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EL TESORO INCA en tierras de Latinoamérica que espera ser descubierto en las profundidades de un lago: le perteneció a Atahualpa

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El enigma del tesoro de Atahualpa ha cautivado a exploradores y estudiosos por siglos. A diferencia de lo que muchos creen, este mítico tesoro no se encuentra en Perú, como en un principio se sospechaba, sino en otra zona de Sudamérica. El general inca Rumiñahui, tras la ejecución de Atahualpa, ocultó el incalculable botín de oro y plata para evitar que cayera en manos de los españoles. Hasta ahora, el paradero del tesoro de Atahualpa sigue siendo un enigma, sin embargo, gracias a trabajos hechos por un equipo de profesionales, se está cada vez más cerca.

Según la leyenda, el tesoro fue arrojado a las profundidades de una laguna en una remota región de Sudamérica. Documentales como el de Jorge Juan Anhalzer han registrado las arduas expediciones en busca de esta legendaria riqueza, siendo uno de los tesoros más buscados en América Latina junto con la Leyenda del Dorado. Anhalzer y su equipo exploraron caminos hasta ahora desconocidos en uno de los lugares más inhóspitos del continente.

Atahualpa termina siendo asesinado y traicionado a pesar de haber cumplido su promesa. Foto: History Skills

¿Qué pasó con el oro de Atahualpa y donde está?

Según la leyenda, el General incaico Rumiñahui se dirigía a la ciudad de Cajamarca, donde se encontraba la sala llena de oro para los españoles, con un estimado de 750 toneladas de oro trabajado y otras joyas preciosas, cuando supo de la noticia de que el Inca Atahualpa había sido asesinado.

Rumiñahui, sintiéndose traicionado por los españoles, decide volver a Quito (hoy en día Ecuador), transportando consigo el oro hasta la Cordillera Llanganates. Siendo esta una zona boscosa, de densa vegetación, se dice que Rumiñahui ocultó parte del tesoro, y el resto fue arrojado a un lago, maldiciendo a aquel quién se atreviera a buscar los restos de las joyas preciosas labrados por el pueblo incaico. Desde ese entonces, han sido numerosos los intentos de recuperar el oro perdido, pero hasta ahora no ha habido ningún éxito encontrándolo.

Nuevo hallazgo: el oro está en Llanganates

Si bien los anteriores intentos sobre encontrar el oro perdido inca han resultado en fracasos, los historiadores y antropólogos no han dejado de buscar pistas al respecto. Recientemente, se han encontrado nuevos hallazgos que pueden llevar al descubrimiento del oro perdido de Atahualpa, gracias a una expedición liderada por el fotógrafo Jorge Juan Anhalzer en la Cordillera de los Llanganates, a través de un documental por el diario español El País. Si bien antes se consideraba que el territorio donde se encontraba el oro podía ser Perú, estos nuevos estudios y hallazgos indican que Ecuador es el punto donde puede estar el oro.

En 1860, el botánico inglés Richard Spruce descubrió un mapa, al cual le llamó el Derrotero de Valverde. Este mapa fue usado de referencia por el fotógrafo y la expedición que lo acompañaba, quien usando drones y con el apoyo de las fotografías satelitales, logró encontrar un antiguo camino inca que coinciden con el mapa de Valverde, el mapa que según indica el paradero del tesoro perdido. Estas pistas pueden cambiar el curso de futuras investigaciones y expediciones en tierras ecuatorianas.

El derrotero de Valverde, o el mapa hecho por un español en busca del oro que estuvo casado con una hija del Cacique de Pillaro. Foto: Ecuador mi tierra

¿Cómo fue la intensa expedición hacia las tierras de Llanganates?

Durante 15 días, el líder de la expedición, el fotógrafo ecuatoriano Jorge Juan Anhalzer, comandó a un equipo de 9 personas a través de la densa y enigmática región de los Llanganates. Además, de enfrentarse a numerosos desafíos por el clima, lo difícil del terreno y siguiendo pistas de un mapa antiguo, el equipo logró identificar el antiguo camino inca.

Siguiendo el mapa y después de varios días de expedición, el equipo logró llegar a una gran laguna, que, de acuerdo a la leyenda y los registros históricos, es donde el general inca Rumiñahui arrojó el resto del oro para salvarlo de la codicia de los españoles. Sin embargo, debido a circunstancias como la falta de recursos y limitaciones logísticas, el equipo no pudo adentrarse en las profundidades del lago para extraer y confirmar que el oro si se encontrase allí. Por otra parte, Anhalzer y el equipo de profesionales que lo acompañaban, están seguros de que ese es el lugar donde reposa el oro inca, que iba a ser destinado a la liberación de Atahualpa.

Si bien el descubrimiento queda inconcluso tanto para el grupo de profesionales como para el resto del mundo, esta expedición solidifica las bases adecuadas para futuras expediciones e investigaciones para desentrañar uno de los más grandes misterios de América Latina de las épocas coloniales.