Un mes, todo por hacer
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El tiempo pasa rápido, especialmente si no vives en zonas y ciudades afectadas. Hoy se cumple un mes de aquel fatídico 29 de octubre en el que agua inundó casi todo en la provincia de Valencia, maldita tarde, maldita Dana . Aquella noche creíamos ser conscientes de la barbarie, y sin embargo nos hemos quedado cortos, todos. Nadie pudo imaginar que un mes después seguiríamos buscando desaparecidos, que el barro y el fango, seguirían presentes en bajos y garajes. Un mes después , se busca que hacer con 120.000 coches destruidos. Hay colegios que no abrirán sus puertas en todo el curso. El drama sigue, se va a quedar mucho tiempo, pero no para siempre, es nuestra misión, es tarea de todos. El domingo comienza un punto de inflexión en las consecuencias económicas. En Valencia se correrá la Maratón , sin duda, una de las pruebas de fondo más importantes y prestigiosas del mundo. La ocupación hotelera en Valencia ya supera el 90% y ofrece un importante respiro a la restauración. Las imágenes de los drones en la prueba ayudarán a restañar la caída en las reservas hoteleras, es obligatorio volver a la normalidad. Pero para que de verdad todo vuelva a su sitio hace falta que la clase política esté a la altura. Hace un mes fallaron las personas como se ha encargado de repetir hasta la saciedad Pedro Sánchez , pero también falló el sistema, y lo hizo de manera estrepitosa. Echarse los trastos a la cabeza tiene dos consecuencias directas. La primera y más importante es que en las zonas afectadas la ayuda que llega es menos efectiva, unos por otros. La segunda es que si no se reconvierte el sistema, seguiremos desprotegidos ante catástrofes de esta naturaleza. La única esperanza de esta barbarie es que hayamos aprendido algo, pero escuchando a Pedro Sánchez afirmando que el sistema no falló, directamente me pongo a temblar.