El precio de sembrar dudas
Poco se habla del hecho de que el Barça no haya tenido que acudir a un sorteo para adjudicar a los abonados el asiento que han solicitado en el Camp Nou para la segunda vuelta. Ha sido una sorpresa negativa que de los 62.000 que renunciaron a Montjuïc, no se haya cubierto la oferta de 27.000. La cifra real no se ha comunicado. ¿Hay desafección? Si no la hay, lo parece, a pesar de la buena trayectoria del equipo de Flick. Pero quizá pese más el disparate que supone no fijar una fecha para este retorno parcial. Tras los fiascos de asistencia en Montjuïc (de 17.700 a 23.000 abonados), la directiva responsable, Elena Fort, habló de volver al Camp Nou a mitad de enero (la segunda vuelta comienza el día 19). Más tarde, Antonio Escudero, vicepresidente del Área Social, aseguró que no sería hasta finales de marzo. Luego, a través del Ayuntamiento, trascendió que el club había pedido prolongar el alquiler de Montjuïc hasta el 31 de mayo. Desconcierto total. ¿No será que se oculta la necesidad de hacer caja a la vista que el 31 de diciembre hay que inscribir jugadores (Olmo) y pagar un plazo de las fichas, mientras a Nike se le espera, pero no llega? Algunos detalles invitan a pensar en falta de liquidez. Por ejemplo, los 21.000 € que se reclaman a la grada de animación, por multas por mal comportamiento; el medio millón de multa de la UEFA por declarar una ‘palanca’ como ingreso ordinario; la tacaña aportación de ayuda a los damnificados de Valencia; etc. Ahora se añade la escasa aceptación que ha tenido el retorno parcial al Camp Nou. Ni un ‘Black Friday’ azulgrana daría para más.