Roberto Bautista: "Juegue o no, que Nadal esté aquí es un subidón"
Roberto Bautista (Benlloch, Castellón, 1988) ha vivido una temporada apasionante y extenuante. Empezó con problemas físicos, se fue más allá del 100 del mundo (ahora es el 46) y en el tramo final ganó el torneo de Amberes recuperando un gran nivel de tenis. La conclusión será la Copa Davis, torneo que supondrá el adiós de Rafa Nadal. Con el balear estuvo entrenando en Manacor antes de viajar a Málaga, se del torneo (España juega el martes los cuartos de final contra Países Bajos). «Ha sido una suerte poder estar con él en sus últimos entrenamientos antes de la retirada», afirma. David Ferrer, el capitán, tiene que decidir para el segundo individual entre Roberto y Rafa.
El adiós de Nadal, ¿es una motivación extra en esta Copa Davis?
Sí, sí, claro. Al final Rafa ha sido un ejemplo para todos nosotros. Para nosotros es un premio poder compartir su última competición. Lo vamos a pasar muy bien. Va a ser muy bonito y especial. Que Rafa esté en el equipo es un chute de confianza y de motivación. Yo creo que es muy importante.
¿No es un marrón para David Ferrer? En el sentido de que al ser el adiós de Rafa, se vea «obligado» a ponerlo en un individual.
No, no. No hay que mirarlo así, hay que mirarlo de manera positiva, que esté Rafa en el equipo es un subidón para todos. Juegue o no, Rafa siempre va a sumar, estando dentro o fuera de la pista. Si él se ve bien para jugar supongo que jugará, conociéndolo sé que va a dar al cien por cien y que va a intentar estar disponible para el capitán, y luego el capitán decidirá.
¿Es fácil el equilibrio entre las ganas de ganar, la sobreexcitación y estar concentrado?
La Copa Davis es una competición muy emocional. Jugar en casa es un punto a nuestro favor, pero también hay que saber hacerlo, mantener la atención, los nervios, saber cuándo tienes que estar excitado y cuándo calmado.
Vamos a su temporada. Tras ganar en Amberes no pudo contener las lágrimas.
Es un título muy especial, después de una temporada muy complicada, desde el final del año pasado. He tenido que volver a jugar previas, perder ranking, salir del «top 100», tener dudas de no saber si podrás volver a estar en los puestos de arriba o tener opciones de ganar otro título...
¿Cuándo se lesionó?
Después de Wimbledon 2023. Me fracturé el peroné y me hice mucho daño en el tobillo porque el caballo [se le cayó encima] me aplastó el pie. No sólo era la lesión del hueso, sino todas las lesiones que hubo en cuanto a tejido nervioso. Me costó recuperar las buenas sensaciones en el pie en pista. A partir de finales de marzo de este año empecé a encontrarme bien.
¿Tuvo que operarse?
No. Fue una fractura limpia y pudo sellar bien.
¿Cuánto tiempo estuvo sin tocar la raqueta?
Me costó mucho. Jugué unos torneos a final del año pasado, pero estuve cuatro meses renqueante.
Al comienzo de temporada siguieron los problemas, probó con unas plantillas nuevas...
Después de la lesión me hice unas plantillas porque sufrí mucho, me cayó un caballo de 500 o 600 kilos en el pie, y las plantillas no me fueron bien, estaba lento, cojo, y me costó su tiempo cambiar las plantillas y volver a adaptarme. Enero y febrero fueron malos, porque no estaba en condiciones.
Era un problema de cabeza, de no sentir la bola, de físico...
Era físico. Y en marzo, después, hay que recuperar la confianza, ganar partidos, el ranking te va apretando, vas perdiendo ranking, hay mucha tensión, muchos nervios, hay preocupación porque sabes que no tienes mucho margen. Tenía que defender todos los puntos en cuatro meses: marzo, abril, mayo y junio. En esos cuatro meses o jugaba bien o me perdía en el ranking. Ha sido jugar con tensión... Es como cuando estás al borde del descenso y necesitas ganar sí o sí. Cuando hay mucha necesidad es difícil sacar tu mejor nivel, porque para eso necesitas ese pelo de tranquilidad. Me llegué a ir al 122 del mundo antes de Mallorca, de la temporada de hierba, pero una vez me metí «top 100» después de ganar el primer partido en Wimbledon fue un subidón de confianza. Me dio tranquilidad saber que entraba en el US Open y que no tenía que jugar previa. En agosto también tuve unos problemillas en un hombro, pero ya tuve otra sensación, ya jugaba con menos necesidad y ansiedad, y pude sacar todo el nivel que yo sentía que podía dar en competición, porque lo estaba mostrando en los entrenamientos y por lo que sea no acababa de salir.
[[QUOTE:PULL|||"Ha sido inevitable por momentos esta temporada pensar que estaba cerca o que podía ser el final"]]
Tuvo que jugar previas, casi «volver a empezar», usted que ha ganado títulos, ha sido semifinalista en Wimbledon... ¿Es duro?
Es complicado. Muchas veces llegaba a un torneo y la gente de la previa ya no estaba. No te dabas cuenta ni de que existía la previa, estás en una nube, en una posición de privilegio. Luego cuando no la tienes se echa de menos.
¿Se planteó la retirada?
Sí, la verdad es que si hubiese tenido 25 años no hubiese pensado en otra cosa que en seguir, pero cuando ya tienes una edad, yo creo que hay que darle naturalidad a esos pensamientos y saber aceptarlos; es ley de vida y es normal que se te pasen por la cabeza. Es otro pensamiento negativo más que hay que saber controlar para dirigir la mente donde tú quieres poner el foco. Ha sido inevitable por momentos esta temporada pensar que estaba cerca o que podía ser el final.
Ha hablado de Wimbledon, pero la Davis en Valencia en septiembre también fue un empujón...
Es una competición especial que tiene su dificultad, mucha responsabilidad, pero te hace subir el nivel, ser mejor. En Valencia, pasé mis momentos complicados, pero salió bien por suerte, pude jugar a muy buen nivel [ganó sus dos partidos individuales, al francés Fils en tres sets y al checo Lehecka en dos]. También las emociones y el sentimiento que tienes jugando la Davis son especiales. Me ha ayudado en este final de temporada.
A Alcaraz también le ayudó después de su bajón mental.
Salimos todos de ahí reforzados.