La profunda sintonía entre los pueblos
No invitar al Rey de España, a la toma de posesión del cargo como presidenta de México, me parece que es un acto deliberado de un enorme poder simbólico que enlaza con la línea mantenida por López Obrador y eleva a política de Estado un absurdo e injusto revisionismo histórico. México no existía en 1521 cuando Cortés tomó la capital del Imperio azteca.