Primer Golpe. Cuidar la Semana Santa

Este fin de semana en Santa Catalina, la Virgen de las Lágrimas aparece bajo su palio y nimbada con una ráfaga traída desde la hermandad de Santiago de Aznalcázar. Entras en el templo y te sobrecoges. Ahí hay muchas horas de trabajo de la priostía y de la gente joven que colabora, imaginación y sobre todo conocimiento de la historia. Ese que no tienen los que pían por todo. El fiel que va a venerar a la Virgen pasa bajo el palio de Juan Manuel algo que rara vez es posible. Uno entra en el espacio interior del paso, uso exclusivo de la imagen sagrada. Esto sí que es algo extraordinario. En la Semana Santa, el mundo de lo extraordinario ha quedado limitado a las salidas conmemorativas. Ya ocurrió en 2004 pero vuelve a pasar ahora con el agravante del efecto contagio que se extiende a toda la provincia y a toda Andalucía. El debate sobre el frenesí de salidas salta de nuevo, llega a la cima y luego se apaga. La vida sigue igual. Si la Iglesia considera a las cofradías como un tesoro, tiene que cuidarlo. Y el Consejo también aunque a veces digan que no es su papel. Claro que es su papel. Lo que ocurre en estos tiempos deteriora las manifestaciones de la piedad popular. Al salir en estos días del besamanos en Santa Catalina entendemos que aun se esté a tiempo de cuidar esta rosa de la Semana Santa. Aunque sus pétalos están dando ya señales de ajado.