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Del lobby al advocacy: una nueva relación entre la industria de Defensa y la sociedad

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La relación entre la industria de Defensa y las instituciones públicas ha estado tradicionalmente marcada por el lobby, una actividad de influencia legítima para impulsar la inversión en sectores cruciales para la seguridad y el avance tecnológico. Sin embargo, en el contexto actual, donde la opinión pública demanda transparencia, el lobby ya no es suficiente. Es necesario evolucionar hacia un modelo de advocacy, una estrategia basada en la comunicación abierta y en la creación de un entendimiento profundo de los beneficios sociales que esta industria aporta. El objetivo es pasar de un apoyo basado en la influencia a uno fundamentado en la comprensión y el convencimiento, logrando una conexión genuina con la sociedad.

La industria de Defensa no solo contribuye a la seguridad nacional y al desarrollo tecnológico; también genera beneficios económicos, impulsa la innovación y crea empleo de alta calidad. Sin embargo, estos beneficios no siempre son comprendidos por una ciudadanía que no conoce en detalle su actividad. El cambio hacia el advocacy responde a esta necesidad de informar y sensibilizar a la sociedad. Además de influir en decisiones políticas, la industria debe acercarse a las personas, demostrar su contribución y ser vista como un socio comprometido con el bienestar social.

Para que el advocacy funcione, es esencial que instituciones y medios de comunicación se involucren activamente en este cambio, destacando los retornos que esta industria genera. La industria de Defensa ofrece beneficios tangibles a la sociedad: empleos estables y de calidad, avances tecnológicos que pueden transferirse a otros sectores y mayor seguridad, mejorando en última instancia la calidad de vida de todos.

Este modelo de advocacy requiere también transparencia y ética en la comunicación. La industria debe abrir sus puertas y mostrar a la ciudadanía sus proyectos y el impacto real de su actividad. Aquí, los medios juegan un papel clave al servir de puente entre la industria y el público, explicando de manera clara los beneficios que genera. Es una labor de pedagogía y sensibilización necesaria en un entorno social donde el escepticismo puede afectar la percepción de sectores que operan con fondos públicos.

La transición del lobby al advocacy no solo beneficia a la industria, sino que también contribuye a mejorar la percepción pública. Un apoyo basado en la comprensión y el convencimiento tiene el potencial de ser más sólido y duradero. Cuando la ciudadanía comprende que esta industria no es un ente aislado sino un actor que devuelve más de lo que recibe, es más probable que apoye las inversiones en este sector. En un contexto donde la inversión pública se disputa entre múltiples sectores, contar con una base social bien informada puede ser clave para priorizar la inversión en Defensa sobre otros sectores.

Este cambio no es solo estratégico para la industria, es un paso hacia una relación más abierta y democrática. La industria de Defensa debe asumir un rol activo en el diálogo público y explicar su contribución al desarrollo económico, tecnológico y social. Esta forma de relacionarse permite que el sector no sea percibido únicamente como un receptor de fondos, sino como un generador de valor y bienestar.

El cambio de un modelo de lobby a uno de advocacy fortalece el tejido democrático. La industria de Defensa, en su rol de protección y avance, no debe limitarse a operar en privado, sino que debe comunicar activamente su impacto positivo. Las instituciones públicas y los medios de comunicación pueden apoyar en este esfuerzo, ayudando a la ciudadanía a entender que la inversión en estos sectores no es solo un gasto, sino una inversión con beneficios tangibles para la sociedad.

Con un advocacy comprometido, el sector puede inspirar confianza y compromiso. Esta estrategia de comunicación abierta y accesible permite que la sociedad comprenda mejor el valor social y económico de la industria, y que las decisiones de inversión en el sector estén alineadas con el bienestar común. Los medios y las instituciones pueden difundir un mensaje de largo plazo que resalte el valor compartido de este sector, creando así un apoyo basado en el convencimiento y no solo en la influencia.

En resumen, la industria de Defensa enfrenta hoy un desafío y una oportunidad: construir una relación de advocacy que inspire la confianza y el compromiso de la sociedad. Este cambio de enfoque no es solo una estrategia; es una necesidad en un contexto de transparencia y responsabilidad. Lograr el apoyo de la ciudadanía es posible si se demuestra que esta industria, además de fortalecer la nación, contribuye de manera directa al bienestar colectivo.

El paso del lobby al advocacy es, en última instancia, un paso hacia una relación más abierta, honesta y sostenible con la sociedad. Y es este tipo de relación el que permitirá que la industria cuente con el respaldo necesario para seguir siendo un motor de desarrollo y bienestar para todos.

César Ramos, director general de la Asociación Española de Empresas Tecnológicas de Defensa, Seguridad, Aeronáutica y Espacio (Tedae)