Crítica de "¿Quién mató a Bambi?": Música, violencia, abusos y poder: así murió Bambi ★★★★
Monika Fagerholm explora las grietas más oscuras de la sociedad contemporánea en «¿Quién mató a Bambi?», una novela que entrelaza música, violencia y poder a través de una prosa fragmentada y poética. Galardonada con el Premio de Literatura del Consejo Nórdico, la obra aborda las consecuencias de una violación grupal, un acto brutal que ha sido silenciado y reescrito por las fuerzas del poder y la hipocresía social.
En lugar de centrarse en la víctima, Fagerholm explora el impacto devastador en los perpetradores y su entorno, mientras que ella permanece ausente y en silencio. La estructura es polifónica, alternando entre anécdotas, recuerdos y reflexiones. Fagerholm rompe el tiempo y el espacio para retratar un suburbio burgués que se niega a confrontar su culpabilidad, evocando un rompecabezas emocional donde cada fragmento revela nuevas capas de complejidad. La repetición de frases, como un estribillo musical, refuerza esa sensación de ritmo sincopado.
La trama sigue a Saga-Lill y Emmy, dos amigas de la infancia que han tomado caminos divergentes: Emmy es madre y esposa de un asesor de inversiones, mientras que Saga-Lill, ex estudiante de Teología, ha perdido su rumbo. Junto a ellas, Gusten Grippe, otro amigo de la niñez, está marcado por el recuerdo del crimen que sacude al suburbio. El regreso de Cosmo Brant, con la intención de filmar una película sobre este oscuro episodio, reabre viejas heridas y saca a la luz secretos enterrados. El tema medular del relato es la pérdida de la inocencia, no solo de la víctima, sino de toda una comunidad. El suburbio se convierte en una metáfora de las estructuras de poder que perpetúan la injusticia y el abuso. Y la figura del cervatillo simboliza esta fragilidad. «¿Quién mató a Bambi?» es una obra que invita a reflexionar sobre la violencia y la represión, donde la belleza del lenguaje contrasta con la brutalidad de los actos descritos, creando una compleja estructura que envuelve al lector en sus múltiples capas de significado.
Lo mejor
La prosa de Fagerholm es lírica y profundamente atmosférica
Lo peor
Que su estructura fragmentada y no lineal puede resultar confusa