Un lado del gran debate educativo
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¿Qué tal vas? No sé si te animará que te diga que se acerca la Navidad (a mí no me encanta la idea), pero al menos con suerte tendrás unos días de vacaciones.
Los que acudís a este rinconcito cada martes sabéis que en los centros educativos (sobre todo en los institutos) se ha instalado en los últimos años un debate fuerte entre el profesorado con posturas bastante marcadas y una cierta apariencia de que son irreconciliables. Pero por si acaso eres ajeno a esto, te lo explico todo lo resumido que un espacio como este requiere.
Una parte los docentes defienden que el nivel de la enseñanza ha bajado mucho en los últimos años y que se otorgan títulos con excesiva alegría. Son partidarios de la “cultura del esfuerzo” y de una, digamos, educación tradicional, con contenidos concretos para memorizar y una defensa del conocimiento por el conocimiento.
Otros suelen replicar que lo que pasa es que antes solo estudiaban unos pocos elegidos y así era más fácil dar clase. Que el “esfuerzo” es una trampa porque importa mucho más la situación de cada uno, y defienden las nuevas pedagogías, las competencias que aparecen en la nueva ley y el “saber hacer” más que el saber en sí.
Esta descripción tan somera se deja fuera matices, no todo el mundo que está en uno u otro grupo defiende cada cosa que ese colectivo diga, pero sirva.
En este boletín, lo admito, le ha dado más voz al segundo grupo. Aquí entrarían visiones como las de Jesús Rogero y Dani Turienzo o la del director Toni Solano, que ya han pasado por aquí en meses anteriores.
Teníamos un pequeño debe con los primeros –no son pocos– y esta semana empezamos a remediarlo con una entrevista a Carlos Fernández Liria y Javier Mestre. Dos catedráticos de instituto han escrito a cuatro manos Escuela y Libertad (Akal), un libro “a medio camino entre el panfleto y el manifiesto” que hace una declaración de intenciones desde el subtítulo: “Argumentos para defender la enseñanza frente a políticas educativas y discursos pedagógicos demenciales”.
Mestre y Liria cargan contra la Lomloe, contra las competencias, contra el “totalitarismo ideológico” de los padres que llevan a sus hijos a la escuela concertada para inculcarles su modo de pensar (tanto de derechas como de izquierdas). Creen que ha bajado el nivel, que los pedagogos son una desgracia para la educación, que las medidas antirrepetición son un fraude. Aquí está la charla entera y, por supuesto, en el libro mejor explicado todo.
Os animo a que leáis las entrevistas de unos y otros, creo que entre todas dan para hacerse a la idea de por dónde va este debate, por momentos muy enconado. Mucho mejor argumentado por sus protagonistas, en cualquier caso, de lo podría hacerlo yo.
Esta semana hemos hablado de...
- La UPV/EHU elige rector. Este martes se vota en la Universidad del País Vasco si Eva Ferreira, catedrática en Economía, repite como máxima mandataria o si la sustituye Joserra Bengoetxea, catedrático en Filosofía, tras una campaña marcada por un extraño incidente en el que un vicerrector de Ferreira se dedicó a insultar a su oponente con una cuenta anónima en redes sociales. Hemos entrevistado a los dos aprovechando la ocasión. Aquí encuentras las propuestas de la rectora, aquí las de su oponente.
- Casi toda una vida ocupando cargos sin la habilitación mínima en la UCLM. Es el actual jefe de Investigación de la Universidad de Castilla, Antonio Alfaro, que tiene toda una carrera académica bajo sospecha. Empezó su carrera en puestos de responsabilidad para los que no tenía la categoría necesaria en 2012, de la mano del hoy rector, Julián Garde, cuando era vicerrector y le designó su jefe de Gabinete pese a ser técnico de laboratorio (hay que ser administrativo). De ahí pasó a su actual cargo, para lo que debería ser A1 (no lo era). También tiene un proceso abierto por compatibilizar trabajos sin permiso (es obligatorio y una de sus ocupaciones ya es a jornada completa). Hemos preguntado a la universidad y la Consejería, y como es habitual en estos casos, nadie dice nada. A veces, la autonomía universitaria es esto: que nadie pida cuentas que no las pienso ofrecer. Te dejo el artículo entero.
- Los escolapios de Catalunya reconocen más abusos. El escolapio Josep Maria Canet cometió abusos a niños de entre 8 y 12 años durante su etapa como misionero y director de una escuela-internado en Senegal, entre 1992 y 2005, según admite ahora la Escuela Pía, que en el momento se limitó a sacarlo del país y después le dio cargos de responsabilidad. Es es segundo caso de abusos admitidos en el país africano por los escalopios tras el de Manel Sales.
Para subir nota
- Las familias denuncian que 33.000 niños siguen sin clase en València. Se multiplican los frentes (educativos) en València. Lo más importante pasa porque el domingo murió un trabajador cuando se le cayó encima una estructura de un colegio que se estaba rehabilitando. Esto no entra en los temas habituales de este boletín, es un accidente (aunque habrá que ver si hay responsabilidades), pero aparte de la tragedia que supone ha provocado que aumente la prudencia en otros centros en los que también se están haciendo actuaciones estos días.
- Es lógico, pero a la vez la realidad es que cuatro semanas después de la DANA hay miles de niños a los que aún no se ha ofrecido una solución educativa. Según la principal asociación de AMPAs de la provincia, todavía hay 32.800 niños sin clase. La Consejería habla de 24.272. En cualquier caso son muchos niños y niñas que han visto sus rutinas interrumpidas y aún no atisban algo parecido a una vuelta a la normalidad. La comunidad educativa está harta y el sábado salió a la calle a pedir la dimisión del consejero, Antonio Rovira, al que acusan de estar “incapacitado”.
- Goyache . El rector de la Complutense está comprobando en sus propias carnes que el premio que tanto se empeñó en dar a Ayuso contra el criterio de todo el mundo no le ha servido para que la presidenta madrileña le tenga en mejor consideración. El mandatario respondió ayer a Ayuso, que había dicho que en la Complutense “se dan los títulos como churros”, le recordó que ella se ha graduado en esa universidad y le pidió respeto.
Con esto me despido, gracias por leernos.
El martes que viene, más.
¡Feliz semana!