El Calafate, puerta de entrada a los paisajes más asombrosos del mundo
Si se sueña con un viaje en el que embriagarse de naturaleza y emociones, El Calafate, en la seductora Patagonia argentina, es el destino perfecto. Sí, El Calafate es sinónimo de contemplación y aventura, un ítem que está en la lista de muchos viajeros.
La ciudad se recuesta sobre el inmenso Lago Argentino, cuyas aguas turquesas se asemejan al color de la bandera argentina, como una promesa de que en este lugar se encuentra pasión y autenticidad. Y es que en este rincón del mundo se puede caminar sobre un glaciar azul, visitar pinturas rupestres, maravillarse en acantilados naturales, navegar entre increíbles icebergs o, entre otras opciones, pasear por tierras prístinas.
Sin duda, su mayor atracción turística es la de ser la mítica puerta de entrada al Parque Nacional Los Glaciares, pero todo en El Calafate es interesante, comenzando por recorrer su pintoresco y colorido centro urbano repleto de tiendas y restaurantes, así como de una tranquilidad cautivadora.
Aventura, historia y naturaleza: qué hacer en El Calafate
El viento y el hielo definitivamente determinan a El Calafate, pero también lo hace su historia. Historia dibujada en pinturas rupestres de hace unos 4000 años a orillas del Lago Argentino en las cuevas de Walichu, un museo a cielo abierto que es una retrospectiva en el tiempo tanto por su valor arqueológico como por el paisaje prístino que lo rodea. Este yacimiento, en su horario de apertura, dispone de audioguías que ayudan a ubicarse en el espacio geográfico e histórico. Lo ideal es realizar esta visita con un tour que incluya al terminar un almuerzo o cena en una de las cuevas. Es una vivencia única.
Otro imperdible en El Calafate es la icónica excursión llamada Balcones de El Calafate, en los que se alcanzan unos 1050 metros sobre el nivel del mar. Es un recorrido sobre la línea de cerros situada detrás de la ciudad con paradas en miradores naturales que regalan panorámicas extraordinarias y muy especiales. En ellos, el viento recuerda con fuerza que se está en los confines del mundo.
Por otro lado, las estancias patagónicas son también protagonistas para descubrir la esencia de este destino. En ellas vivían los primeros pobladores de esta tierra y se dedicaban a la cría de ovejas (por la estepa patagónica es el ámbito ideal). Actualmente, han abierto sus puertas con tours por sus instalaciones, demostraciones de arreo de ovejas y otras actividades que enseñan la vida en ellas, algunas incluso ofrecen alojamiento y deliciosa gastronomía local.
La navegación entre icebergs por el Lago Argentino es sí o sí un obligado. En sus aguas, el espectacular Parque Nacional de los Glaciares, declarado en 1981 Patrimonio de la Humanidad, es un antes y un después en los recuerdos de cualquier viajero. En este punto es necesario aclarar que los bellos glaciares e icebergs de caprichosas formas son de azules tan asombrosos que pueden parecer irreales, pero no lo son. Es más, la intensidad de su azul es mayor cuanto más antiguo es el hielo. Y aquí el tiempo se mide por siglos o milenios, a veces incluso por millones de años.
Como dato impresionante, la superficie que se ve de los icebergs es solo un 10% de su tamaño, el 90% está bajo agua. También es impactante la información de que un glaciar tarda en formarse siglos o incluso milenios. Por ejemplo, el más famoso, el enorme Perito Moreno, comenzó a formarse hace dos millones y medio de años, y solo hace 20000 años que tiene su actual forma. Entra vértigo cuando se piensa, ¿verdad?
Para los que quieran una inyección de adrenalina es posible pasear por algunos glaciares con guías autorizados. Con crampones en el calzado, por ejemplo el trekking por el glaciar Perito Moreno dura una hora y media aproximadamente, y cuando se llega al punto en el que no se divisa el lago ni el bosque, el paisaje azulado sobrecoge: todo es una sucesión de ondulaciones, sumideros, grietas y columnas de hielo fragmentado (seracs).
Pero para admirar con calma el glaciar Perito Moreno una de las mejores opciones es hacerlo desde tierra recorriendo su infraestructura de pasarelas que, gracias a sus diferentes perspectivas y alturas, permite observar su grandiosidad. En estas pasarelas se escuchan los sonidos constantes que emite este glaciar; son los crujidos del hielo por los cambios y movimientos en su interior y el tronar de los desprendimientos de icebergs que se producen en su frente.
Desde El Calafate al Fin del Mundo
Podría decirse que gracias a sus paisajes El Calafate es un destino transformador e inspirador, no en vano es reconocido como la puerta de entrada a algunos de los lugares más majestuosos de la Patagonia Argentina.
Como destino situado en los confines del mundo, El Calafate despierta, entre otras cosas, el anhelo de explorar el mítico «Fin del Mundo», representado por la ciudad de Ushuaia, a solo una hora en avión. Una combinación perfecta para los viajeros es pasar unos días en El Calafate y luego volar a Ushuaia para culminar el viaje en uno de los lugares más remotos del planeta. Sentir que el viaje termina, literalmente, en el «Fin del Mundo». Esta ruta es tan popular que aerolíneas low cost, como Flybondi, han inaugurado recientemente vuelos directos entre El Calafate y Ushuaia.
Sea como sea, lo cierto es que El Calafate es uno de esos destinos que recuerda que viajar es emocionarse y sorprenderse a cada segundo.