El apagón nuclear pone en riesgo el suministro eléctrico en España
El cierre escalonado de las centrales nucleares españolas entre 2027 y 2035, previsto en el marco regulatorio actual, podría poner en riesgo la estabilidad del suministro eléctrico, aumentar la dependencia de combustibles fósiles y reducir la competitividad del sector energético nacional, según el informe "Nucleares para consolidar una transición energética limpia" realizado por la Unidad de Inteligencia de la consultora LLYC que dirige el ex ministro y ex presidente de Red Eléctrica, Jordi Sevilla.
El documento señala que los cálculos realizados por el Ministerio de Transición Ecológica existe una "paradoja", puesto que el cierre de las centrales nucleares tiene unas fechas rígidas mientras que el desarrollo de las energías renovables está abierto. En este sentido, el documento pide "que el futuro de las centrales nucleares vaya asociado a cómo avance la penetración de renovables y los planes de almacenamiento en el mix eléctrico español. De esta manera, si el crecimiento de estas energías y el despliegue del almacenamiento no es el esperado, se podrá seguir contando con los reactores nucleares".
Además, el despliegue de las renovables está condicionado al incremento de la demanda. En este sentido, las previsiones del PNIEC anticipan un crecimiento de la demanda del 35% para 2030 respecto a los datos de 2019, pero en 2024 esta ha crecido apenas un 1,5% respecto al mismo periodo de 2023 lo que augura, según el informe, dificultades para alcanzar el objetivo.
Un escenario de mucha energía renovable sin que la demanda acompañe implicará necesariamente una caída del precio de la energía y España perderá el atractivo para que lleguen nuevas inversiones.
¿5,5 millones de coches eléctricos?
Buena parte del incremento previsto en el PNIEC llega por la proyección de que en 2030 haya 5,5 millones de coches eléctricos circulando en España. Diversos estudios estiman en la actualidad 200.000 unidades de eléctricos, así que el análisis de LLYC estima que será necesario que en los próximos seis años se vendan unos 880.000 coches anuales. Sin embargo, en los doce últimos meses del año, según datos de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (ANFAC), "se vendieron apenas 62.332 vehículos eléctricos en nuestro país, muy lejos de los objetivos propuestos".
Asimismo, se llama la atención sobre la necesidad de agilizar los proyectos renovables, eliminando las trabas burocráticas, así como el marco regulatorio y la estabilidad necesaria para garantizar un escenario de precios que abra la puerta a la financiación de los proyectos.
El peligro de sobredimensionar el almacenamiento
El documento remarca también las excesivas expectativas que el PNIEC pone sobre el almacenamiento, con 22,5 gigavatios para 2030. "Las baterías deberán alcanzar los 12,5 GW, debiendo añadir más de 2.000 MW al año, cuando en la actualidad solamente hay conectados 27 MW. El bombeo deberá llegar a los 10 GW, aunque actualmente hay sólo 5.400 MW conectados".
"Aunque los objetivos pueden llegar a ser alcanzables, va a ser necesaria la aprobación de la regulación y del nuevo mecanismo de capacidad que permita el despliegue rentable de baterías. Respecto al bombeo, a día de hoy no existen proyectos diseñados que permitan alcanzar la cifra propuesta. Es peligrosa la excesiva importancia que recae sobre la consecución de este objetivo para la estabilidad del sistema. Si por algún motivo no se lograse la meta propuesta, la seguridad de suministro del sistema se vería seriamente comprometida en momentos en los que las renovables bajasen su aportación", se advierte.
"Si el almacenamiento no se despliega al ritmo esperado, la energía nuclear es la única fuente baja en carbono que puede cumplir una función de estabilizador similar al almacenamiento. La energía nuclear tiene la flexibilidad suficiente para aumentar o disminuir potencia en función de la penetración de renovables en cada momento concreto. Con la desaparición de la nuclear del mix, deberán ser otras fuentes con características similares (centrales de gas) las que cubran la intermitencia de las renovables y aporten la inercia necesaria, aumentando las emisiones de carbono", se añade.
Pero incluso en el caso de que se cumpliesen en el año 2030 todos los objetivos planteados en el PNIEC, "las energías renovables cubrirían un 81% de nuestro mix. El restante 19% debería seguir siendo cubierto por otras fuentes de energía, entre las que cabría incluir la energía nuclear", señala el informe.
Un decenio más operativos
Y para asegurar la transición limpia, segura y justa se propone "extender la vida útil de las centrales nucleares diez años" y revisar la carga fiscal sobre las instalaciones nucleares. El informe sugiere "aliviar la presión fiscal que afecta actualmente a la rentabilidad de estas instalaciones, permitiendo que la operación nuclear sea viable para el sector privado".
Estas propuestas están "ampliamente respaldadas por la sociedad española, incluso por muchos grupos parlamentarios, y es lo mejor para España", ha asegurado Sevilla en la presentación del informe.
Asimismo, como defiende ahora en Bruselas la vicepresidenta de Transición Ecológica, Teresa Ribera, se apuesta por la instalación de minirreactores modulares (SMR). "Esta nueva tecnología, en expansión en varios países europeos, presenta una opción segura y adaptable, complementando a las renovables en el mix energético español con una fuente limpia, confiable y de rápida integración".
“Vemos necesario alinear a España en la nueva política energética europea y mundial, manteniendo empleo y el conocimiento acumulado en el sector, reforzando nuestra lucha contra el cambio climático, reduciendo nuestra dependencia energética exterior y evitando riesgos innecesarios en algo tan esencial como el suministro eléctrico”, señala Jordi Sevilla.