Importaciones: una industria sensible advierte por los efectos de la apertura en 2025
De cara a un 2025 que asoma con recuperación , la industria textil enciende alertas y advierte al Gobierno que sin un plan productivo, si la política económica sigue en el mismo sendero, el "rebote técnico" pondrá en riesgo más puestos de trabajo, tras perder 173.000 empleos registrados y más de 150 establecimientos, entre diciembre de 2023 y agosto de 2024.
"Nuevamente, la Argentina se enfrenta a un escenario de potencial reprimarización de nuestra estructura productiva, en donde una parte importante del mundo nos quiere como simples proveedores de materias primas", reflejó Luciando Galfione, titular de la Fundación Pro Tejer durante la apertura de la Feria Pro Textil este jueves en un predio en Pilar.
En concreto, como muchas otras pymes, sobre el sector textil pesa la amenaza que representan la caída de las ventas por el deterioro del poder adquisitivo de los salarios; la creciente apreciación cambiaria y la desregulación comercial ligada a la competencia desleal, principalmente por el alto componente impositivo sobre los productos de fabricación nacional.
"No es la ropa, todo es caro en Argentina", dijo Galfione en una rueda con periodistas y explicó que incluso los productos importados cuando ingresan al circuito de comercialización se encarecen hasta por 7 en comparación con los precios de países de la región.
Por eso alertó que la apertura indiscriminada no sólo no resuelve el problema de "la ropa cara" sino que además atenta contra un sector que mantuvo récord de inversión por u$s 1.400 millones entre 2021 y 2023 -como reacción a una demanda creciente- pero durante 2024 mantuvo 6 de cada 10 máquinas paradas.
La actividad que es castigada por sus altos precios, denuncia que el principal socio en los costos es el Estado que contribuye con un 50% a partir de impuestos distorsivos como Ingresos Brutos que se acumula en cada uno de los pasos productivos tanto en los eslabones de la cadena como en las distintas jurisdicciones.
En una exposición trajicómica, Galfione graficó que "además de los descuentos y comisiones por el pago con financiación, cada vez que pasa la tarjeta de un cliente por un posnet se activa II.BB. tanto de la provincia donde está inscripto el comercio como de la jurisdicción donde está radicada la tarjeta". En tanto, si las compras se realizan por plataformas como Mercado Pago, Modo o Pago Nube el comerciante abona un 3%, en promedio, más IVA.
Riesgo en la balanza
A este contexto, en las últimas horas se sumó el anuncio del gobierno sobre la flexibilización de compras en el exterior vía courier que hasta u$s 400 no abonarán aranceles de importación. "Es circo para la clase media", dijo un empresario textil y aseguró que el efecto será "drástico" en las ventas de fin de año pero "ya estamos trabajando sin rentabilidad".
Con todo, y pese a que la capacidad instalada descendió a 50%, el sector es optimista respecto al 2025 y tras caer 20% en 2024 anticipa un rebote de 10% el próximo año que no será transversal y aún se colocará 10 puntos por debajo del nivel de actividad en 2023.
Aun así, ponen la mira en la restricción de divisas del Banco Central que ronda los u$s 6000 millones negativos, en un escenario de altos compromisos de deuda externa y sobre la primarización de las exportaciones frente a la apreciación cambiaria.
En ese sentido Lucia Knorre, economista Jefe de Pro Tejer, advirtió que el tipo de cambio del peso en relación al real se encuentra en los niveles que alcanzó en 2001, lo que actúa como desventaja para la producción local por el brote de consumo en el país vecino y sobre la balanza de turismo que acrecienta su déficit.