Muere un operario tras derrumbarse un techo en un colegio de Massanassa afectado por la DANA
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Un operario de la empresa Tragsa ha muerto este domingo tras el derrumbe de un techo en un colegio público de Massanassa cuando realizaba tareas de limpieza en el centro educativo de la localidad valenciana, una de las más afectadas por la catastrófica DANA del pasado 29 de octubre. El fallecido, de 51 años, se encontraba en el recinto del CEIP Lluís Vives, ubicado en la calle Joanot Martorell, cuando la estructura de un porche que conecta dos edificios ha colapsado poco antes del mediodía por los daños que presentaba tras la riada. Otro empleado de 35 años presentaba heridas leves en una pierna y escoriaciones en la cabeza, por lo que ha sido trasladado al Hospital La Fe de Valencia en una ambulancia de Transporte No Asistido (TNA). También se ha movilizado una unidad del SAMU y un equipo de psicólogos, según ha informado el Centro de Información y Coordinación de Urgencias (CICU), que ha recibido el aviso a las 11.53 horas. El «inesperado colapso de un pilar de la pasarela» ubicada en el exterior del complejo ha provocado el derrumbe de la estructura sobre los trabajadores, pese a que se trataba de «una zona considerada segura», según explica el Grupo Tragsa en un comunicado. «No accedieron al interior del colegio en ningún momento, siguiendo los protocolos establecidos tras el precinto del edificio», aseguran desde la empresa pública. El empleado fallecido, añaden, «llevaba el equipo de protección correspondiente conforme a la normativa de prevención de riesgos laborales». Ambos operarios estaban acompañados en ese momento por efectivos de la Unidad Militar de Emergencias (UME), que se encuentran en buen estado . El Consorcio Provincial de Bomberos de Valencia ha movilizado a dos dotaciones de Torrent y Catarroja, sargento, jefe de sector y oficial, que han revisado la zona, pero no han tenido que realizar ningún rescate. Agentes del Grupo de Homicidio de la Policía Nacional y de la Brigada de la Policía Científica están investigando las causas de lo sucedido. La delegada del Gobierno en la Comunidad Valenciana, Pilar Bernabé, se ha desplazado hasta el lugar de los hechos y ha trasladado el pésame a la familia de la víctima mortal, que ha recibido asistencia psicológica junto a otros trabajadores que han presenciado los hechos. A las puertas del centro, donde se ha dispuesto un cordón policial, se han empezado a agolpar vecinos de Massanassa, que han increpado a la delegada del Gobierno en un ambiente de elevada crispación. Aunque se esperaba su presencia, el presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, finalmente no ha acudido. Fuentes de Presidencia señalan que la vicepresidenta Susana Camarero, junto con varios secretarios autonómicos y directores generales, sí ha estado en la zona acompañando al alcalde del municipio. Después, el presidente autonómico Carlos Mazón se ha reunido con ellos en el Palau. Una reunión de urgencia a la que se han incorporado más tarde responsables de Tragsa y el conseller de Educación, José Antonio Rovira. «Un accidente que no se puede volver a ocurrir. Nuestro más sentido pésame a la familia del operario fallecido», ha apuntado Mazón en su perfil de X. «Quiero agradecer y reconocer la labor de todos aquellos que están volcados, sin tregua, en las tareas de recuperación. Su dedicación y entrega son el mejor ejemplo del servicio público», ha indicado el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en la misma red social. Tragsa es una empresa estatal, participada en una pequeña parte por las comunidades autónomas y las diputaciones provinciales, cuya actividad está enfocada al desarrollo del medio rural y la conservación de la naturaleza, así como a dar respuesta a las administraciones en emergencias como la DANA. «Se ha oído como si fuera una explosión, como si se cayera algo; he salido a la ventana y he oído como decían 'salid de ahí, salid de ahí' y un montón de militares jovencitos salían chillando y llorando», ha relatado a los medios una testigo de lo sucedido, tras afirmar que los operarios llevaban días trabajando en el recinto. El CEIP Lluís Vives no ha podido abrir sus puertas desde el día de la tragedia al quedar devastado por las inundaciones y estaba acordonado. Desde el propio centro se comunicó a las familias hace unos días que el informe de la Unidad Técnica de Construcción de la Generalitat lo situaba en un «nivel rojo: máximo peligro y nivel más alto de destrucción». Por ello, se iba a elevar a la dirección general de Infraestructuras Educativas de la Conselleria de Educación la propuesta de demolición y la construcción de un nuevo colegio. Sus más de 500 alumnos han sido reubicados en la antigua Facultad de Magisterio de la Universidad de Valencia para poder reanudar las clases.