El motivo por el que se está pidiendo a la gente tirar a la basura estos utensilios de cocina
En casi todas las cocinas españolas, es común encontrar al menos un utensilio de color negro y de plástico: desde las tradicionales espátulas y cucharones, hasta pinzas y coladores. Estos utensilios han ganado popularidad por su versatilidad, resistencia y bajo precio, además de ser ideales para cocinar en sartenes antiadherentes sin dañar sus superficies. Sin embargo, detrás de esta practicidad se esconden posibles riesgos, ya que recientes estudios han comenzado a cuestionar la seguridad de ciertos plásticos negros usados en utensilios de cocina debido a su posible contenido de sustancias tóxicas.
La amenaza de los retardantes de llama en utensilios de cocina
El plástico negro en objetos de uso cotidiano, como espátulas, cucharas y hasta bandejas para alimentos, podría estar contaminado con retardantes de llama bromados (BFR, por sus siglas en inglés). Este tipo de compuestos es comúnmente utilizado en carcasas de dispositivos electrónicos, como televisores, móviles y computadoras, para prevenir incendios. Sin embargo, el reciclaje de estos productos tecnológicos ha llevado a que algunos de estos químicos peligrosos terminen en utensilios de cocina y otros productos de consumo diario.
Investigación sobre utensilios de plástico negro
Un equipo de investigadores, en colaboración con la Universidad de Extremadura, analizó 203 productos de plástico negro, entre ellos utensilios de cocina, accesorios para el cabello y juguetes, para determinar su contenido de retardantes de llama. Los resultados fueron alarmantes: el 65% de las muestras contenían niveles de estos compuestos químicos. Entre los productos contaminados se incluyeron artículos de cocina y otros objetos en contacto con alimentos.
¿Cuáles son los riesgos para la salud asociados a los utensilios de color negro?
Los retardantes de llama bromados, que se encuentran en algunos utensilios de cocina de plástico negro, son tóxicos y han sido prohibidos en varios países debido a sus efectos dañinos. Estudios recientes han vinculado la exposición prolongada a estos compuestos con un riesgo elevado de cáncer, daños al sistema inmunológico y alteraciones hormonales.
En particular, el éter de decabromodifenilo (decaBDE), un tipo de retardante de llama, fue hallado en niveles hasta 1.200 veces mayores que los límites de seguridad establecidos por la Unión Europea. A pesar de estas restricciones, estos compuestos siguen apareciendo en productos de consumo diario debido a errores en el proceso de reciclaje de productos electrónicos.
¿Qué pueden hacer los consumidores para reducir su exposición?
Para reducir el riesgo de exposición a estos químicos, los expertos recomiendan reemplazar los utensilios de plástico negro con alternativas más seguras, como utensilios de madera o acero inoxidable. Además, aconsejan evitar el uso de recipientes de plástico negro para calentar alimentos en el microondas, ya que el calor facilita la transferencia de químicos al alimento.
Para reducir la acumulación de estos compuestos en el hogar, los expertos sugieren mantener el espacio ventilado, limpiar el polvo regularmente y optar por productos que no contengan plásticos potencialmente contaminados.
La necesidad de una regulación más estricta
La presencia de estos retardantes de llama en productos de uso cotidiano plantea serias dudas sobre el reciclaje de plásticos contaminados. Para abordar este problema de forma eficaz, los expertos en salud ambiental consideran que son necesarias políticas que regulen estrictamente el uso de estos compuestos en productos electrónicos y plásticos de consumo. Solo así se podrán reciclar materiales sin comprometer la salud de los consumidores.