¡Palestina, amor nuestro!
Ahora puede decirse, como nunca antes en la historia, que el mundo jamás podrá ser el mismo, que hay un parteaguas sangriento, un antes y un después ante el holocausto perpetrado por Israel contra el pueblo palestino.
En este punto del tiempo todo acompañamiento será poco; toda denuncia, ante tamaña barbarie, será poca. Pero, gesto a gesto, el mundo puede levantar una gigantesca bandera de paz y amor, de memoria, de empatía, de vergüenza que no encuentra acomodo ante el martirio de Palestina.
En esta hora, serían imperdonables el silencio o la indiferencia. Y es por eso que, amaneciendo este viernes, tuvo lugar en la Plaza de la Revolución Mayor General Serafín Sánchez Valdivia una Tribuna Antimperialista en defensa de la causa palestina, justo en el Día Internacional de la Solidaridad con ese pueblo hermano.
El sol no había ascendido en el cielo cuando comenzó el acto que contó con la presencia del Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista y Presidente de la República de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez; del miembro del Buró Político y Secretario de Organización del Comité Central del Partido Comunista, Roberto Morales Ojeda; de la integrante del Comité Central del Partido y Primera Secretaria en la provincia, Deivy Pérez Martín; del Gobernador del territorio, Alexis Lorente Jiménez; entre otras autoridades.
En los primeros minutos de la Tribuna fue recordada una expresión del Presidente Díaz-Canel: «Cuba condena en los términos más duros los bombardeos contra la población en Gaza y la destrucción de sus viviendas, hospitales e infraestructura civil; y repudiamos los asesinatos de personas inocentes, como resultado de la actual escalada, que ataca con saña, sin distinción de etnia, procedencia, nacionalidad o fe religiosa».
Foto: Estudios Revolución
Como la poesía es el lenguaje que más hondo puede calar, fueron escuchados -en voz del joven actor Leo García- versos del poema «Enamorado de Palestina», del Poeta Nacional de Palestina, Mahmoud Darwish: «Palestina de ojos y tatuajes- Palestina de nombre. Palestina de- sueños y penas.- Palestina de pies, de cuerpo y de- pañuelo- Palestina en palabras y en silencio- Palestina de voz- Palestina de muerte y nacimiento.»
El Cuarteto «A su tiempo» interpretó «Palestina mi amor», obra del cantautor Ariel Díaz; y entonces subió al escenario Caroline Ahinoa García Castro, pionera de sexto grado de la escuela Serafín Sánchez Valdivia, quien desde la ternura de su infancia dijo que es injusto y cruel que los niños de Palestina no puedan disfrutar de una infancia feliz: «Los niños, dijo, merecen vivir en un mundo mejor, donde se escuche el trinar de los pájaros».
Estremecieron, seguidamente, las palabras del doctorante en Ciencias Agrícolas, Sanad Abdulralhmam, de la hermana República de Yemen. Él dijo que lo que está presenciando el mundo no es una guerra sino un acto de barbarie a la vista de todos; y preguntó de qué sirven los organismos internacionales, de qué sirven tantas reuniones y diálogos entre las naciones poderosas.
Foto: Estudios Revolución
Subieron para compartir sus sentimientos los poetas repentistas Abel Amador y Maikeidlis Díaz, quienes se hicieron acompañar de la Parranda Espirituana; y seguidamente sumó su voz, a nombre de los trabajadores espirituanos, Maidenly Toledo, quien afirmó que «la justicia no puede demorar más».
Un discurso encendido y conmovedor ofreció el Primer Secretario del Comité Provincial de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), Abram Sánchez, quien dijo que «la historia no perdonará a los indiferentes»; quien recordó que ya son más de 40 mil los asesinados -la mitad de ellos, niños, mujeres y ancianos-; y quien no pasó por alto que los Estados Unido han vetado en la arena internacional todo intento de alto al fuego. Él pidió solidaridad para esa Palestina de sueño, de cuerpo y de pañuelo; y expresó que esa Palestina de la dignidad y el decoro merece todo nuestro amor y cariño, nuestro apoyo incondicional.
La música cerró la emocionante jornada protagonizada por el pueblo espirituano: la solista Ivette Echemendía y el Septeto Espirituano interpretaron «Cuba, qué linda es Cuba», de Eduardo Saborit. Y de ese modo, mientras el sol enseñaba su rostro ardiente y rojizo, terminó la Tribuna Antimperialista, esa que no será la última, porque el mundo necesita infinidad de gestos en defensa del Hombre como hermano del Hombre.