El plátano de un millón de euros
La edición de 2019 de Art Basel Miami tuvo un triunfador indiscutible: el artista italiano Maurizio Cattelan. El estand de la Perrotin Gallery se convirtió, de un día para otro, en lugar de peregrinación de miles de profesionales y aficionados al arte, que acudían a él para presenciar in situ la obra del momento: «Comedian» –o lo que es lo mismo: un plátano fijado al muro del estand con un trozo de cinta aislante–. De inmediato, esta pieza se convirtió en un fenómeno viral y, todavía más, se convirtió en el gran paradigma del absurdo en que, para muchos, se ha convertido el arte contemporáneo.
Son innumerables los memes creados por los «haters» del arte actual que toman el plátano de Cattelan como la quintaesencia de la degradación mayúscula de las últimas prácticas artísticas. Pese a lo atrevido del gesto del artista italiano –adherir un plátano al muro con cinta aislante y considerarlo «arte»–, lo que más alimentó la cólera de los enemigos del arte contemporáneo fue que cada una de las tres ediciones de «Comedian» se vendieran por 120.000 euros. A todos aquellos que continúan valorando el arte en función de la capacidad técnica del artista y que no han comprendido todavía el alcance de lo que se ha llamado «giro filosófico» o «conceptual» les explota la cabeza cuando son conocedores de que alguien ha llegado a pagar tal suma de dinero por pegar un plátano con cinta aislante a la pared.
¿Hasta dónde puede llegar la excentricidad y el absurdo del mercado del arte contemporáneo? ¿Es posible superar esta experiencia y pagar más por menos? La respuesta es: sí. El próximo 20 de noviembre la casa de subastas [[LINK:EXTERNO|||https://www.larazon.es/cultura/arte/sothebys-subastara-primera-obra-are-creada-robot-que-funciona_2024102367189fade2e54f00018a5617.html|||Sotheby’s ]]subasta una de las ediciones de «Comedian» y, según las previsiones, el precio de remate de la obra de Cattelan puede superar el millón de dólares.
De ser así, este hecho marcaría un hito histórico por dos razones básicas: de un lado, las grandes subastadoras –Sotheby’s y Christie’s–no se caracterizan por la inclusión del arte conceptual en sus catálogos de venta y, mucho menos, en tanto que obras mediáticas y estrella; de otro, si el plátano de Cattelan consiguiera alcanzar los seis dígitos, igualaría el precio de venta de la serie más emblemática de un compatriota suyo: la conocida como «Merda d’artista» (1961), de Piero Manzoni, consistente en una lata que contiene 20 gramos de excrementos del autor, y cuyo valor de mercado es de un millón de euros.
La apuesta de Sotheby’s busca claramente sincronizar la política de ventas de las casas de subastas con la realidad más palpitante del arte contemporáneo y, sobre todo, convertir al dinero en el verdadero legitimador de las producciones conceptuales. Aquello que antes era validado por los críticos, ahora es sancionado por los coleccionistas. Como afirma David Galperin –jefe del área de arte contemporáneo de Sotheby’s para las Américas– «es el público quien finalmente tendrá que decidir su verdadero valor». Los tiempos han cambiado, y, a día de hoy, la historia del arte la escribe el mercado y no los críticos y los comisarios. Tanto pagan por ti, tanto vales. No hay más misterio.