Márquez adopta un perfil bajo: «La voz cantante la lleva Pecco»
La sonrisa lo delata. Después de cuatro inviernos muy amargos, Marc Márquez celebra al fin haber completado una buena temporada en MotoGP . Ha vuelto a ganar carreras, tres en total, ha subido al podio con asiduidad y, sobre todo, ha logrado reencontrarse. Por fin se han marchado esos «pajaritos» de su cabeza que le hicieron dudar, incluso, de si merecía la pena continuar, tan harto estaba de fracturas, caídas y operaciones. Su decisión de abandonar Honda para recalar en el Gresini Racing no estaba exenta de riesgos, pero la apuesta le ha salido redonda. Solo un año después ya es piloto oficial de Ducati, y aunque acaba de estrenar las vacaciones no ve el momento de comenzar la pretemporada. En Barcelona se subió por primera vez a la GP25, la que será su nueva moto, dos evoluciones por encima de la que llevó en la campaña recién terminada. Y las sensaciones fueron más que buenas. Si 2024 fue apasionante para él, 2025 promete ser aún mejor. «Las grandes preguntas que tenía para este año me las he contestado de forma positiva. La principal era si seguía siendo competitivo, y la respuesta es que sí», asegura el piloto español en el transcurso de una extensa rueda de prensa en la que analiza pasado, presente y futuro. Hay tiempo para todo, incluso para salirse por la tangente al ser cuestionado por la polémica televisiva en la que se ha visto envuelto Jorge Martín : «¿El Hormiguero o La Revuelta? En el sofá de mi casa estoy muy bien. Ahora no iría a ninguno, porque no he ganado y es momento de dar protagonismo al campeón», dijo antes de partirse de risa. «Parezco un político. Digo lo que quiero». Más en serio, Márquez se vio preparado para disputar la corona mundial el próximo año, aunque se niega a considerarse favorito: «Estoy en el mejor equipo, con la mejor moto, por lo que tengo todas las herramientas para intentar ganar otro título. Ahora estará en mis manos rendir al máximo. Pero esto es MotoGP, el mejor campeonato del mundo con los mejores pilotos. Cada año hay sorpresas, salen nuevos talentos... Ojalá estuviera todo escrito y fuera tan fácil. Pero si quieres ser campeón, tienes que ganarlo en la pista. Todo tiene que ser perfecto para ganar un Mundial». Su duelo con Pecco Bagnaia , su nuevo compañero de equipo, será uno de los grandes alicientes de la temporada. El italiano, doble campeón del mundo con la Ducati oficial, tendrá en Márquez al vecino más incómodo posible, aunque el de Cervera prefiere adoptar un perfil bajo, al menos hasta la disputa de los primeros test oficiales: «En un box no hay un número 1 y un número 2 oficialmente, pero sí hay un estatus. Ahora la voz cantante la lleva Pecco, porque ha ganado dos títulos mundiales y once carreras el año pasado, lo que es una barbaridad. Es el referente, el piloto que ha devuelto a Ducati al éxito. Yo intentaré acercarme a él poco a poco, pero es el piloto más rápido ahora mismo…». Él mismo admite que será una situación inédita, acostumbrado desde sus inicios en Honda a llevar la voz cantante dentro de su equipo. Y cuesta encajarlo en ese rol de gregario, tan ajeno a todo lo que representa su figura como piloto, con ocho mundiales a su espalda. Pero insiste: «Ojalá dentro de un año estemos aquí y me digáis: '¿Ves? Ibas de perfil bajo, pero nos estabas engañando'. Pero es lo que siento en este momento. Luego veremos. Intentaremos trabajar de la mejor manera para luchar por el título. Siempre intento ser realista. Ahora mismo lo siento así. Quizá después de la pretemporada diga otra cosa, pero ahora toca trabajar, entender la filosofía de Ducati y llegar a un box donde hay un piloto que está ganando muchísimo. Intentaré aprender de él, estar lo más cerca posible y, si se le puede robar el título, se le robará». Marc, sin signos de cansancio tras el larguísimo interrogatorio, se despide brindando con los medios de comunicación por un 2025 exitoso, en el que pueda seguir divirtiéndose encima de la moto, al menos tanto como lo hizo en la temporada anterior. «Un piloto feliz es un piloto rápido», sentencia. «Así que seguiré buscando esa felicidad, que depende de los resultados, claro».