Orsi llega a la presidencia de Uruguay prometiendo crecimiento y "sentido común"
La izquierda volverá al poder en Uruguay gracias al triunfo electoral de Yamandú Orsi en la segunda vuelta de las elecciones, en las que creció casi 6 puntos respecto a las elecciones nacionales del 27 de octubre. Así lograron los 1.196.798 votos (52%), es decir 90.000 más que su adversario, el oficialista Álvaro Delgado (48%). Las encuestas preveían que el Frente Amplio ganaría, aunque cada día la brecha se iba cerrando. En el partido de izquierda se impuso la mesura el domingo hasta tener un resultado, se asumió que la pelea era «voto a voto».
Así, el Frente Amplio, que antes gobernó Uruguay con José «Pepe» Mujica y con Tabaré Vásquez, obtuvo unos 150.000 votos más con respecto a la primera vuelta. Una reivindicación de la izquierda, que en 2019 fue castigada en las elecciones en las que resultó quien ahora es un presidente saliente, Luis Lacalle Pou
Lacalle Pou felicitó a su sucesor y se planteó para esta misma semana comenzar las reuniones para la transición. Además, el presidente invitará al electo a acompañarlo a la próxima cumbre del Mercosur en diciembre, para garantizar que haya uniformidad de criterios en ese escenario con respecto a quien ocupará la primera magistratura desde marzo de 2025 y por un lustro.
Es parte del «cambio seguro, no radical» que planteó Yamandú Orsi durante su campaña. «Voy a ser el presidente que convoque una y otra vez al diálogo nacional, por supuesto que con nuestros planteos, pero escuchando», dijo Orsi en su discurso de triunfo.
Ello se nota también en los planteamientos económicos, la principal bandera del Frente Amplio. Hacer crecer al país a tasas más altas, reducir la pobreza y «redefinir la matriz de protección social» son las tres líneas de acción, según se desprende de los dichos del próximo ministro de Economía y Finanzas, Gabriel Oddone. Ha dicho también que no descuidarán la estabilidad macroeconómica y la confianza en las instituciones del país.
Durante la campaña, Oddone había afirmado que las propuestas entre ambas candidaturas no eran totalmente contrapuestas sino un asunto de prioridades distintas y de enfoques. Marcaba así una diferencia con respecto a las elecciones de otros países de la región: «No hay un quiebre ni un parteaguas. No quiero eso para Uruguay», dijo en octubre a Telemundo.
En sus palabras, Oddone incluso reconoció lo hecho por el gobierno saliente en materia de inflación, comprometiéndose a mantener sus objetivos. El rango meta de inflación fijado por la actual administración es de entre 3% y 6%, Oddone dijo que buscará «dar un paso adicional» y hacer converger la inflación a 4% a lo largo de todo el período de gobierno.
El nuevo gobierno de Uruguay busca bajar la edad mínima para jubilarse a 60 años, implementar un sistema de seguridad social «de ahorro no lucrativo», y reforzar la seguridad del país. «Mis enemigos son el narcotráfico, la delincuencia y la corrupción», dijo Orsi durante el debate presidencial, en el que afirmó que va a «reprimir el delito». Apuesta a crear 2.000 nuevos cargos policiales y aumentar las cámaras de videovigilancia, además de instalar «comisarías móviles».
En materia de salud, Yamandú Orsi ha dicho que hará transformaciones en el Sistema Nacional Integrado de Salud (SNIS) para que se reduzcan los tiempos de espera en la atención y el acceso de medicamentos, además de estimular la reubicación de médicos en el interior del país.
El reto de Orsi será poder implementar sus cambios a pesar de no contar con una mayoría parlamentaria propia. El primer presidente del Frente Amplio en esa condición. La izquierda controlará el Senado, con 16 bancas de un total de 30. Pero la Cámara de Representantes tendrá mayoría de la coalición que lo confrontó en estas elecciones. El Partido Colorado ha planteado que los grupos conservadores actúen con espíritu de cuerpo y de manera unificada.
En materia internacional, las miradas estarán puestas en su relación con el argentino Javier Milei, con quien admite tener "puntos de vista bastante encontrados" en lo "filosófico e ideológico", pero con quien aspira encontrar puntos de acuerdo usando "el sentido común". Y también sobre sus posturas con respecto a Venezuela, Nicaragua y Cuba, siendo que el saliente Lacalle Pou ha sido un duro crítico especialmente de Nicolás Maduro.