Las flores de los cementerios gallegos son también para las víctimas de la DANA
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El día de Todos los Santos ha transcurrido este año entre sentimientos encontrados. Como es norma, desde bien temprano los cementerios gallegos abrieron sus puertas para todo aquel que desease rendir tributo a su panteón de seres queridos. Pero la coincidencia de esta efeméride con la tormenta que asola Levante, que el viernes registraba un balance de más de 200 personas fallecidas y una cifra indeterminada de desaparecidas, ha permeado en buena medida en los pensamientos que ofrecidos durante la jornada. Tanto en el caso de los visitantes, entre los que a unos se les hacía más cercano que otros el pesar por la destrucción de la DANA, como en el de las instituciones que celebraban sus propios actos, y que se han solidarizado en público con todas las víctimas. A más de ochocientos kilómetros del temporal, Galicia ha vivido una jornada marcada en general por el buen tiempo. Las temperaturas invitaban a los visitantes que se acercaron a los camposantos de toda la Comunidad, muchos de los cuales extendieron su horario de apertura de puertas para recibirlos hasta bien entrada la tarde. Al cementerio viejo de Mondoñedo (Lugo) acudió, por ejemplo, Olympia, con una maceta con flores para sus familiares. Pero los rostros, amén de reflejar la solemnidad con la que se acude a ver a los difuntos, invitaban a una segunda lectura. Entre las habituales conversaciones de este día en los camposantos, siempre lugares de encuentro entre vecinos y conocidos, se colaba el viernes, inevitablemente, la tragedia que se está cebando con Valencia. Hubo, en todo caso, asuntos a los que dedicar pensamientos en un día que muchos también aprovecharon para adornar y embellecer los lugares de descanso de sus allegados. Las visitas fueron de todo tipo: desde encuentros breves en los que presentar respetos hasta estancias más largas para, en algunos casos, realizar poco menos que auténticos trabajos de restauración, entre limpiezas de nichos, pulidos de losas y distribuciones de ornamentos florales. Hoy, Día de Difuntos, los camposantos gallegos volverán a recibir a sus visitantes en un horario extendido. Como curiosidad, a la celebración del Día de Todos los Santos se ha sumado la Real Academia Galega, que ha difundido un trío de fotografías históricas rescatadas de su archivo. En ellas se representa esta festividad en el mercado de flores de la plaza coruñesa de María Pita y en un atestado cementerio de San Amaro, a comienzos de los años 30 del siglo pasado. Las tres pueden descargarse en la web de la biblioteca digital Galiciana. Si el caos causado por la DANA fue para muchos visitantes una constante amarga aunque silenciosa, las autoridades que el viernes se pronunciaron se aseguraron de referenciarlo explícitamente. En el cementerio coruñés de San Amaro, el primer teniente de alcaldesa, José Manuel Lage, ha presidido un acto de homenaje a Wenceslao Fernández Flórez, Leandro Carré Alvarellos y Ánxel Casal, «figuras esenciales de la cultura gallega», aprovechando una doble coincidencia: el 60 aniversario del fallecimiento de Fernández Flórez y el centenario de la fundación de la editorial Hogar por Carré y Casal. Lage recordó su papel construyendo «una Coruña más libre, cultural y gallega», y destacó San Amaro como espacio de memoria histórica: «No es solo un camposanto, es un lugar al que nuestra ciudad acude para encontrar en la memoria soluciones de futuro». Durante el acto, se dedicó un minuto de silencio al recuerdo de las víctimas de la DANA y en apoyo a las familias y amistades que sufren el impacto de las intensas lluvias. De hecho, algunos municipios colaboran desde el viernes en la recogida y envío de productos de primera necesidad a las zonas afectadas, después de que la FEGAMP emitiese un comunicado solicitando la ayuda de toda la Comunidad. Es el caso de Santiago y Carballo, que reúnen recursos como leche, agua, alimentos no perecederos, biberones, pañales, calcetines, productos de higiene personal o sacos de dormir –variando en función del concello el listado de objetos admitidos–; y de otros, como Vilagarcía y O Porriño , que envían al territorio levantino medios humanos, entre agentes policiales y funcionarios y voluntarios de Protección Civil, además de vehículos, para reforzar la capacidad de respuesta.