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Un patrón de sueño irregular se asocia con un 26% más de riesgo de tener un infarto o un ictus

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El 48% de la población adulta española y el 25% de la población infantil no tiene un sueño de calidad. Según datos de la Sociedad Española de Neurología, (SEN) más 4 millones de españoles padecen algún tipo de trastorno del sueño crónico y grave y la World Sleep Society calcula que al menos un 45% de la población mundial padecerá en algún momento algún trastorno del sueño grave.

En cuanto a las horas de sueño, un 33% de los jóvenes entre 18 y 34 años admite dormir de forma insuficiente, es decir, menos de 7 horas, según un estudio reciente con más de 3.500 personas elaborado por Fundación Mapfre, la SEN y la Sociedad Española del Sueño (SES). La cantidad recomendada de sueño nocturno es de 7 a 9 horas para las personas de entre 18 y 64 años y de 7 a 8 horas para las personas de 65 años o más.

Existe sobrada evidencia de que dormir poco y mal tiene efectos devastadores sobre la salud, hasta el punto de que cada vez más es una de las recomendaciones de los profesionales para tener hábitos de vida saludables. Sin embargo, la mayoría de los estudios que analizan el impacto del sueño en la salud se centran en la duración del sueño y no hay tanta información sobre el impacto de los patrones de sueño, concretamente el sueño irregular, definido como las variaciones en el momento en que una persona se va a dormir y se despierta.

Ahora, un estudio con más de 70.000 participantes del Instituto de Investigación y Departamento de Pediatría del Hospital Infantil del Este de Ontario, perteneciente a la Universidad de Ottawa, en Canadá, ha evidenciado que las personas con un sueño irregular tienen un 26% más de probabilidades de sufrir un evento cardiovascular grave (como ataque cardíaco y accidente cerebrovascular), que aquellos con un ciclo regular.

Los investigadores analizaron los patrones de sueño de 72.269 personas de entre 40 y 79 años que participaron en el estudio UK Biobank y ninguna de las cuales tenía antecedentes de eventos cardiovasculares importantes. Usaron un rastreador de actividad durante 7 días para registrar su sueño, cuyos datos se utilizaron para calcular la puntuación del Índice de Regularidad del Sueño (conocido como SRI por sus siglas en inglés) de cada persona.

Se consideró que las personas con una puntuación SRI superior a 87 tenían un patrón de sueño regular, mientras que aquellas con una puntuación SRI inferior a 72 se clasificaron como durmientes irregulares. Y aquellas cuyas puntuaciones se encontraban entre este rango se consideraron durmientes moderadamente irregulares.

Así, se recopilaron de registros de defunción y registros hospitalarios los incidentes de muerte cardiovascular, ataque cardíaco, insuficiencia cardíaca y accidente cerebrovascular durante los siguientes 8 años y se utilizaron para calcular el riesgo de estos eventos para cada grupo de patrón de sueño.

Factores influyentes

Después de tener en cuenta una variedad de factores potencialmente influyentes, como la edad, los niveles de actividad física, el tiempo discrecional frente a la pantalla, el consumo de frutas, verduras y café, el consumo de alcohol, el tabaquismo, los problemas de salud mental, el uso de medicamentos y el trabajo por turnos, las personas con sueño irregular tenían un 26% más de probabilidades de tener un evento cardiovascular importante que aquellos con un ciclo de sueño-vigilia regular, y aquellas con sueño moderadamente irregular tenían un 8% más de riesgo. probabilidades de hacerlo.

Un análisis más detallado de los datos mostró que la relación entre la disminución de la puntuación SRI y un mayor riesgo de eventos era casi lineal, con una reducción más pronunciada del riesgo en puntuaciones SRI más altas (mejores). Una mayor proporción de personas que duermen regularmente cumplió con la cuota de sueño recomendada que las que duermen irregularmente: 61% frente a 48%. Pero cuando se tuvo en cuenta el impacto de alcanzar la cuota de sueño recomendada, el riesgo de un evento cardiovascular importante no se compensó en los durmientes irregulares que lo lograron, aunque sí en los durmientes moderadamente irregulares.

Los investigadores concluyen, en el estudio publicado en el Journal of Epidemiology & Community Health, que los resultados sugieren que el sueño irregular está fuertemente asociado con un riesgo de eventos cardiovasculares adversos importantes en adultos, independientemente de si se cumplen o no las cuotas de sueño recomendadas.

"Lo que es más importante, nuestros resultados sugieren que la regularidad del sueño puede ser más relevante que la duración suficiente a la hora de modular el riesgo de eventos cardiovasculares graves", destacan, según recoge Ep.