La Confederación Hidrográfica del Guadiana se opone a la conexión de La Colada y amenaza con vetarla

El presidente de la Confederación Hidrográfica del Guadiana , Samuel Moraleda , ha lanzado un torpedo en toda la línea de flotación al interés de la Junta de Andalucía por resolver la conexión del embalse de La Colada con el de Sierra Boyera cerrando la red secundaria del pantano que el PSOE dejó aparcada en 2009 parando su obra y sin que se volviera a retomar hasta más de una década después. Moraleda aprovechó el pasado viernes en Pozoblanco durante el I Encuentro de Los Pedroches auspiciado por la Diputación de Córdoba para el desarrollo de la comarca y delante del presidente de la institución provincial, Salvador Fuentes, para mostrar su rechazo a esta obra de la Consejería de Agricultura que acometerá Jicar por algo más de 9 millones y cuyo comienzo se dio por «inminente» la semana pasada con la visita del consejero Ramón Fernández-Pacheco a Sierra Boyera. «Leo con desánimo que se va a adjudicar otra obra; bueno, vamos a ver cuándo se autoriza o en qué condiciones, porque lo tenemos que hacer en la Confederación Hidrográfica del Guadiana. Y lo leo con desánimo porque parece que la obra nuestra ha fracasado es robusta, cumple las funciones que se le encomendó. Sería un desastre y un fracaso que se hiciera una repetición o segunda obra para llevar agua cuando ésta ya funciona». El mensaje del presidente de la CHG, propietaria de La Colada, no es baladí y deja entrever que la autorización pertinente no va a ser un mero trámite en el mejor de los casos, arrojando un jarro de agua fría a la expectativa de la Junta de Andalucía para resolver un problema que dura más de 15 años . Conviene recordar que fue precisamente el órgano de cuenca del Guadiana a través de una sociedad estatal bajo su amparo el que se encargó de acometer la solución de urgencia entre ambos pantanos cuando la sequía más apretaba (2022). En esas obras se gastaron 4,3 millones. Al momento de ponerse en marcha, en marzo de 2023, surgió la contaminación del agua de La Colada en carbono orgánico total (COT), por encima de los umbrales permitidos, lo que llevó a la Consejería de Salud a prohibir el consumo humano. Luego, meses más tarde, los grupos electrógenos que junto con el gasoil que pagaba la Diputación -entonces en manos del PSOE- bombeaban el agua se quemaron y durante unos días no hubo suministro en todo el Norte de Córdoba salvo con cisternas y el agua embotellada. Desde ese momento, alcaldes y partidos políticos, especialmente el PSOE , reclamaron a la Junta de Andalucía que terminase de una vez la conexión de La Colada que los populares habían retomado al llegar a San Telmo y declarado de interés autonómico en 2020 para agilizar su tramitación. Muchos dirigentes socialistas contraponían lo hecho por el Gobierno con esas tuberías provisionales con la «falta de actuación» de Juanma Moreno . Sin embargo, ahora que la obra del embalse que entra por El Viso está a punto de comenzar, el mensaje del órgano de cuenca estatal es todo lo contrario: esa obra no hace falta. Es más, Samuel Moraleda recordó en su alocución del viernes que será un gasto que acabará repercutiéndose en los recibos de agua de los vecinos del Norte durante los próximos 25 años, como exige la Ley de Aguas. Hay que recordar también que la Diputación de Córdoba está a la espera de que se desbloquee la opción de mejorar el tendido eléctrico de Los Pelayos , que requiere permiso del Gobierno y la CHG, para poder mejorar el suministro eléctrico a la solución provisional que ahora defiende Moraleda como definitiva. No está lejos de lo que en alguna ocasión el secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán, su jefe político directo, ha dicho en Los Pedroches (como no descartar el enlace de Puente Nuevo). El presidente de la Confederación del Guadiana también reseñó que «estas actuaciones [las de la Junta] lo que tienen que hacer es mejorar la calidad del agua que tenemos en La Colada» aunque echó balones fuera sobre su responsabilidad en la contaminación de la presa.