Los dientes son peligrosos arrecifes
Las palabras son naves cargadas que sin velas ni timón, navegan a la deriva. Pero cuando el viento de la voluntad hincha sus velas y a éste lo tripula el capitán, tienen la fuerza para cumplir al pie de la letra su ruta. Un bajel tenía que partir hacia una lejana ensenada. Pero, al llegar a los arrecifes de mis dientes, allí se quedó varado. El viento del temor y las olas de la inexperiencia azotaban su casco de una manera enfebrecida. El navío amenazaba con zozobrar de un momento a otro.