La opinión pública y la luna de miel
El nivel de aprobación ciudadana a la presidenta Claudia Sheinbaum registró 70 por ciento en el primer mes de su gobierno, según el sondeo nacional de El Financiero publicado el pasado lunes 4 de noviembre.
¿Podemos hablar, con base en ese número, de una luna de miel de la Presidenta con la opinión pública mexicana?
La noción de honeymoon o luna de miel de un gobierno entrante nos viene de Estados Unidos, donde la larga serie de mediciones de popularidad presidencial ha mostrado ciclos en los que un presidente entrante registra altos niveles de aprobación y posteriormente éstos se ajustan a la baja.
En México, ese patrón de comportamiento se ha observado solamente en dos ocasiones en las últimas tres décadas y media.
La primera fue con Vicente Fox cuando tomó posesión luego de derrotar al PRI. En su caso se hablaba de un bono democrático, más que de una luna de miel. La segunda fue con AMLO luego de su triunfo en 2018.
Ambas presidencias siguieron el patrón de iniciar con aprobación alta y posteriormente un ajuste a la baja que se estabilizó a lo largo del sexenio.
Ni Salinas ni Zedillo tuvieron luna de miel con la opinión pública, pero sus niveles iniciales de popularidad fueron subiendo.
Tras una cerrada elección con acusaciones de fraude, Calderón tampoco tuvo luna de miel, cuya popularidad empezó en un nivel menor al de Fox y se mantuvo sin muchos cambios frente a una opinión pública expectante ante la guerra contra el crimen organizado.
Y Peña Nieto tampoco tuvo luna de miel, empezando con una aprobación por debajo de los dos presidentes panistas que le precedieron, y experimentando una espiral a la baja a lo largo del sexenio.
Por su parte, AMLO rompió los récords de popularidad presidencial al inicio de un gobierno.
La popularidad de López Obrador tuvo un rasgo similar al que tuvo Fox y que quizá deberíamos considerar como un segundo criterio para definir un periodo de luna de miel: contar con un apoyo mayoritario que cruza las líneas partidarias.
Tal indicador significa que el apoyo al presidente se da incluso entre quienes no votaron a su favor.
Al inicio de sus gobiernos, tanto Fox como AMLO tuvieron altos niveles de aprobación, pero también contaban con el apoyo mayoritario de sus opositores, además de sus propios partidistas y de apartidistas.
En su arranque, Fox tenía el aval de casi todos los panistas, pero también de una mayoría de priistas y de perredistas. Con AMLO, la aprobación al inicio era muy alta entre morenistas, y mayoritaria entre oposicionistas y apartidistas.
Esto quiere decir que la luna de miel refleja un voto de confianza que cruza las líneas partidarias entre la opinión pública, y no solamente altos niveles de aprobación.
Considerando esos dos criterios, la encuesta de El Financiero indica que Claudia Sheinbaum cumple con el primero de ellos, una aprobación alta que alcanzó 70 por ciento en el primer mes, como se dijo al inicio.
Pero la encuesta no arroja evidencia de que Sheinbaum tenga un respaldo mayoritario entre oposicionistas. Por el contrario, entre ese segmento, la desaprobación a la Presidenta es mayoritario.
No se nota tanto ese disenso en el nivel de aprobación general porque la proporción de morenistas, su base de apoyo, es la más alta que se ha observado hasta ahora, con 36 por ciento, mientras que la proporción de oposicionistas pasa por su peor momento histórico, sumando apenas 8 por ciento. Al inicio del gobierno de AMLO los morenistas sumaban casi 30 por ciento y los oposicionistas 12 por ciento.
Las encuestas de este diario indican que la aprobación a AMLO entre oposicionistas alcanzó 58 por ciento en su primer mes de gobierno, mientras que la aprobación a Sheinbaum registró apenas 21 por ciento entre oposicionistas, frente a 67 por ciento de desaprobación entre ese segmento.
Si la luna de miel significa solamente un nivel alto de aprobación inicial, Sheinbaum pasa por un periodo de honeymoon con la opinión pública.
Pero si consideramos que la luna de miel también significa contar con apoyo aun entre opositores, la popularidad de la Presidenta no mostró ese aspecto en su primer mes de gobierno. Veremos si para los 100 días se observa o no.