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Tirar colillas al suelo será castigado con multas de hasta 2.000 euros en España

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Arrojar colillas al suelo tiene los días contados. Los ayuntamientos de las zonas costeras de España han tomado la decisión de acercar posturas entre sí y llegar a un acuerdo por el que los residuos del cigarro no se podrán tirar a la arena de las playas. Las colillas son un plástico que puede ser reciclable, por lo que se puede emplear para ser convertido en ladrillo o, incluso, como hizo la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), sirve para hacer un tipo de ecopaneles termoacústicos que mejoran las propiedades de aislamiento acústico y térmico de los paneles de yeso convencionales.

¿Cuál es la multa por tirar colillas?

El martes de esta misma semana, el Consejo de Ministros aprobó un decreto por el que se reducirá la presencia de residuos del tabaco en las calles y la vía pública, una nueva normativa que dará la posibilidad a los alcaldes de los territorios litorales a regular y reducir todas las colillas que se tiran en sus costas marítimas. Aunque la nueva norma del Ministerio de Transición Ecológica no ha entrado aún en vigor, todo aquel que no cumpla con las directrices podrá ser multado con una sanción mínima de 2.000 euros.

Las colillas son uno de los elementos nocivos que más contaminan en todo el mundo. A parte de que es malo para la salud humana, debido a que produce diferente tipos de cáncer y diversas enfermedades, los residuos tabaqueros son altamente perjudiciales para las playas y el ecosistema de los océanos. La ceniza del cigarrillo posee acetosa de celulosa, un plástico cuya presencia en el medio ambiente es perjudicial. Las colillas tardan en descomponerse 10 años y en ese proceso se liberan sustancias contaminantes como la nicotina y todos sus aditivos. Una vez se han descompuesto el residuo, éste se convierte en un plástico que es peligroso, tanto para la salud humana como para el ámbito marítimo.

Las empresas del sector del tabaco tendrán que pagar el coste por limpieza de colillas

El pasado 2023 se vendieron casi 900 millones de cigarros en España, un producto que, una vez consumido, siete de cada diez veces termina en el suelo. Haciendo cálculos, la limpieza de todas las colillas que se arrojan al suelo conlleva a un gasto de 5 millones de euros, una cifra que comenzará a bajar con el decreto del Ministerio de Transición Ecológica. El objetivo es reducir el impacto negativo que se genera en el medioambiente y concienciar al público de vivir en un mundo más sostenible.

Esa financiación tendrá que ser llevada a cabo por las empresas que comercializan un producto consumido por alrededor de un 23% de la población. La industria del tabaco se encargará de pagar, invirtiendo en infraestructuras de saneamiento y depuración; recoger y tratar los restos que tiran sus consumidores a las arenas de las playas, pese a que esto será llevado a cabo por los técnicos especialistas en recogida de residuos públicos.

¿Qué ocurre si tiro una colilla en la playa?

Tan solo una colilla de un cigarrillo, que tarda una década en descomponerse de forma definitiva, puede ocasionar muchos daños en el medio ambiente. Las cenizas del tabaco, por unidad, contaminan alrededor de entre 8 y 10 litros de las aguas saladas del mar; hasta 50 litros si fueran de agua dulce. Una cifra muy alta para tan solo una colilla, por lo que muchas colillas pueden ser altamente perjudiciales para la salud de las personas y de los animales.

Cuando el residuo se descompone, este libera todos los componentes del producto que son perjudiciales para la salud. Por ejemplo, esos restos los puede llegar a tragar un animal acuático que se vende en las pescaderías. Un alimento que finalmente acabaría ingerido por los compradores del mismo. Por eso, se intenta concienciar a la población para mantener un ecosistema sólido basado en el reciclaje de este elemento y en un correcto uso del cigarro, consumiéndolo en lugares que tenga basuras cerca para que no acaben tirados en la vía pública.