La tregua por las obras de la A-5 salta por los aires: habrá refuerzos de Cercanías, Metro y bus, pero sin un plan conjunto
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Con las obras para el soterramiento de la A-5 ya iniciadas y los primeros cortes de tráfico señalizados, la tregua política que firmaron hace un mes Óscar Puente , ministro de Transportes, y el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, ha saltado por los aires. La reunión celebrada este martes en el marco del Consorcio de Transportes para lograr un plan de movilidad «definitivo» entre el Ministerio de Transportes, la Comunidad de Madrid, el Ayuntamiento de Madrid y los consistorios del corredor de la A-5 acabó ayer sin consenso, más allá de que cada administración reforzará en la medida de lo posible los medios de transporte públicos alternativos de los que es competente para tratar de paliar los daños de un cubrimiento que tardará dos años en completarse y afectará a una vía por la que cada día pasan 80.000 vehículos y más de 40 líneas de autobús urbanas e interurbanas. «Nos convocaremos a una próxima reunión, porque estamos de acuerdo en todo, en la necesidad y capacidad de reforzar, pero falta la voluntad de hacerlo en el plazo comprometido», señaló a la salida de la reunión Borja Carabante, delegado del área de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad del Ayuntamiento de Madrid. Para el portavoz municipal, la reunión ha sido «decepcionante». Sobre todo, por la «deslealtad institucional» del Ministerio de Transporte, que horas antes de la reunión filtró sus intenciones. La más sorprendente de todas, fue « retrasar las obras hasta marzo » para reforzar para que Adif pudiera reforzar la línea C-5 de Cercanías. «Los trenes regionales se van a reforzar desde el minuto uno», prometía Álvaro Fernández Heredia, secretario general de Movilidad Sostenible del Ministerio de Transportes, a la salida de la reunión. Su propuesta incluye aumentar entre un 25% y un 40% la capacidad de los servicios de Cercanías, entre 3.000 y 4.500 plazas hora y sentido, lo que supone bajar la frecuencia de los trenes desde los cinco hasta los cuatro minutos. Sin embargo, pedían ese aplazamiento de las obras para incluir además una tercera vía auxiliar para cubrir el trayecto entre Móstoles-Atocha sin pasar por Fuenlabrada, lo que permitiría reducir aún más la frecuencia hasta los tres minutos. Para el ayuntamiento, «el ministerio está poniendo excusas para retrasar las obras de la A-5«. »Los datos que nos han aportado dicen que tienen una capacidad para 47.700 plazas adicionales sin ejecutar la obra«, admite. El refuerzo de Cercanías no es, sin embargo, el único choque de trenes contra reloj entre el Ministerio y el Gobierno municipal. La gratuidad de la A-5 sigue en el aire, aunque lo han solicitado todas las localidades, excepto Alcorcón, donde gobierna la socialista Candelaria Testa. El ministerio está «abierto» a seguir hablando de la gratuidad de la A-5, pero no a costearla íntegramente. En su opinión, debe ser el promotor de las obras, es decir, el ayuntamiento, el que asegure la financiación. «El ministerio pone excusas de mal pagador, quiere pegar un palo a los ayuntamientos con la radial 5», destacaba Carabante. «Nosotros queremos que se le trate igual que al resto, igual que a los municipios de la provincia de Alicante, donde la AP-7 es gratuita y la paga íntegramente el ministerio». A este respecto, desde el ramo de Puente explicaban que esto es un «proyecto piloto». La única alcaldesa socialista del corredor de la A-5 ha evidenciado también el desacuerdo (político) de las instituciones. «Vamos directos hacia el caos, porque no hay un plan de movilidad, es todo improvisación e imposición», aseguró. Desliza la alcaldesa de Alcorcón, dispuesta a aportar fondos para apoyar la gratuidad de la R-5, que el ayuntamiento de la capital «está pensando en sus vecinos» solamente, y no en los del resto de municipios. Su principal queja tiene que ver con las líneas interurbanas de autobús, otro caballo de batalla del Ministerio de Transportes, que «se van a volcar en Cuatro Vientos, y en mi municipio en Puerta del Sur, lo que es inviable en lo técnico». Más concretamente, asegura que « hay 26 líneas que mueven cada día a 100.000 personas, la mitad hacia Príncipe Pío y el resto de vuelta. Y esas personas no caben en Cuatro Vientos ni en Renfe ni en Metro». Por eso pide «un retraso de las obras, para hacer entre todos un plan de movilidad serio y razonable». A este respecto, y en un tono más cordial, el Gobierno regional recordaba que no son promotores de la obra, pero sí están interesados en que todas las administraciones se coordinen para reducir al máximo las molestias que va a producir a los ciudadanos. Por eso, van a valorar todas las «propuestas nuevas que se han puesto sobre la mesa», incluida la del carril de entrada de autobuses interurbanos hasta la capital. Pero lo harán reposadamente, «no en caliente», y teniendo en cuenta elementos que «hasta ahora no conocíamos, como cúanto refuerzo iba a haber en Cercanías». Por su parte, el Madrid ha anunciado de momento un refuerzo del 7,3% de las rutas de EMT afectadas, todas aquellas que pasan por la A-5 (36, 29, 65) y las alternativas (17, 34 y 138). También mejorarán en un 10% la capacidad del Metro (líneas 5 y 10), así como del Metro Ligero (ML3). Mientras, el Ayuntamiento de Madrid ha comenzado esta semana la primera alteración del tráfico en la carretera de Extremadura (A-5) con una ocupación de 300 metros del carril exterior de la calzada norte, como parte de las obras del soterramiento de la vía. Según informó el delegado de Urbanismo, Medioambiente y Movilidad del Ayuntamiento de Madrid, Borja Carabante, en sus redes sociales, el objetivo de esta ocupación será poder desviar el tráfico a la calzada norte sentido salida desde Madrid. Habrá una demolición parcial de la acera paralela a la carretera en sentido salida, y la ruta peatonal alternativa será por la calle del Greco, una de las paradas de autobús en esa zona también se moverá de lugar aunque permanecerá en la misma calle. Aunque esta es la primera alteración al tráfico, los cortes y la reducción de la capacidad de la carretera se producirán en la segunda mitad de diciembre. Mientras dure la obra, prometieron desde el consistorio, la A-5 mantendrá dos carriles operativos por cada sentido. En un inicio, los dos carriles por sentido se situarán a un lado de la carretera mientras los operarios trabajan en el otro. Una vez terminado, se hará lo mismo en el lado opuesto.