Tambores de crisis energética
Dice Elon Musk que Europa se está muriendo. No hay que descartar que tenga razón. Arranca la nueva Comisión Von der Leyen con la española Ribera como estrella, lo que da una idea del nivel alcanzado por este Gobierno de Europa, por primera vez respaldado por una mayoría menguante. El principal problema con el que va a tener que lidiar el Gabinete es la economía. La actividad empresarial en la Eurozona se ha desplomado, el euro cayó a su nivel más bajo desde 2022, y la crisis en Alemania, locomotora de la UE, amenaza toda la actividad productiva. Para colmo, los planes arancelarios de Trump no auguran nada bueno.Además nos estamos enfrentando a una posible crisis energética, como consecuencia de la rápida reducción de las reservas almacenadas de gas natural y una mayor caída de los suministros procedentes de Rusia. La inminente expiración del contrato para el tránsito de gas ruso a través de Ucrania, una de las dos únicas rutas por las que el gas de este origen fluye aún hacia Europa, hará que la mayor parte de esa energía sea reemplazada por el licuado GNL. En 2021, la participación del GNL en el mercado europeo fue del 20 por ciento. Tras el abandono del gasoducto Nord Stream, aumentó hasta el 34 por ciento. Los mercados energéticos mundiales son inestables y la UE va a tener que luchar duro por conseguir importaciones de Asia. Al aumentar las tensiones aumenta la demanda, y eso provoca subidas de precios.El gas en origen ha escalado ya este año por encima del 40 por ciento, aunque los precios siguen debajo de los de 2022.