Esta universidad peruana funcionó por 9 años y solo tuvo 79 graduados: su campus está abandonado en medio de un cerro de Lima
La Universidad Santo Domingo de Guzmán (USDG), fundada en 2013 con la intención de ofrecer una educación de calidad en Jicamarca, Huarochirí, nunca logró consolidarse como un referente académico en el país. A lo largo de sus nueve años de operación, enfrentó múltiples desafíos como la falta de infraestructura adecuada, inconsistencias en los planes de estudio y un escaso número de egresados en las carreras de Educación Inicial, Educación Primaria, Ingeniería de Negocios e Ingeniería de Sistemas e Informática. En 2022, la Superintendencia Nacional de Educación Superior Universitaria (Sunedu) denegó su licenciamiento por diversas deficiencias, lo que resultó en su cierre definitivo y un campus abandonado.
¿Qué pasó con la Universidad Santo Domingo de Guzmán?
La negativa de licenciamiento por parte de la Sunedu se debió a una serie de irregularidades y deficiencias encontradas durante el proceso de evaluación. La USDG, al igual que otras instituciones en el país, debía cumplir con los estándares de calidad establecidos por el ente regulador. Sin embargo, no logró acreditar la existencia de recursos suficientes ni planes de mejora educativa sostenibles. Según informes de la Sunedu, la universidad presentó problemas en la gestión de sus programas académicos, incluyendo incongruencias en la carga académica, falta de laboratorios adecuados y una infraestructura insuficiente para cubrir las necesidades básicas de los estudiantes.
La USDG tampoco pudo demostrar un plan efectivo para garantizar la calidad educativa, lo cual resultó en una evaluación desfavorable. La decisión de cerrar la universidad incluyó la cancelación de nuevos procesos de admisión y la implementación de un plazo de dos años para culminar las actividades académicas existentes de manera ordenada.
¿Cuántos estudiantes se graduaron de la Universidad Santo Domingo de Guzmán?
Uno de los datos más llamativos de la historia de la USDG es la cantidad de graduados que logró en sus años de funcionamiento. Solo 79 estudiantes lograron completar sus carreras y obtener un título profesional. Este número es sorprendentemente bajo, considerando que la universidad llegó a matricular a 501 alumnos en sus diferentes programas. La escasa tasa de graduación refleja no solo problemas administrativos, sino también la falta de atractivo y efectividad en la oferta educativa de la institución. Para los estudiantes que sí lograron completar sus estudios, la obtención del título fue un proceso difícil y plagado de incertidumbre debido a las limitaciones de la universidad y la falta de reconocimiento oficial antes del cierre definitivo.
¿Por qué la Sunedu le negó el licenciamiento a la Universidad Santo Domingo de Guzmán?
La Sunedu identificó diversas razones que llevaron a la negativa del licenciamiento institucional de la USDG. Entre las principales se encuentran las irregularidades en la estructura curricular de los programas académicos, la falta de cumplimiento en los procesos de admisión y la ausencia de un sistema efectivo de aseguramiento de la calidad. La universidad no pudo acreditar la existencia de planes de mejora continua ni demostrar un impacto positivo en la formación de los estudiantes. Solo el 4% de los egresados lograron titularse, lo cual evidenció la falta de solidez en el proceso educativo de la institución.
Asimismo, se detectaron problemas en la infraestructura, como la falta de laboratorios y espacios adecuados para la enseñanza práctica. La USDG también presentó problemas en la administración de recursos, lo que afectó la gestión del mantenimiento de las instalaciones, dejando al campus en condiciones deterioradas.
Universidad Santo Domingo de Guzmán en la actualidad
Tras el cierre ordenado en 2022, el campus de la USDG permanece abandonado en la sierra de Lima. Las instalaciones, aunque deterioradas, siguen en pie. YouTubers y exploradores urbanos han documentado el estado del lugar, describiéndolo como un “gigante vacío” en medio de los cerros de San Juan de Lurigancho. La piscina del campus, por ejemplo, ahora está cubierta de polvo, mientras que las aulas permanecen intactas, aunque sin carpetas ni mobiliario educativo.
La falta de un plan de recuperación o reutilización del campus deja en evidencia el impacto de las decisiones mal ejecutadas en el sector educativo peruano. La historia de la Universidad Santo Domingo de Guzmán se suma a la de otras instituciones que no lograron superar los estándares de calidad requeridos, dejando antecedentes importantes sobre la importancia de una supervisión rigurosa y un compromiso real con la mejora educativa en el país.