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«Mónica García, haga algo, Ceuta y Melilla no son de segunda»

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La situación sanitaria en Ceuta y Melilla parece haber alcanzado niveles críticos, convirtiéndose en un tema de máxima relevancia tanto a nivel local como nacional. Según los presidentes de los Colegios de Médicos de ambas ciudades, dichos territorios cuentan con la peor ratio de médicos por habitante. Esta realidad, sumada a la carencia de servicios esenciales en el único hospital de Ceuta, como UCI pediátrica, neurocirugía o radioterapia, pone de manifiesto la grave crisis que enfrenta el sistema sanitario en estas ciudades autónomas y ha puesto el foco en la gestión de las mismas, la cual depende del Instituto Nacional de Gestión Sanitaria (Ingesa). En esta entrevista, Enrique Roviralta, presidente del Colegio de Médicos de Ceuta y presidente del Sindicato Médico de Ceuta, hace balance de la situación y pide medidas urgentes al Ministerio de Sanidad.

¿En qué situación se encuentra actualmente la sanidad de Ceuta y cómo prevé que evolucione la situación?

Nuestra Sanidad se encuentra en una situación de crisis total. La Unión Europea califica la sanidad de Ceuta como la peor de España y de las peores de Europa. El INE publica que los ceutíes tenemos la menor esperanza de vida del país (cuatro años menos que la media nacional) y el Ministerio de Sanidad señala que, junto a Melilla, tenemos la peor ratio de médicos por habitante. De ahí que fuéramos declarados área de difícil cobertura médica en el BOE hace dos años. Sin embargo, esto solo ha ocurrido sobre el papel.

La realidad es que tenemos un único hospital que carece de servicios esenciales, como UCI pediátrica, neurocirugía o radioterapia. Hay una falta acuciante de especialistas: servicios como el de radiodiagnóstico tiene falta de radiólogos, una sala de hemodinámica está cerrada por falta de cardiólogos y, en verano, hay un solo oncólogo para casi 100.000 habitantes. Se realizan miles de evacuaciones de pacientes al año a la península, tanto para consultas ordinarias como emergencias. Y podría seguir dándole ejemplos… Si el Ministerio no toma las medidas que él mismo publicó en el BOE, todo irá a peor.

Concretamente, ¿qué cambios considera necesarios que se implementen para evitar que el escenario empeore?

En Ceuta y Melilla la Sanidad está en manos del Instituto Nacional de Gestión Sanitaria (Ingesa), organismo dependiente del Ministerio de Sanidad. Pedimos al contratar más médicos, tanto en Atención Primaria como en Especializada; aplicar medidas de captación y fidelización de profesionales médicos; y crear servicios tan vitales como neurocirugía, radioterapia y muchos más. Además, se debe externalizar menos y contratar más, porque el tiempo en la atención precoz al paciente es, en muchos casos, la línea entre la vida y la muerte.

Ingesa ha negado categóricamente la crisis.

Los datos que aporta el Ingesa están debidamente cocinados y edulcorados desde las direcciones territoriales de Ceuta y Melilla. Supongo que lo hacen para no incomodar a sus jefes en Madrid. Le pongo como ejemplo que el Ingesa de Ceuta comunicó que, en nuestros centros de salud los médicos de familia atendían normalmente entre 20 y 30 pacientes al día. Nuestros compañeros nos enviaron inmediatamente capturas de pantalla con más de 50 pacientes citados por día. Es la diferencia entre los datos sesgados e interesados y la realidad de quienes están al pie del cañón.

También publican cifras de listas de espera sorprendentemente cortas (por ejemplo, solo cuatro días de espera para ver al traumatólogo), pero tienen la desfachatez de cerrar agendas de las especialidades saturadas para no generar listas de espera. Esto es un auténtico fraude. Además, informan a bombo y platillo sobre inversiones millonarias en equipamientos, pero omiten que el robot quirúrgico Da Vinci, de casi tres millones de euros, acumula polvo en una esquina del quirófano por falta de facultativos especializados para su utilización.

El 15 de octubre se añadió un nuevo episodio a esta historia: la Audiencia Provincial de Cádiz, ha ordenado reabrir diligencias previas por presunta prevaricación de directivos del Ingesa.

En la denuncia presentada por el Dr. Guiote se acusa a directivos del Ingesa de prevaricación y persecución sindical por haber ejercido su derecho de huelga como delegado del Sindicato Médico. De hecho, este compañero se ha visto obligado a jubilarse anticipadamente y su salud se ha resentido tras varios expedientes disciplinarios abiertos contra él, a pesar de haber sido jefe del servicio de Oftalmología por más de 18 años, aportar las últimas técnicas quirúrgicas y diagnósticas, y ser medalla de oro de Ceuta. Además, no es el único que ha denunciado estar siendo acosado por el Ingesa. Se podría pensar que Ingesa implementa la política del miedo para intentar silenciar las voces de quienes nos debemos al juramento hipocrático y estamos obligados a denunciar las deficiencias del sistema sanitario aquí. Esta situación parece más propia de tiempos que creíamos superados.

¿Cómo cree que estas cuestiones han afectado a la credibilidad de Ingesa?

La credibilidad del Ingesa es nula. Dato mata relato: Ingesa gestiona solo la sanidad de Ceuta y Melilla (dos hospitales y seis centros de salud) y tiene la medalla de oro y plata a la peor sanidad de España, según la Unión Europea. Tal vez tense los nervios a los directivos locales, pero los que están cómodamente sentados en sus despachos de Madrid han demostrado que poco o nada les importa la situación agónica de la sanidad en Ceuta y Melilla. Desde los sillones de la calle Alcalá 56 de Madrid, sede del Ingesa, no se puede percibir ni sentir nuestra realidad.

¿Qué expectativas tiene respecto a la resolución de estos problemas?

Hasta el momento, la experiencia ha sido frustrante, pero la esperanza es lo último que se pierde… Le rogaría a la ministra de Sanidad, Mónica García, que es médica como nosotros, que tome directa y urgentemente las riendas. Que venga a Ceuta y se reúna con los profesionales y los pacientes, en lugar de hacerlo a través de intermediarios. Los habitantes de Ceuta y Melilla no nos merecemos ser ciudadanos de segunda.