Verstappen gana en Qatar y Ferrari mantiene la lucha por el título de Constructores
El Mundial de pilotos se decidió la pasada semana en Las Vegas y lo hizo con un espléndido Max Verstappen, que solo siete días después, y con la corona ya en el bolsillo, dio un recital de conducción en el circuito de Qatar. Cuando nadie lo esperaba, Red Bull dio con la tecla en la configuración del monoplaza y el neerlandés hizo el resto. Ni Norris con un mejor coche en teoría, ni las sucesivas neutralizaciones que tuvo la carrera pudieron desestabilizarle en un trazado donde adelantar no es fácil. Y eso que el sábado, después de hacer la “pole” le sancionaron con una sola posición por rodar demasiado despacio en la vuelta de preparación en los últimos instantes de la clasificación.
En la salida le “robó” la cartera a Russell y dese ahí se puso al mando para no perder el control en ningún momento. La primera parte de la carrera fue relativamente cómoda. El desgaste de los neumáticos era según lo previsto o incluso menor y Norris, segundo, no hallaba la manera de superarle. Ni siquiera de acercarse lo suficiente para intentar la maniobra de adelantamiento, siempre a final de recta. Antes, Russell, que era segundo, se auto eliminó entrando en boxes el primero y colocando neumáticos duros. Lo hizo a destiempo y, además, segundo después se desató la tormenta. Un espejo desprendido de un coche quedó en la recta principal, con el consiguiente peligro que podía tener. Los pilotos esperaron un coche de seguridad virtual pero nunca llegó a decretarse. Y al mismo tiempo, Sainz y Hamilton pincharon. Finalmente, Bottas pasó por encima y terminó por desintegrarlo para esparcir restos por toda esa parte de la recta. Ahí fue cuando se produjo la primera salida del coche de seguridad. Todos entraron en boxes y la posibilidad de hacer algo con la estrategia desapareció.
Después se produjeron varias neutralizaciones más y Verstappen las controló perfectamente a excepción de la segunda, ya que se despistó porque las luces del Mercedes AMG que anuncia la salida del coche de pista no funcionaron y reaccionó tarde. Norris le inquietó, aunque supo resolverlo. La carrera se terminó cuando Norris fue sancionado con 10 segundos por no respetar las banderas amarillas en recta cuando la dirección de carrera quería advertir del peligro que representaba el espejo. Cuando salen estos luminosos reflejan una situación de peligro importante y los pilotos deben levantar el pie del acelerador, al margen de que no se puede adelantar en esta circunstancia. Norris no lo hizo y los comisarios, justamente, fueron implacables con el incumplimiento de estas normas de seguridad. Además, los jueces tienen acceso a la telemetría de los pilotos y observaron que Norris no desaceleró. Es automático, como el fuera de juego del VAR en el futbol en determinadas situaciones. El de McLaren debió pasar por boxes, parar 10 segundos y regresa a pista. Ahí se acabó su carrera, aunque al final fue capaz de sumar un punto.
Lo peor para McLaren vino después porque Leclerc, con el Ferrari, superó a Piastri en el momento de cambiar ruedas y eso trastocó sus planes en la batalla que ambos mantienen por el título de Constructores. En este sentido, fue una pena que Sainz no adelantara a Gasly en el tramo final de la carrera, ya que el madrileño acabó sexto y podía haber hecho algo más. Sufrió un pinchazo, daño el coche, el equipo falló en la parada y probablemente el monoplaza del español no iba muy fino. Todo se decidirá en Abu Dabi ya que McLaren solo aventaja a Ferrari en 21 puntos.
El otro gran protagonista del día fue Fernando Alonso. Tuvo una actuación estelar saliendo octavo, perdió posiciones y en los dos momentos de caos, en primer lugar, entró en boxes para poner el obligatorio neumático duro y poco después, aprovechando otra neutralización, puso los medios, que eran la mejor opción en ese momento. Acabó séptimo con un coche que no está ni para sumar un punto.