¿Pasó lo peor? Los daños psicológicos tras las riadas es lo que más preocupa ahora
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Si los pueblos afectados por la DANA, los kilómetros y kilómetros de calles ahogadas por el barro, fueran un set de rodaje ahora tocaría un cambio de decorado y de intérpretes. Las palas, los camiones, los profesionales uniformados y las botas de agua pasarían al backstage para dar paso a algo mucho menos espectacular: equipos psicológicos formados por personas cuya misión es evitar que las víctimas caigan en un abismo de desesperación y oscuridad.
La Generalitat Valenciana ha desplegado 120 profesionales en las localidades damnificadas, entre el terreno y las consultas montadas en Feria de Valencia, donde están llegando los cadáveres de los 216 fallecidos en la riada en València. Solo ahí se había atendido a dos centenares de personas hasta el pasado fin de semana. Y no va a ir a menos, avisó Bartolomé Pérez, responsable de la Oficina Autonómica de Salud Mental de la Comunitat Valenciana. “Esto va mucho más allá del accidente del metro o el 11M, es un escenario de guerra y va a depender de todos que lo que pueda pasar no sea mucho más aún”. Después del shock, vienen los síntomas y las complicaciones.
Hace unos días hablé con Fernando Muñoz Prieto, un psicólogo madrileño que coordinó el dispositivo de asistencia del Colegio de Psicólogos tras los atentados terroristas de 2004. En aquellos días fatídicos, la profesión aprendió que en una catástrofe no bastaba con tener profesionales disponibles para quien lo necesita sino que había que ir a buscar a las personas. Ser proactivos: llamar a las puertas de las casas, ir a los colegios, a los centros de mayores y a las oficinas de trabajo. Aquí te dejo la entrevista completa con Fernando y en este link puedes consultar las diferentes iniciativas que se han puesto en marcha en la zona de València.
Los expertos y expertas con los que hemos ido hablando estos días nos avisan de que el duelo no es lineal y un evento traumático como este tampoco afecta igual a todo el mundo. Es esperable que se produzcan a partir de ahora, y en los próximos meses, trastornos adaptativos que puede derivar en un estrés agudo. La falta de control es monumental y puede afectar tanto a quienes situaciones terribles –como presenciar la desaparición o el fallecimiento de alguien o estar en serio peligro en tu casa o en tu coche–, como a los que, por no estar tan afectados, sufren culpa y se hacen preguntas. El trauma colectivo, el por qué tú y no yo.
El reto es evitar que, haya lo que haya, se convierta en un estrés postraumático. “Queda un trabajo ingente por hacer y hay que ponerse a hacerlo inmediatamente. Durará meses y tal vez años”, asume Fernando. El Ministerio de Sanidad también ha aportado otros 14 equipos para dar atención directa en los ámbitos donde se identifiquen necesidades.
Mientras estabas a otras cosas...
- Un paciente de 17 años se ha recuperado de un tumor cerebral incurable gracias a la terapia CAR-T. Es un solo caso pero abre una puerta a la esperanza en algunos tipos de cáncer con muy mal pronóstico.
- España va a tener representación, después de 20 años, en el Consejo Ejecutivo de la Organización Mundial de la Salud: será la ministra Mónica García.
- Existe un 'efecto Muface' que no tiene buena pinta: Mapfre y Sanitas se han retirado del 'Muface' de los funcionarios de Justicia (Mugeju).
Cuando cuidar la salud de otros destroza la tuya
El personal de enfermería está colapsando. Esta semana tenemos una nueva prueba de esto que repetimos de vez en cuando. El dato: un 23% de las profesionales han terminado de baja por situaciones de ansiedad, estrés o agotamiento mental relacionadas con el trabajo en el último año, según las respuestas que ha recibido el Consejo General de Enfermería (CGE) de casi 10.000 sanitarias de hospitales, ambulatorios y centros sociosanitarios a la que se ha preguntado cómo se encuentran en su día a día laboral. La mayoría (75%) trabaja en la sanidad pública.
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Nos leemos el próximo sábado.
Sofía