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Ni chorizo ni pimentón: el ingrediente poco habitual en las lentejas con el que darles un toque muy sabroso

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En estos días en los que empieza el frío y se agradecen tanto los platos de cuchara, es el momento de mirar a esa vieja receta para ofrecer un toque especial al plato de lentejas

Calentitos y nutritivos: cinco platos de cuchara completos para los días de frío

Las lentejas son un plato tradicional que, además de tener un sabor delicioso y ser una comida muy saludable, se prepara con aprovechamientos. La receta pasa de generación en generación y puede dar para comer varios días, hasta el punto de que cuando escasean las lentejas se les puede echar arroz o quinoa y dar para una nueva ración. En ese caso, obtenemos una proteína muy completa al mezclar legumbre y cereal.

La mezcla de sabores al reunir legumbres con verduras junto con la proteína procedente del chorizo o del jamón es sabrosísima y da mucha energía. Pero hay un elemento clave en la preparación de este plato que utilizan nuestras abuelas, capaz de dar todavía más sabor a este plato.

En estos días en los que empieza el frío y se agradecen tanto los platos de cuchara, es el momento de mirar a esa vieja receta para ofrecer un toque especial al plato de lentejas. Mientras que es habitual usar en la preparación de este plato un hueso de jamón o echar pimentón y trozos de chorizo para que el sabor sea más intenso, no todo el mundo conoce otro truco para obtener ese sabor tan especial que recordamos de nuestra infancia.

Es una parte del jamón que normalmente se tira en las casas porque se considera que no se le puede dar uso, pero justamente para este plato es perfecta. También se puede comprar en las charcuterías y jamonerías, aunque a veces hay que pedirle al charcutero que nos las guarde. Hablamos de la corteza del jamón que, además, puede dar una textura crujiente.

A fuego lento

Si bien, la corteza de jamón puede resultar muy calórica, se puede consumir con moderación y, así, conseguir un plato de lentejas más sabroso. La corteza de jamón aporta sabor, no solamente a las lentejas, sinto también a otros guisos y potajes.

Para cocinar esta corteza de jamón hay que cortarla con ayuda de un cuchillo en pequeñas tiras que hay que cocinar a fuego lento en una sartén para que se funda toda la grasa que no hemos sido capaces de retirar. Después de ello, tendremos unos torreznos que podremos echar directamente a nuestro plato de cuchara. También los podemos comer blandos si se cuecen y dejar los trozos más grandes para quitarlos al final de la cocción.

Las cortezas de jamón también se pueden encontrar como aperitivo e incluso en bolsas como cortezas o torreznos, pero lo que nos interesa en exclusiva para la preparación de este guiso es la corteza tal cual, sin la parte del tocino.

Las lentejas aportan proteínas vegetales y las cortezas aportan proteínas animales. Además, una ración de lentejas es una increíble fuente de fibra, que es esencial para facilitar la digestión y prevenir el estreñimiento. También ayuda a regular los niveles de colesterol y azúcar en sangre y aumenta la sensación de saciedad.

Por otro lado, este plato aporta carbohidratos complejos, que se absorben lentamente, lo que proporciona energía de manera constante a lo largo del día. Además, esta comida no contiene azúcares añadidos y prácticamente tampoco azúcares simples.

Un plato de lentejas aporta unas 500 kcal por ración que, teniendo en cuenta las proteínas, carbohidratos y algunas grasas saludables que aporta, es una cantidad relativamente baja. Esto convierte a las lentejas en un plato nutritivo y saciante.

Cómo cocinar un buen plato de lentejas

Si queremos preparar este plato que tan bien casa con las estaciones de otoño e invierno, podemos prepararlo de la siguiente manera. En primer lugar, ante la pregunta de si hay que poner en remojo las lentejas, la respuesta es que no siempre es necesario. En el caso de tratarse de lentejas de buena calidad y que el agua fuera blanda, bastaría con enjuagarlas en el grifo. En este caso haría falta una hora para su cocción en una olla normal o menos tiempo si hablamos de una olla a presión.

En el caso de el agua sea dura, sí que habría que ponerlas a remojar. Muchos paquetes de lentejas vienen ya con las indicaciones de tiempo en el caso de que tengamos aguas duras o blandas.

A la hora de cocinar los ingredientes y tengamos nuestros torreznos cocinados a fuego lento, hay que añadir más ingredientes para obtener un plato realmente sabroso.

Pelamos y picamos dos zanahorias en rodaja, también una cebolla, un pimiento verde, un tomate rallado, dos dientes de ajo, una cucharada de pimentón dulce, una hoja de laurel, dos cucharadas de aceite de oliva, trozos de chorizo y sal, al gusto.

En la olla caliente se sofríe a fuego lento el ajo, el pimiento verde, el chorizo y la cebolla hasta que estén dorados. Después añadimos las zanahorias en rodajas y el tomate rallado. Una vez que el sofrito esté preparado, solo hará falta incorporar las cortezas de jamón y cocinar todo junto durante tres o cuatro minutos para que los sabores se mezclen.

Tras ello vertimos en la olla las lentejas lavadas y escurridas, aliñadas con una hoja de laurel, dejándolas cocer. Tras un tiempo conseguimos el mejor plato de las abuelas, con ese punto de las cortezas de jamón que lo convierte en único. El agua de cocción ablandará las cortezas, dejando una textura y un sabor exquisito que transformarán nuestras lentejas en un plato gourmet.