional la organización criminal reduciría no solo gastos de importación sino también riesgos de incautación, agilizando de este modo su proceso de producción del fentanilo. Ante dicho panorama, la colaboración entre China u otros países asiáticos con México y Estados Unidos se enfrentaría a un periodo de incertidumbre en donde el objetivo dejaría de ubicarse en grandes empresas químicas o aduanas y pasaría a estar en aquellos discretos narcolaboratorios incrustados en la sierra donde el conocimiento de jóvenes estudiantes pasó a estar al servicio del crimen organizado. ATJ