Hermanos venden deliciosos churros en la calle con la meta de construir su negocio propio
Andrés Alpízar Ortega, de 36 años, y Harold Alpízar Calvo, de 19, son dos hermanos emprendedores que, con esfuerzo y dedicación, venden deliciosos churros frescos en las calles de San José, con el objetivo de cumplir su gran sueño, levantar un negocio propio.
En La Teja hablamos con Andrés, el hermano mayor, quien nos contó que tiene ocho años de vender churros y que inició comprando y vendiéndole a otras personas, pero tiempo después decidió iniciar el proyecto solo con su papá y su hermano Harold.
Andrés confesó que su emprendimiento, llamado Churri-ticos, nació porque él se quedó sin trabajo y un día un familiar le pasó el contacto de un señor que se dedicaba a hacer churros; fue por eso que se visualizó.
“Un día tenía que llevar churros a una iglesia, pero pensé que podía ganarme la plata en eso porque no tenía trabajo y empecé a comprar para revender, hasta que un día me armé de valor y pensé que yo lo podría hacer”, recordó con nostalgia.
Este vecino de Desamparados agregó que él no hizo cursos de nada, aprendió en la calle, a pura vista y cuando hizo la primera tanda de churros le salieron a la primera, como todo un experto.
“Tengo clientes a los que le revendía; estos todavía son fieles y siguen quedándose con mi producto y conforme pasa el tiempo se siguen sumando más”, detalló con orgullo este emprendedor.
Andrés y Harold inician a bretear desde bien tempranito, cuando todavía está oscuro.
“Usualmente, nos levantamos a las 4 de la mañana para iniciar la producción, ya que a nosotros nos gusta vender bien fresco el producto. Por lo general, a las 11 de la mañana salimos a trabajar. Por ejemplo, mi hermano pasa en la parada de los buses de Multicentro, mientras que yo, en el mismo lugar, pero por donde paran los taxis. Además, voy esporádicamente a la Universidad de Costa Rica (UCR) y alrededores los lunes, martes y viernes de 11 de la mañana a 3 de la tarde”, comentó.
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Este pulseador detalló que hay días soleados y otros pasados por mucha agua y frío, en los que la producción de churros sube y baja.
Ellos tienen para todos los gustos, churros tradicionales o rellenos, las bolsitas valen 1200 y cada una lleva tres unidades, o la promo de dos paquetitos por 2 mil colones o bien el paquete de cuatro tradicionales por 1200 colones.
Ser su propio jefe lo ha ayudado a mantener a sus hijos de 8, 13 y 16 años, además paga deudas de su emprendimiento y otros gastos de su hogar.
“Mi hermano Harold también se ayuda; gracias a Dios, con el emprendimiento vamos saliendo adelante”, comentó.
Andrés fue sincero con La Teja porque contó que en noviembre la vio fea con la lluvia.
“Las lluvias no me dejaron salir a vender como de costumbre porque no dejaba de llover. Lo que hacía era salir en la noche; era la única opción. De hecho, un día perdí mercadería porque las calles estaban desoladas y uno sale a la calle con el producto contado, y ese día recuerdo que me quedaron más de veinte bolsas de churros, las cuales terminé vendiendo más baratas y hasta regalando”, confesó.
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Churri-ticos fue un sueño y ahora es una meta que él y su hermano han realizado.
“En su momento era yo quien comaraba para revender y me mataba bajo el sol y la lluvia, creer en mí y ver cómo las cosas avanzan, me hace tener mucha ilusión de que en el 2026 podamos abrir una cafetería acá en Desamparados. Además, vender churros a otras personas para que puedan salir adelante y continuar con sus sueños me llena de mucho entusiasmo..
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“Ya cumplimos una parte de la meta, pero la idea es pasar a algo mejor”, dijo.
Este valiente muchacho contó que su hermano y él se van visualizando; de hecho dijo que ahorita están trabajando en registrar el nombre de Churri-ticos como marca.
“Queremos poner algo lindo en Desampa, es una meta a largo plazo, pero todos los días trabajamos bastante para que en un futuro se nos dé”, expresó.
El hermano menor expresó que este es su primer trabajo y que no lo cambia por nada del mundo. Él se unió a Andrés hace año y medio y nos confesó que fue la mejor decisión que pudo haber tomado, ya que ambos son bien empunchados con el negocio, además que su sueño también es ver Churri-tico en un local y creciendo como la espuma.
Si usted desea apoyar a estos valientes emprendedores puede comunicarse con ellos al 7176-5000.