Trump regresa a Nueva York, donde todo comenzó
Cuando quedan menos de diez días para que se celebren las elecciones presidenciales en Estados Unidos, Donald Trump regresa a donde todo empezó, Nueva York. Desde la ciudad que lo vio nacer, el exmandatario anunciaba un 15 de junio de 2015 su candidatura a la presidencia del país. «Yo devolveré a EE UU su grandeza», dijo, dispuesto a vencer a Barack Obama. Nueve años después, y a pesar de que la ciudad ha sido su mayor azote judicial, el republicano ha elegido el mítico Madison Square Garden para lanzar su mayor evento de recaudación de fondos hasta la fecha. Ante la imposibilidad de hacer campaña en los siete estados decisivos a la vez, Trump ha optado por llegar a los votantes indecisos de esos territorios con un macroespectáculo del que se hicieron eco todos los medios de comunicación del país.
El expresidente ha estado escoltado por su compañero de fórmula, J.D. Vance, y su reciente mejor apuesta, el multimillonario Elon Musk. El evento también contó con la asistencia de varias figuras relevantes como el abogado personal del exmandatario y exalcalde de la ciudad de Nueva York, Rudy Giuliani. Desafiando a las tradiciones políticas, porque Nueva York es un estado históricamente demócrata donde no gana un republicano desde Ronald Reagan en 1984, Trump se dio allí un baño de masas porque está convencido de que puede conquistar este territorio, sobre todo después de que en los últimos meses hayan empezado a surgir grupos trumpistas que apoyan la visión del expresidente en cuestiones de inmigración. «Nuestros veteranos [de guerra] están viviendo en la calle como perros, mientras los inmigrantes viven en hoteles de lujo de todo el país donde rigen los demócratas», dijo en un mitin de campaña en el Bronx el pasado mayo. Todo en un momento en que Nueva York enfrenta una de sus peores crisis migratorias.
Algo está cambiando en el imaginario político del llamado Estado del Imperio. «Donald Trump es la opción correcta», dijo esta semana el periódico New York Post, propiedad del magnate de los medios Rupert Murdoch y que el viernes anunció su apoyo al republicano. Cada vez son más los ciudadanos que comparten este sentir que se extiende sobre todo entre las nuevas generaciones.
Este periódico se ha reunido con Jude Somefun, un joven de 36 años que pertenece a ese 10% de los neoyorquinos que apoyan a Trump, para entender el nuevo fenómeno. Jude trabaja actualmente en el departamento de Marketing y Comunicación de una empresa de ingeniería en Manhattan. Se describe como una persona profundamente cristiana, explica a LA RAZÓN mientras nos invita a pasar al New York Young Republican, un club que acoge a los jóvenes republicanos de todo el país y que abrió su primera oficina en la Gran Manzana hace tres años. «Cuando la ciudad impuso restricciones por el covid 19 con las que no estábamos de acuerdo, abrimos este centro para reunirnos», dice.
Los orígenes de esta organización se remontan al 27 de abril de 1911, cuando 32 jóvenes neoyorquinos de tendencia conservadora se reunieron y fundaron un equipo que trabajara por el partido. Pero la oficina de Nueva York abrió sus puertas hace solo tres años. Es un espacio clásico, elegante y representativo del renacer republicano en Nueva York, en medio del caótico barrio de las flores de Manhattan. Nadie imaginaría que en el interior de un viejo edificio se reúnen asiduamente los «cachorros neoyorquinos del partido republicano», las nuevas generaciones.
La pared está llena de cuadros que resaltan la gloria pasada de la organización. «Este es Richard Nixon, que en su día formó parte del club», explica Jude a LA RAZÓN apuntando a una foto que cuelga de la pared. Frente a él, la imagen de un joven Donald Trump pintada a carboncillo es lo primero que se puede ver cuando accedes al lugar. Para Jude es el hombre de la salvación, porque asegura que «este país no puede permitirse 4 años más de la manera que ha ido hasta ahora. Mientras Trump tiene un historial demostrado» dice citando cómo Estados Unidos esquivó los conflictos internacionales durante el mandato del republicano: «Es un hombre de principios que ha hecho lo que dijo que haría durante su campaña».
Jude se convirtió al republicanismo en 2008, porque «estaba más alineado con el catolicismo» que los demócratas. El 5 de noviembre su voto irá a parar al expresidente porque «estamos en un renacimiento, la gente cada vez está más enfadada, sobre todo los jóvenes que ven que años y años de palabras no están funcionando. Este país está enviando dinero a países extranjeros, a Ucrania, por ejemplo, cuando ese dinero se podría usar de manera local, en los ciudadanos, ¡en los neoyorquinos!», proclama. Para este joven negro no fue fácil hacer pública su tendencia política, pero sintió que era su deber «participar en las elecciones en un momento crítico como este». «Eres una minoría visible en la ciudad», confiesa, «pero cuando las cosas van mal tienes que hacer algo».