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El Papa Francisco declara Santo de la Iglesia al beato aguilarense Nicolás María Alberca

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Abc.es 
La mañana de este domingo ha sido de júbilo para la Diócesis de Córdoba . Y es que el Papa Francisco ha canonizado en torno a las once de esta mañana al beato Nicolás María Alberca , natural de Aguilar de la Frontera. Junto a él también se han elevado a los altares a los diez frailes franciscanos que fueron asesinados en Damasco en julio de 1860. Desde Córdoba se han desplazado a Roma un grupo de cuarenta peregrinos encabezados por el obispo, Demetrio Fernández . También ha estado presente Miguel Varona, director del secretariado diocesano para la causa de los santos. En Aguilar casi a la misma hora en que se producía la canonización repicaron las campanas del convento de las Madres Carmelitas Descalzas. Para esta tarde está prevista una misa de acción de gracias en la parroquia del Carmen. El Papa Francisco ha dicho en su homilía que las personas que siguen a Cristo deben servir aprendiendo de él. El Santo Padre ha añadido que tres palabras como compasión, cercanía y ternura deben definir el compromiso cristiano. Además añadió que los cristianos deben anhelar el servicio y no el poder en un estilo de vida que nace del amor y no conoce fronteras. El Papa Pío XI ya declaró beato al aguilarense Nicolás María Alberca en el año 1926. En Aguilar aún se conserva la casa en la que vivió el ya santo y que está ubicada en la calle que ahora lleva su nombre. No obstante nació en otra casa situada en la actual calle Mercaderes. Fue asesinado en Damasco Cada año se celebra su festividad el 10 de julio con cultos y una procesión que pasa por la casa en que vivió. La noche del 9 al 10 de julio de 1860 un grupo de miliacianos drusos llegó desde el Líbano hasta Siria devastando la ciudad de Damasco y entre sus víctimas se encontraron numerosos componentes de la comunidad cristiana. En esa madrugada se encontraban en la iglesia franciscana tanto el aguilarense como siete compañeros más, todos españoles menos uno de nacionalidad austriaca. Allí fueron acorralados y les exigieron que renunciaran a su fe cristiana. Algo que no hicieron y, por este motivo, fueron asesinados. Los primeros años de la vida del nuevo santo Nicolás María Alberca transcurrieron en Aguilar. Allí asistió a la escuela y trabajó en una tienda. Este oficio lo abandonó porque no era compatible con la vida de piedad y oración que él quería llevar. Comenzó a trabajar en el campo con su padre y su tío. Su confesor le orientó a ingresar en el noviciado de los hermanos del hospital de Jesús Nazareno en Córdoba y, de allí, pasó a Madrid. Se ordenó sacerdote en 1858 en la orden franciscana en la localidad de Priego de Cuenca. Poco después inició su labor de misionero en Tierra Santa dónde encontró la muerte con menos de 30 años.